A mediados de los 80, la empresa en la que trabajaba Anibel (que había estudiado marketing) le ofreció irse a Londres para seguir adelante con su carrera, pero Ramón, su pareja, que se había formado en Ciencias de la Información, ya era mago en la Villa. Entonces, la joven lo dejó todo para apostar por su pasión común, y el 19 de julio de 1987, coincidiendo con el día de su cumpleaños, Anibel inauguró La Cripta Mágica, un local pensado para reunirse con sus demás amigos magos y ensayar trucos. Treinta años después, el escenario de La Cripta Mágica ha acogido a más de 120 magos de todo el mundo e ilusionistas muy reconocidos hoy en día (que actuaron delante de muchas personalidades del mundo de la política, el arte o la literatura), y Anibel y Ramón (retratados aquí), además de pioneros en España en ofrecer un local exclusivo para espectáculos de magia, son dos de los mayores especialistas en el arte de la prestidigitación de la Villa.

   A finales de los 80, en la escena madrileña de la magia, comenzaba a escucharse los nombres de Pepe Carrol (1957-2004) o el “Mago de la mente” Anthony Blake (1959). En cuanto a Juan Tamariz ya era reconocido y comenzaba a crear escuela “con esa forma suya tan coloquial de entender la magia”, según Anibel, quien reconoce que, hasta la llegada del cartomago madrileño, los magos en España ofrecían un aspecto mucho más serio. En aquella época, casi todos los magos de la Villa solían reunirse en el hoy desaparecido Café del Foro, donde también se ofrecían actuaciones de todo tipo. Crear La Cripta Mágica surgió como una oportunidad para que los amigos se pudieran reunir para ensayar o simplemente hablar de una pasión que envuelve por completo a quienes se dedican a ella.

   Poco a poco, las cosas se les fue yendo de las manos... para bien: “Cuando algún mago del grupo de amigos iba a salir en la televisión y/o quería comprobar cómo funcionaban los trucos ante la mirada de un público profano, invitaban a amigos a La Cripta. Se fue corriendo la voz, y cada vez venían más y más gente, así que, en lugar de poner nosotros el dinero de la bebida que querían tomar los amigos, les decíamos que pagaran sus bebidas”, y así, lo que comenzó siendo un local de reunión acabó convirtiéndose en un negocio, “aunque siempre tuvimos claro que queríamos un local que estuviera escondido, y que la gente lo tuviera que buscar; al principio hasta tenían que decir una contraseña, para poder entrar”, recuerda Anibel, convencida de que ese halo de misterio fue fundamental para lograr su éxito.

   Inicialmente La Cripta Mágica estaba situada en un semisótano cerca de la calle San Bernardo. Fue el espacio, escondido y con una entrada angosta, el que les brindó el nombre: “Lo llamamos “cripta” porque “cueva” quedaba muy cutre”, confiesa entre risas Anibel. Y lo de “mágica” era para dejar claro el tipo de espectáculos que allí sucedían. Desde un principio y debido a la fascinación de Anibel y Ramón por la magia de finales del siglo XIX y principios del XX, decidieron ambientar el espacio como un auténtico teatro de rojo y oro: “Robert Houdin -de quien sacó el nombre el famoso escapista Houdini- tenía un teatro igual que éste en París”. Pero, cuando todo iba bien, un problema con la pocería del edificio obligó a la comunidad a hacer una obra que irremediablemente destruiría la Cripta original. Entonces, en 1998, después de 2 años de obra de reforma para que luciera exactamente con los acabados que querían -el dorado de las paredes no es purpurina, sino laminitas de auténtico pan de oro-, La Cripta Mágica se trasladó a la calle Tarragona, donde se ha mantenido hasta la actualidad.

   Anibel aún recuerda con emoción cuando abrieron La Cripta Mágica. En aquel momento, como ella nunca había subido a un escenario, adoptó el rol de la gestión y comenzó a apuntarse a cursos de hostelería hasta que, poco tiempo después, Ramón ideó un dúo artístico de magia cómica, al que llamaron Fantasías Animoi. Unos años después, Anibel probó con la hipnosis y el mentalismo. Se separó, profesionalmente, de Ramón, quien por su parte, siguió desarrollando la magia cómica a través de Brújulo, su personaje. Hoy en día, Anibel comparte de vez en cuando escenario con su hijo mayor Raymon, quien a sus 22 años apunta maneras para ser una promesa de la magia después de haber ganado el primer premio en el último Congreso Nacional de Magia de su categoría, y aparecer en la última edición del programa Got Talent con un fantástico número que mezclaba magia y el cubo de Rubik.

   Al dedicar toda su vida no sólo a la práctica de sus propios trucos, sino también al estudio de los de otros magos y de las reacciones del público, Ramón y Anibel se han convertido en auténticos especialistas en magia y coleccionistas de objetos y libros de magia. De hecho, muchos de los objetos que se exhiben en la Fundación Telefónica con motivo de la retrospectiva sobre Houdini están cedidos por ellos. Además también fueron los primeros en ofrecer formación a magos para enfrentarse a un público infantil, gracias a sus ciclos de conferencias “No son tan terribles”.

   Hoy en día, en La Cripta Mágica se realizan espectáculos de magia de salón y de close up o de cerca -la que se realiza sobre una mesa justo a escasos centímetros del observador-. Al tener un aforo (muy) limitado, el coqueto local de aspecto decimonónico apuesta por trucos con mucha participación del público y muy heterogéneos en su naturaleza, cartomagia, mentalismo, hipnosis, humor, espiritismo, etc., es decir, espectáculos divertidos, dinámicos, llenos de humor y magia... blanca...

PD secreta: Anibel y Ramón comparten con David Copperfield, el célebre ilusionista famoso por sus espectaculares trucos, su afición por el coleccionismo. Una noche, los tres magos coincidieron en Suiza en un Congreso de Magia Mundial y los madrileños tuvieron ocasión de hablar con el estadounidense, a quien terminaron dando una tarjeta con los datos de su coqueto salón. Pocos años después, en 1998 Copperfield ofreció en Madrid dos espectáculos con lleno total en el Palacio de los Deportes, y el día antes de su actuación apareció junto a sus guardaespaldas por La Cripta Mágica poco antes del cierre, para saludar a Ramón y Anibel, conocer su teatro y comentarles que si querían vender alguno de sus extraños objetos, que le llamaran antes.

                                               (De María Glück, el 26 de abril de 2017)

Referencias útiles:
LA CRiPTA MÁGiCA (ver la ilustración)
Calle de Tarragona, 15
28045 Madrid
915 399 696
648 806 210
M Delicias / Palos de la Frontera

Horario:
- Espectáculos de hipnosis: los primeros Miércoles de cada mes:;
- Espectáculos de magia para niños: los Viernes, a las 19h; los Sábados, a las 17h y a las 19h; y los Domingos, a las 18h; 
- Espectáculos de magia para adultos: los Jueves, a las 21h; los Viernes y Sábados, a las 22h y a la 1h de la madrugada.

Precio: desde 9 euros. Imprescindible reservar por teléfono.

Para seguir los pasos hipnóticos de LA CRiPTA MÁGiCA, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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