No es un error ortográfico, sino la onomatopeya de un imperativo esencial para entender la vida. ¡Lee! Intenten pronunciarlo con cierta autoridad, y en sus cabezas resonará un “Lé”. La idea fue de Fernando Beltrán, el inventor de apelativos (responsable de nombres como Bankia o La Casa Encendia), y no tardó una décima de segundo en ser aplaudida por los responsables de un negocio, que perpetúa la dedicación de este local desde 1961: una librería. Paso siguiente, Rafa Celda, diseñador, dibujó las dos letras y añadió la tilde del logo. El acento quedaba definitivamente puesto en la lectura. 

   Hasta hace 7 años, aquí estuvo uno de los locales de la cadena Crisol. ¿Lo recuerdan? Y, retrocediendo un poco más, este dúplex con amplias vitrinas a la calle fue sede de una de las librerías de Aguilar, editorial y tienda. hoy, nada más entrar, sentimos escrutante la mirada de Almudena Grandes, amiga de la casa, desde el cartel que promociona sus últimas letras, Los besos en el pan. En el escaparate de la sección infantil, dos leyendas: Los chicos listos leen en Lé y Las chicas listas, leen en Lé,  con las fotos de dos jovencitos con gafas redondas y aire de intelectualidad. Va a ser verdad que la cultura rompe desigualdades.

   Al fondo, ¿casualidad?, llama la atención una cubierta roja que dice: “Mi maravillosa librería periférica”, una novelita de Pedtra Hartlieb, que cuenta como un matrimonio acaba convirtiéndose en libreros casi por azar. Humor, amor y “peripecias parecidas a las que suceden en la vida real”, según  Rodrigo Rivero (retratado aquí), director de Lé, que está organizando con su equipo, las estanterías para las inminente Navidad. Por suerte, no se ha perdido la costumbre de regalar libros.

   Rivero formaba parte del equipo de Crisol. Un socio entusiasta y una pizca de inconsciencia le animaron a seguir entre libros, sin cambiar de coordenadas. Así, nacía Lé. Una manera romántica de perpetuar su afición y... sus problemas, claro: “El librero, como ocurre en casi todos los negocios, va a contra reloj para llegar a fin de mes, y cumplir con todo el mundo. Empleados y proveedores. El otro miedo es residual todavía, y creo que se trata de algo complementario. Hablo del libro electrónico. Fue mayor la amenaza, pero no supera un 3% del consumo general. Incluso Amazon acaba de abrir una librería analógica” (Se llama Amazon Books, tiene 6.000 títulos, y está en Seattle).

   Los libreros, para su dicha, son vendedores vocacionales por la pasión lectora que comparten con su clientela. Rodrigo Rivero es historiador, y tiene un master en edición. Le gusta completar la vida de la tienda con todo tipo de actividades. No en vano cuenta con casi 500 metros cuadrados, una de las mas grandes de Madrid, sin ser franquicia. Tertulias, lecturas poéticas, cuentacuentos, talleres, presentaciones de libros y debates sobre cualquier asunto. Lé participa en La Noche de los Libros, el Día de las Librerías o San Jordi, pero, repasando, concluye Rivero, que tan solo la anual Feria del Libro es una convocatoria potente de verdad. Por eso, “soy partidario de crear eventos que dinamicen el sector”.

   En Lé, conviven felices 36.000 títulos. Además desde hace 3 años, se añadió una sección de juegos educativos, y algunos complementos como lupas, marca páginas, fundas para libros electrónicos… A Rodrigo le gusta la zona (Paseo de la castellana, a la altura de Cuzco): “No todas las librerías van a estar en el centro o en el Barrio de Las Letras. Aquí entra una clientela muy variada. El alquiler es alto, pero el poder adquisitivo de la vecindad también. Hay un hotel al lado y muchos viajeros que olvidaron poner un libro en su maleta. Ministerios, oficinas, restaurantes… Hemos solucionado muchas fiestas de cumpleaños a personas con poco tiempo para comprar regalos”. Cuenta además que las mujeres no solo son excelentes lectoras, sino compradoras impecables: “Tengo mejores clientas que clientes. Están bien informadas de las novedades, y vienen con los suplementos culturales repasados”.  

   La lectura nos anima a soñar sin desaliento. Eres lo que lees. ¡Ojalá nuestros trasuntos sean infinitos! ¡Feliz lectura!

                                                (De Sol Alonso, el 14 de diciembre de 2015)

Referencias útiles:
LiBRERíA LÉ
Paseo de la Castellana, 154
28046 Madrid
913 440 967
M Cuzco

Horario: de Lunes a Sábado, 10h a 21h.

Para seguir los pasos recreativos de la LiBRERíA LÉ, conéctate a su web y su Facebook.

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