Con la llegada de la astrología dentro de nuestras vidas, hace más de cuatro milenios, y sus intensos esfuerzos en relacionar las características de las personas con su signo zodiacal, los Aries serán los protagonistas, durante los 30 próximos días, tanto en las revistas (¿femeninas?) como en nuestras ajetreadas agendas. Pero antes de buscar el regalo perfecto para vuestr@s amig@s y/o familiares, nacidos entre el 21 de marzo y el 20 de abril, o de organizar vuestra esperada fiesta de cumpleaños, ¿quién se esconde detrás del Aries en la mitología antigua?

   Además de ser un signo del zodiaco, Aries es el nombre de una constelación, simbolizada por los cuernos de un carnero, visto de frente, cabizbajo, listo para embestir. Si, en nuestro cielo nocturno e, incluso, en la esfera celeste, su constelación brilla por su ausencia, debido a la baja intensidad luminosa de las estrellas que la componen, es, en cambio, uno de los 4 signos más importantes del zodiaco, junto con el Cáncer, la Libra y el Capricornio, al dividir “el cielo en 4 partes que el propio Dios ha establecido para determinar las 4 estaciones”, como bien lo proclamó y declamó Marco Manilio, hace dos mil años, en su Astronomica -una obra de referencia, versificada, conservada como una reliquia y de obligada consulta para cualquier astrólogo occidental que se precie-. Y, por si eso fuera poco, el poeta latino estableció también, a partir de un estudio detallado sobre la “simpatía cósmica” del sistema zodiacal basándose en el concepto astrológico de las 12 Casas (para resumir, nuestros ascendentes de hoy), que Aries era y es el “príncipe de todos los signos” ya que coincide con el equinoccio de primavera, que antiguamente marcaba el cambio de año.

   En la tradición griega, Aries también consiguió imponerse por su calidad de carnero alado en el legendario mito del Vellocino de Oro, lo que le sirvió, posteriormente, para colarse e incrustarse en el escudo de la insigne Orden de caballería del Toisón de Oro, en el siglo XV. Pero volvamos a nuestra oveja para nada negra de la enrevesada mitología griega.

   Fruto del amor entre Poseidón (el dios del mar) y de Teófane, una mujer de una gran belleza, cuando iban respectivamente disfrazados de carnero y de oveja por la vida y el Olimpo, para poder vivir su amor en paz, sin rivales a su alrededor, nuestro carnero nació con dos alas y recubierto de lana de oro. Mientras tanto, en la tierra, Atamante, rey de una pequeña ciudad de Beocia, empezó a tener sueños de grandeza y dejó a su mujer y a sus 2 hijos, Hele y Frixo, para casarse con Ino, una joven princesa con trono asegurado en Cadmea (futura Tebas y ciudad más grande de Grecia); pero la princesita le salió rana... (no literalmente hablando, esto solo le pasa al príncipe de Walt Disney). Y la recién estrenada madrastra, un poquito vaga pero sobre todo celosa, logró convencer a su maridito que quitara de en medio de su amor perfecto a sus hijastros.

   Afortunadamente, Hele y Frixo consiguieron huir, antes del infanticidio, gracias al carnero alado y dorado que les mandó su madre biológica (via Zeus, el padre de los dioses y de los hombres). Nada más llegar a la lejana playa de Cólquide, Frixo sacrificó al animal en honor a Zeus y regaló la piel o el “vellocino” de oro al rey de la zona, Eetes, que, a su vez, lo colgó de un árbol como ofrenda a Ares, el dios griego de la guerra, a cambio de su protección. Como lo habréis adivinado, a Zeus no le hizo falta pensárselo mucho a la hora de elegir el nombre de su nueva constelación.. Ares... Ares... ¡ Aries ¡

   Como el ave Fénix, los Aries renacen de sus cenizas para anunciarnos la primavera. A todos ellos, ¡muy feliz cumpleaños!

PD nº1: ¡Feliz cumpleaños a Sara Morante, Ana M., Isabel, Manolo, Íñigo y Mónica de parte de todo el equipo de Mi Petit Madrid. Si tú también quieres mandar una felicitación virtual via Mi Petit Redes Sociales, mándala ya a Charo & Flo y la añadirán al momento en la PD siguiente...

PD nº2: ¡Feliz cumpleaños ………! de parte de …………….

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PD nº4: Ilustración by Ana Penyas.

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