Pionero indiscutible del arte abstracto )que inauguró con un acuarela titulada precisamente “Primera acuarela abstracta”, en 1910), Kandinsky supo interpretar como nadie la vida y las emociones a través de sus vibrantes colores. No hubo obra en la que no pensara en la reacción del espectador, removiendo sus entrañas con un color desafiante para provocar sentimientos ¿econtrados?. Él mismo definió como nadie su trabajo en el que “el observador debe aprender a mirar el cuadro como una representación de un estado de ánimo, y no de ciertos objetos”. El pintor, escritor, poeta y teórico ruso hizo oídos sordos ante los cánones de belleza establecidos, apostó por la educación como la base del cambio, y eliminó la figura de sus pinturas cambiando el rumbo de la Historia del Arte. A punto de cumplirse el 150º aniversario de su nacimiento, CentroCentro rinde homenaje al artista que no entendía el arte que no naciera de una necesidad, con una exposición intimista, organizada en colaboración con el Centre Pompidou de París y Arthemisia Group.

   Vasili Vasílievich Kandinsky nació en pleno invierno, un 16 de diciembre de 1866, en una familia de la alta burguesía rusa. Su padre, un comerciante de té que venía de Siberia, era hijo de una respetada y adinerada aristócrata mongola, mientras que su abuela materna era una alemana. Su infancia transcurrió entre Moscú y la ciudad ucraniana de Odesa, hasta que el temprano divorcio de sus progenitores lo dejó bajo la tutela del padre y de una tía paterna. Durante su juventud nadie sospechó de su futuro artístico, y de hecho, cuando llegó el momento de elegir carrera, Kandinsky se decantó por estudiar derecho, económicas, e incluso etnografía, sin saber (¿o sí?) que se convertiría en uno de los detonantes, pues uno de los trabajos que tuvo que realizar fue sobre el folclore de la región de Vologda (al norte de Moscú), lleno de un color y ornamentos que sin duda marcaron al joven Wassily.

   Acabados los estudios, Kandinsky se casó con 26 años, con su prima Anna Chemyákina, y empezó a dar clases en su facultad de Derecho, a pesar de recibir otras tentadoras ofertas que rechazó para sorpresa de todos sus allegados. Mientras tanto, en su cabeza, hacía tiempo que retumbaba la música de Wagner y la teoría teosófica de la escritora y ocultista rusa, Helena Blavatsky, que defendía que la creación artística no era más que una serie descendente de figuras geométricas. Pero la gran revelación llegó en 1895 cuando Kandinsky visitó una exposición de impresionistas franceses en la que la obra “Almiar de heno” de Monet le fascinó.

   Aquel cuadro no solo le quitó el sueño, sino que le cambió la vida: entraría en la Escuela de Arte de Múnich. Con 30 años, Kandinsky abandonó la docencia, y se trasladó a la ciudad alemana, donde tras un primer intento fallido y varios años entre academias privadas y toques autodidactas, hizo realidad su sueño en 1900. Fue un alumno tan revolucionario que uno de sus profesores, aturdido con tanto color, le castigó durante un año entero dejándole usar en sus obras únicamente la gama de los grises. Y así, con mal pie y una edad bastante tardía, Kandinsky arrancó su carrera como pintor.

   En 1901, Vasili formó Phalanx (Falange), una asociación de artistas alejados de la visión conservadora del arte con la que fundó una escuela para aleccionar a las nuevas generaciones de pintores, e introducir las vanguardias francesas en Alemania. Fue una época de lo más experimental, con libertad total en un color -tan brutal como provocador- que llegó a rozar el fauvismo, y una primera exposición en una gran sala, a punto de cumplir los 40. Precisamente de aquella escuela, salió la que se convertiría en su nueva mujer, una joven alumna llamada Gabriele Münter con la que Kandinsky se comprometió, estando aún casado, el mismo año en que firmó su primera gran obra “El Jinete azul” (1903), y que fue su amante hasta que el artista se divorció en 1911. Con aquel escándalo, el pintor sorprendió no solo con el atrevimiento de su obra, sino también de su vida, que no atendía a prohibiciones de ningún tipo y que encontraba el mejor aliciente en los numerosos viajes que realizaba en busca de los movimientos artísticos más innovadores.

   Junto a Gabriele, Kandinsky descubrió la obra Abstracción y Naturaleza (1908) del Wilhelm Worringer”, en la que el teórico del arte alemán sentaba los principios generales de esa estética con su teoría de la Einfühlung -o empatía sentimental-, que olvidaba la belleza orgánica para encontrar la satisfacción en lo inorgánico. Tras su lectura, el pintor declaró: “La descripción de los objetos dejó de tener sentido para mí, solo quedaban los colores. Un abismo se abría a mis pies”. Siguiendo esa estela, el pintor publicó en 1911 De lo Espiritual en el Arte, donde arremetió con dureza contra los tradicionalistas, abogó por un color independiente de la forma, basado en el alma y no en la realidad, y presentó al artista como una especie de guía espiritual.

   Entre 1910 y 1914, Kandinsky pintó gran parte de una obra que agrupó en 3 tipos: impresiones o reflejo de la naturaleza; improvisaciones o reflejo de la emoción; y composiciones, en las que intuición y composición lo eran todo. Atrás quedaron el impresionismo que le cambió la vida, el fauvismo que le llenó de color, y el expresionismo alemán tan de moda. Kandinsky había encontrado su propio estilo en la abstracción.

   Pero sus reivindicaciones no llegaron solo a través de sus cuadros o escritos, Kandinsky fue un activista muy pendiente de la educación, fundamental para establecer las nuevas bases artística que defendía. Tras presidir la Nueva Asociación de Artistas de Múnich, y ya de vuelta en un Moscú marcado por la Revolución rusa de 1917, el pintor se ocupó de la reforma del sistema educativo desde el Departamento de Bellas Artes del Comisariado Popular de la Educación y del Instituto para la Cultura Artística, que fundó en 1920, hasta que las tensiones políticas tocaron de lleno al grupo de artistas que lideraba, y provocaron su marcha en 1922, de nuevo rumbo a Alemania.

   En Weimar, entró como profesor en la escuela de diseño, arte y arquitectura Bauhaus, que al igual que Kandinsky, ponía el punto de mira en la educación artística para lograr la transformación de la sociedad. Allí el pintor, que era ya un artista de prestigio, dio cursos sobre teoría avanzada, en los que profundizó cada vez más en la psicología del color, así como clases de diseño básico para principiantes junto a Paul Klee, con el que formaría la agrupación Der Blaue Reiter (“El Jinete azul”), que les permitiría exportar su doctrina a Estados Unidos. Durante ese período de investigación, Kandinsky publicó su segundo libro teórico, Punto y línea sobre plano (1926), con una clara influencia de la arquitectura, de la geometría ganando terreno, de la sinestesia entre pintura y música, y de la misma defensa que en su anterior trabajo editorial acerca de lo espiritual por encima de todo.

   En 1933, el cada vez más poderoso partido nazi lanzó una campaña de difamación contra la Bauhaus, que consiguió cerrar las puertas de la escuela vanguardista. No contentos con eso, con el tiempo, los nacionalsocialistas también confiscarían muchas de las obras de sus entonces profesores, entre ellas, las 3 primeras “Composiciones” de una serie de 10 de Kandinsky, que fueron destruidas por, tal y como dijo el propio Hitler, parecer “la obra chapucera de un niño sin talento”. Para entonces, Kandinsky ya se había exiliado a Francia, a la ciudad parisina de Neuilly, a orillas del Sena, donde murió como ciudadano francés el 04 de diciembre de 1944.

   Kandinsky pasó su última década creando, junto a amigos como Marcel Duchamp, Miró o Magnelli, y con el apoyo -entre otros- del coleccionista norteamericano Solomon Guggenheim, que adquirió muchas de sus obras, en la que cada vez más lo orgánico, como seres microscópicos inventados, ganaban terreno a la geometría más pura, confirmando que el pintor fue sobre todo un gran inventor.

                                   (De Lidia Martín, el 20 de octubre de 2015)

Referencias útiles:
KANDiNSKY. UNA RETROSPECTiVA

¿CUÁNDO? Del Martes 20 de octubre de 2015 al Domingo 28 de febrero de 2016, de Lunes a Domingo, de 10h a 20h. PD: Visitas cada media hora con el último turno a las 19h.

¿DÓNDE? En la Planta 1 de CentroCentro
Plaza de Cibeles, 1
28014 Madrid
914 800 008
M Banco de España / Retiro

¿CUÁNTO? De 5 a 11 euros aquí.

Para saberlo todo de KANDiNSKY. UNA RETROSPECTiVA, conéctate a la web de CENTRO CENTRO (también en Facebook y Twitter).

[Volver a Mi Petit Pinacoteca, Callejero o Blogosfera]