La de Mariné es una exposición que se recorre cantando; una gramola donde puedes escoger el tema, fijarte en una frase, llegar al estribillo, inventarte unos coros, dibujar un acorde moviendo la cabeza, y pinchar la siguiente canción. Las piezas de “Painted words” son letreros que se ven y se oyen. El artista, diseñador y agitador cultural, Óscar Mariné, activo desde mediados de los años 70, entiende esas frases como mantras, y si tuviera que escoger una, se quedaría con primera de la muestra, el himno de los Kinks, fechado en 1966, “I'm Not Like Everybody Else”, dedicada a la gente que se supo distinta de la aplastante mayoría y entendió que el arte como un árnica balsámico contra las heridas de la presión social. 

   “Mientras los alemanes fabricaban BMW, en Inglaterra surgieron y funcionaron las llamadas Escuelas de Arte, no de Bellas Artes -puntualiza-, para quienes no quería ser ingenieros, ni abogados, ni médicos… Para los que, “no eran como los demás”, y de ahí salieron músicos que nos volvieron locos”, cuenta Mariné. “Esas canciones fueron nuestros clarines de libertad. No exagero si afirmo que nos descarriaron, llevándonos por rutas que no estaban previstas. Verlas ahora concentradas, en forma de letreros, todavía nos trae el “frisson” de lo (casi) prohibido. Funcionan como contraseñas, como abracadabras para entrar en mundos anhelados, mundos dignos de ser inventados”, escribe Diego Manrique en el catálogo de la exposición. 

   Oscar Mariné  sabe que no se traza igual para una campaña de publicidad, un cartel de cine,  o las portadas de discos y revistas. Se pone al otro lado, y trata de entender cómo reacciona quien consume o quién simplemente observa, cuándo ha de ser un mensaje claro y cuándo puede permitirse segundas intenciones. Asume que “Painted Words” no es una obra que entienda todo el mundo, empezando por quienes han participado en su elaboración. Sin ir más lejos, el carpintero que fabricó los soportes de madera, donde irían dibujadas las frases, mirándole a los ojos, sin acritud, ni más intención que la de ser sincero, le dijo: “Tú sabes que esto que estás haciendo es una auténtica chorrada, ¿verdad?”. El artista lo recuerda con cariño: “¡Claro que sigo trabajando con él! Es una buenísima persona que argumenta como tantos españoles para los que el arte moderno es una incógnita. En España, llevamos un siglo de retraso respecto al diseño. No hemos llegado ni a la vanguardia”.

   Y vuelven las palabras pintadas, con tanto de la cultura beat y pop, del jazz y el rock. De ciudades, bares y carreteras. Y, por descontado, del amor que rezuman. “Flamingo, I think i love you, I need you”. Un trabajo de y para románticos sin complejos. 

PD (nº1) biográfica:  Óscar Mariné (Madrid, 1951) vivió de adolescente el fenómeno de los conjuntos músico vocales. Incluso formó parte de un grupo El Reloj de Cuco, llegando a editar un single. Perdimos a un cantante, pero ganamos a un diseñador. Mariné fue Premio Nacional de Diseño en 2010. Editor en los 80 de la revista contracultural Madrid me mata. Ha creado campañas para Camper, Loewe, Swatch, Absolut Vodka, y diseñado carteles de cine para Pedro Almodóvar, Julio Medem o Álex de la Iglesia; y portadas de discos para Bruce Springsteen, Inmaculate Fools, Brian Eno o Siniestro Total. En diseño editorial, ha colaborado con la editorial Ivrory Press de Londres, y en los suplementos Babelia y El País Semanal de El País. 

PD (nº2): Actualmente, Mariné tiene entre manos un libro de Julián Hernández (Siniestro Total), amigo, y sobre todo cliente infiel, “que a veces me pone los cuernos con otros diseñadores para sus portadas. Como siempre vuelve a mí, tengo que perdonarle. Las parejas infieles también funcionan”.

                            (De Sol Alonso, el 15 de diciembre de 2014)

Referencias útiles:
“PAiNTED WORDS” DE ÓSCAR MARiNÉ

¿CUÁNDO? De Lunes a Viernes, de 11h a 19h y los Sábados, de 11h a 14h, hasta el Sábado 31 de enero de 2015.

¿DÓNDE? En la Galería La Caja Negra (también en Facebook)
Calle de Fernando VI, 17, 2º Izq.
28004 Madrid
913 104 360
M Alonso Martínez / Colón / Chueca

Para seguir los pasos (re)creativos de ÓSCAR MARiNÉ, conéctate a su web.

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