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EL BAR GALLETA (DE TODA LA ViDA)

Si pensamos en una galleta, la primera que nos viene a la cabeza es sin duda la galleta María de Fontaneda que mojábamos de pequeños en el Cola Cao, ¿o no? El Bar Galleta, en pleno barrio de Malasaña, es un homenaje en toda regla a nuestra galleta de toda la vida, que rinde Carlos Moreno Fontaneda (en la ilustración), uno de los descendientes del imperio de las galletas, concretamente el nieto del fundador.

Para el joven director de marketing reconvertido en empresario hostelero no solo es un viaje al pasado sino, ante todo, un sueño hecho realidad. Después de trabajar 13 años en Procter & Gamble, decidió negociar su marcha e irse a dar la vuelta al mundo: “En 15 años había tenido solo 18 días de vacaciones seguidas y decidí frenar en seco y pensar en lo que realmente me apetecía hacer. Siempre había querido tener mi propio negocio, ser mi propio jefe, que fuese yo quien tomase las decisiones y quien se equivocase”.

Y parece que, por el momento, no se ha equivocado. Desde que abrió el bar el pasado mes de mayo, el Bar Galleta se llena a cualquier hora del día o de la noche. Es uno de esos lugares que, según pasas delante, “algo” te empuja hacia dentro. Se nota que Carlos ha elaborado con esmero la decoración de la sala y los platos de la carta. Todo da fe de sus viajes por el mundo; desde la tapicería de los sillones a las mesas de madera sin manteles tan neoyorquinas, las sillas danesas rescatadas de los años 50, las flores frescas que adornan cada rincón del local… y los baños, empapelados con páginas de libros antiguos escritas en diferentes idiomas.

Pero si algo llama poderosamente la atención en este bar restaurante es la iluminación: una luz tenue y cálida que invita a hablar bajito y una enorme vitrina retro iluminada en la que encontramos vestigios de la fábrica Fontaneda: lecheras, antiguas latas de galletas, carteles de sus anuncios publicitarios (“Qué buenas son, las María Fon-ta-ne-da) y Triki, el ansioso monstruo azul de las galletas.

En cuanto la carta, Carlos pensó en sus gustos personales a la hora de diseñarla: “Yo a la hora de llegar a un restaurante, me apetece compartir los platos con mis amigos y picotear y probar recetas que no pueda hacer en casa”. En la cocina “galletana”, conviven cocineros peruanos, filipinos y marroquíes, que inventan nuevas recetas a diario. Carlos está particularmente orgullosos de sus flautas de pollo rebozadas en galleta y sésamo con dip de hierbabuena, comino y tzatziki; su Tagine de pollo; y su Tiradito de lubina.

Finalmente, los postres ponen la guinda a una comida perfecta gracias a la galleta mítica que toma especial protagonismo como, por ejemplo, en la súper recomendable “Tarta con galleta y chocolate de mamá”, una receta que todos hemos ensayado alguna vez y que borda la madre de Carlos. Tanto, que se incluyó naturalmente en la carta.

Así que, cuando parecía que los cupcakes y los brownies habían conquistado los cafés y paladares madrileños, resurge con fuerza la galleta española. ¡Bienvenida María!

(De Carla Pulín, el 13 de septiembre de 2014)

Referencias útiles:
BAR GALLETA
Corredera Baja de San Pablo, 31
28004 Madrid
915 311 161
M Tribunal / Callao

Horario:
- De Domingo a Jueves: de 12h hasta la 1h de la madrugada.
- Los Viernes y sábados: de 12h hasta las 2h30 de la madrugada.
PD: Los fines de semana tienen 2 turnos de cena: a las 21h y a las 23 h.

Precios:
- Menú del día: 11, 90 euros, entre semana.
- Carta: entre 30 y 35 euros.

Para seguir los pasos gastronómicos del BAR GALLETA, conéctate a su web y su Facebook.

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