En estos días se presenta en sociedad Indies, hipsters y gafapastas, un libro del periodista Víctor Lenore (retratado aquí) que está produciendo alguna que otra escocedura moral. Moral, sí. Porque pese a que el libro (o “panfleto” como él mismo lo refiere) habla del elitismo vacío en la cultura, remueve también la conciencia y la ética sobre cómo “nos han vendido la moto” y, lo peor, cómo la hemos comprado creyéndonos inconformistas y diferentes.

   La cultura imperante (la que aparece en los medios intelectualmente validados) se ha posicionado siempre de parte de movimientos anglófilos, blancos, y sutilmente interesados. Después de hacer un breve repaso de la historia excluyente de la cultura, y sobre todo, la contracultura, Lenore explica magistralmente cómo los barbudos que van en bici, siguiendo las tendencias actuales (los hipsters), son los nuevos yuppies, que persiguen modelos aspiracionales pijos y clasistas, distinguiéndose por un supuesto buen gusto.

   El libro explica así mismo la enfermiza aversión que sufrimos hacia lo latino, hacia lo autóctono... o lo que es lo mismo, la identificación con la pobreza. Preferimos profesiones liberales mal pagadas pero bien vistas (periodismo cultural, agencias de comunicación, publicidad...) a ser "un vulgar" persianero o camarero. Buscamos la distinción, y encima nos creemos “contraculturales” por seguir unos dictados impuestos desde la mercadotecnia.

   Por ejemplo, si pasear por Malasaña es una delicia en muchos sentidos, es también una exposición viva de clichés de una sociedad muy pobre, que necesita distinguirse por medio de tendencias.

   Pese a que no concuerdo con alguna de las tesis de Lenore, el suyo me parece un libro necesario y muy valiente. Por eso (y porque es un viejo conocido), he decidido hacerle algunas preguntas al respecto.  Para empezar, le he preguntado por la "cultura pop premium", que es un poco de lo que va el hipsterismo... resumiendo mucho, mucho, claro... y por el sesgo político que tiene su libro, y esto es lo que me responde:

“Toda manifestación cultural contiene una posición política. El problema es que algunas están más invisibilizadas. Por ejemplo, La Movida y el indie fueron la banda sonora de los años del PPSOE, con su individualismo, su anglofilia y su ironía militante (muy cercana al cinismo). Los lugares de socialización de esas dos escenas fueron la tienda de discos de importación, el club de moda y el festival de verano (en el caso del indie) o el plató de La Edad de Oro (caso de La Movida). Quería señalar que esas presuntas subculturas no cuestionan el sistema, sino que son su reflejo”.

- También hablas de la electrónica, de cómo se ha travestido el concepto y algo en principio espontáneo (y divertido) ha sido usurpado por la cultura imperante:

“En realidad, de lo que yo hablo es de las raves autoorganizadas y de la ruta del bakalo. Lo primero fue un movimiento que devino en algo político por la extrema represión policial. Lo segundo fue la incorporación de la clase trabajadora española a un tipo de diversion que antes era patriomnio exclusivo de los señoritos. Por eso me parecen espacios más democráticos. En todo caso, no estuve en ninguna, puedo ser perfectamente una víctima de nostalgia de lo no vivido. Hay ejemplos objetivos como Reclaim The Streets, que era un movimiento de recuperación del espacio público a través de la música. Las raves de Detroit o de Berlin eran una forma de insuflar vida en espacios urbanos muertos, abandonados por la desindustrialización... Eso son hechos históricos... El libro En écstasi, de JM Oleaque, también describe la ruta como una espacio de interacción interclasista... y él estuvo allí...”.

- Me gusta mucho cómo arremetes contra lo serio, lo triste y lo depresivo, como si eso tuviera un valor extra. Además, dices que existe una adoración por los 90, por el malditismo... Y explicas así cómo la gente desea distinguirse de la masa ¿no?

“Lo que yo he vivido hasta ahora es mucha tontería, mucha inseguridad y mucha pose. Lo mismo no hay tanta distancia entre lo que los rojos llaman "alienación" y lo que los modernos llaman "postureo".

   Hay que decir que el libro -o el panfleto- está escrito desde cierta culpa y arrepentimiento. Víctor es un periodista extraordinario, y no solo maneja gran cantidad de conceptos y géneros culturales, sino que el uso que hace de la palabra es abrumadoramente correcto e incluso estético. Sin embargo, confiesa: “Todos sabemos que para ser crítico musical o de cine no hace falta mucha cultura: un poco de inglés, cuatro revistas y tener algún colega en una redacción...”.

   ¡Ojalá Indies, hipsters y gafapastas sirva para cuestionar un montón de valores nocivos que nos impregnan cada día, en lugar de quedarnos en la crítica fácil a los modernos! Porque de eso estamos hablando, de los modernos de toda la vida, y lo clasista que resulta siquiera el concepto de modernidad. Y viene muy bien remover conciencias cuando hablamos de cultura.

                                           (De Diana Aller, el 23 de octubre de 2014)

PD nº1: En colaboración con la editorial Capitán Swing, el periódico Diagonal presentará el libro Indies, hipsters y gafapastas. Crónica de una dominación cultural, de Víctor Lenore:

¿CUÁNDO? El Viernes 24 de octubre de 2014, a las 20h.

¿QUÉ? Durante la presentación, intervendrán también el autor del libro y periodista musical, Víctor Lenore, el sociólogo Isidro López, y el músico y autor del prólogo del libro, Nacho Vegas. 

¿DÓNDE? En Patio Maravillas
Calle del Pez, 21
28004 Madrid
M Noviciado

¡Hasta el Viernes!

PD nº2: Ilustración by Tommy Chandra.

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