Los hipsters no han inventado nada. La barba siempre ha estado de moda. Desde los faraones a Sócrates, desde los piratas a los persas, desde los dioses griegos a los vikingos, desde Carlomagno (el emperador de “la barba florida”) a Marco Polo, sin olvidar, por supuesto, al mismísimo Dios, Moisés, Jesucristo, Judas, Papa Noel, ZZ Top, Chuck Norris y ¿Conchita Wurst?, la barba larga, postiza o “de 3 días” es el símbolo, por excelencia, de la hombría y la virilidad. Y el Día Mundial de la Barba, que se celebra hoy, Sábado 06 de septiembre de 2014, en todo el planeta, constituye una oportunidad única para rendir homenaje a esta augusta parte de la anatomía masculina.

   Desde los orígenes de la humanidad, la barba siempre ha ocupado un lugar privilegiado en el imaginario masculino y, por ende, femenino. En Egipto, los faraones la empolvaban y sus esposas usaban una perilla postiza de metal en las grandes ocasiones. Mientras tanto, en Mesopotamia, los sumarios y babilonios la llevaban rizada y su longitud indicaba la posición social y su forma la profesión de sus orgullosos dueños. En cuanto a los griegos, su uso era muy común. Tanto los dioses como los filósofos la llevaban con elegancia: los primeros como símbolo de masculinidad y los segundos de sabiduría. Pero su suerte cambió cuando Alejandro Magno (356-323 a.C.) la prohibió para que, durante un eventual combate cuerpo a cuerpo, el enemigo no pudiera inmovilizar a su contrincante por los pelos. Y, poco a poco, las barbas desaparecieron de las monedas y las barberías crecieron como setas.

   Como dignos herederos de la civilización helénica, los emperadores romanos (desde Julio César a Trajano) empezaron a afeitarse todos los días no solo como estrategia militar sino también para diferenciarse de los filósofos -que seguían afirmando que “el hombre era naturalmente barbudo y que tenía que asumir su condición”-, de las clases humildes y de los esclavos. En cuanto a las clases pudientes, se apuntaron a la moda del más fuerte. El mercado de las lociones explotó y el afeitado del primer vello facial, el “lanugo” para los romanos y “bigote frutero” para nosotros, se convirtió en un ritual de transición entre la niñez y la juventud, que aun hoy en día perdura.

   Durante la Edad Media, la Iglesia consiguió imponer su visión del mundo dividiéndolo en 2: el de los barbudos ortodoxos, musulmanes y judíos frente al de los afeitados católicos. La cruzada contra la barba fue ganando terreno y cada vez más adeptos en Occidente hasta que el Renacimiento humanista italiano, a partir del siglo XV, vio en los valores de la cultura grecolatina (barbuda) una nueva forma de ver el mundo y de entender al ser humano y rompió con la tradición medieval sin barba.

   Porque si, como bien dice la Cábala, los pies simbolizan la fuerza de progresar y las manos la capacidad de dar y de recibir, la barba es el pelo que crece entre la cabeza y el resto del cuerpo y que crea el puente que une la mente y el corazón, los pensamientos y las acciones, la teoría y la práctica, las buenas intenciones y los hechos.

   Más allá de la comodidad de no someterse al suplicio periódico de su rasurado, la barba -que dios les ha dado a los varones con o sin quijada- la barba es una filosofía de vida, no una moda pasajera. Entonces, ¡feliz Día de la Barba a todos los que tienen una sin razón ni presión alguna!

Referencias útiles:
Para saberlo todo sobre el DíA MUNDiAL DE LA BARBA, conéctate (en inglés) a la web de WORLD BEARD DAY (también en Facebook y Twitter).

Y, durante el resto del año, no te pierdas NO SiN Mi BARBA (también en Facebook y Twitter), el mejor portal de lifestyle masculino para los amantes de las barbas.

PD nº1: ¡Barbudos!, hoy es un buen día para daros un homenaje en la barbería de toda la vida El Kinze de Cuchilleros (Calle de los cuchilleros, 15; M Sol).

PD nº2: Ilustración by Orka Collective.

[Volver a Mi Petit Callejero o Blogosfera]