Dos alumnas del máster de Gestión Cultural de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, la madrileña Sofía Caballero, de 24 años, y la cubana Arlette Castillo, de 34, charlaban con su profesora, la escritora Marifé Santiago Bolaños, sobre su proyecto final, cuando se dieron cuenta de que en las conversaciones de la gente, al hablar de cultura, la danza apenas aparecía. Hablamos de cine, libros, teatro… pero no de una coreografía. ¿Por qué? Con esta idea en la cabeza, Arlette y Sofía (retratadas aquí, de izquierda a derecha) pusieron en marcha Danza entre Libros, un proyecto que busca hueco para la danza en los lugares más cotidianos de la sociedad, y que pretende conectar dos disciplinas que retroalimentándose logran ser valoradas y sobre todo, disfrutadas como nunca.

   Su primera acción no se hizo esperar. Apenas unos meses después de aquella charla iluminadora, y coincidiendo con el Día Mundial de la Danza, el 29 de abril de 2015, se estrenaron en la librería Ocho y Medio Libros de Cine. Un espacio relacionado con la cultura, pero que, bajo la mirada de estas dos jóvenes inquietas, aún tenía mucho por explorar. Aquello funcionó. Público, autores y bailarines reaccionaron entusiasmados, y Sofía y Arlette decidieron repetir orientando su búsqueda hacia la fusión entre danza y literatura.

   Desde entonces, las dos amigas proponen a varios bailarines, nada convencionales, interpretar en pasos de baile su lectura de determinados libros. Por sus manos y sus cuerpos ya han pasado obras como Trayectos gustosos, de Arantza Salaberria, Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, Baluarte, de Elvira Sastre, Las ilusiones, de Jonás Trueba, La curva se volvió barricada, de Ángela Segovia, o Suicidio a una sumisa. Viacrucis de la Dolorosa, de Fredeswinda Gijón. Escritores, que en la medida de lo posible, colaboran leyendo sus propios textos para dar paso a la danza.

   Según Sofía, este diálogo entre danza y libros saca lo mejor de los autores y de los coreógrafos, confirmando que hoy no tiene sentido mirar a una disciplina en solitario, y que todos, gestores, escritores y bailarines, quieren ir más allá. Avanzar, sumar, aprender e innovar, tanto que incluso hay coreógrafos como Ana Barcia, que se atreve a escribir sus propios textos para luego bailarlos. Lo que confirma la teoría de Sofía y Arlette, que creen que en la fusión está el mayor entendimiento y, sobre todo, el más bello de los impactos.

   Para ellas la lectura va más allá de las palabras, y buscando nuevos espacios para la danza, han descubierto que adaptarse a lugares mucho más reducidos que los habituales, lejos de convertirse en un problema, puede tener un efecto muy potente ya que Sofía y Arlette buscan una función social, y así, gracias a su nueva lectura de obras literarias, enganchan a un público, que repite y, sobre todo, compra el libro que vieron danzado.

   De momento, su público suele tener entre 40 y 60 años, así que Sofía y Arlette saben que ahora les toca llegar a un espectador más joven y piensan en otras formas de literatura como el cómic o las álbumes ilustrados. Y aunque no viven de ello (Sofía trabaja en una central de reservas de viajes y Arlette sigue estudiando, ahora un máster de artes escénicas), las dos mentes inquietas vuelcan todo su entusiasmo en Danza entre Libros, un soplo de aire fresco en una ciudad como Madrid, en la que siempre hay gente dispuesta a ver, escuchar y ayudar.

PD: El Sábado 08 de julio de 2017, Danza entre Libros participará en la XI edición de la Noche de Luna Llena de Segovia con improvisaciones de danza y música en directo, basadas en los textos que María Zambrano escribió sobre la arquitectura y belleza de Segovia, la ciudad a la que siempre soñó volver. ¡No te pierdas su performance en la Plaza de Fernán González (en la ilustración), recientemente intervenida por los Boa Mistura!

                                                  (De Lidia Martín, el 04 de julio de 2017)

Referencias útiles:
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