Como personaje, Ignatius J. Reilly (retratado aquí) vino al mundo con 12 años, es decir, poco más de una década después de que su progenitor, John Kennedy Toole (1937-1969), le hiciera protagonista de una obra, primero, incomprendida, y luego, aclamadísima, hasta obtener póstumamente el Pulitzer (de ficción), en 1981, un año después de su publicación. Parece ser que el autor estadounidense le había creado a su imagen y semejanza, aprovechando los días yermos del servicio militar, mientras merodeaba por el  proceloso mundo del alcohol tratando de aliviar su paranoia. Hablamos de La Conjura de los necios y su irrepetible protagonista, digno de concurrir a uno de esos patéticos programas de telerrealidad, y hacerse con el botín del triunfo. Hoy, Jueves 09 de julio de 2015, Casa del Lector te invita a rendirles homenaje.

   Kennedy Toole (en la ilustración) nunca superó que su primer manuscrito, La Biblia de Neón, redactado en plena adolescencia, con 16 años, durmiera en un cajón sin que ningún editor le despertara con la oferta de imprimirlo. Fue un tipo atribulado que, de haber admitido una primera sesión de psicoanálisis, probablemente no se habría levantado nunca del diván. Un looser, que vivió poco y a merced de sus traumas, el carácter asfixiante de su madre, y una homosexualidad ni disfrutada, ni admitida. Demasiadas conciencias con Ignatius, ¿no creen? 

   Comprobar que La Conjura de los necios no despertaba una pizca de interés en los editores del momento, agravó su abatimiento hasta tocar fondo sin posibilidad de remontada. Un buen día, salió de viaje. Tenía 32 años, y la menor idea de que su segundo libro saldría de imprenta en 1980, pasando a la historia junto a ese tipo llamado Ignatius, que provoca tantas carcajadas como arcadas. Una noche oscura, en una carretera secundaria de Biloxi (Misisipi), conectó una manguera al tubo de escape de su coche, subió las ventanillas, y abrió sus pulmones a la muerte. 

   Fue su madre quién, impulsada por la mala conciencia, decidió mover el legado de su infeliz criatura. Tozuda e inasequible a los fracasos, consiguió que el prestigioso crítico y escritor, Walker Percy, comenzara su lectura primero con desgana, para terminar devorando sus páginas con la misma avaricia que Ignatius engullía perritos calientes de puras grasas saturadas, aunque suponemos que con mejores modales: "Sospecho que soy el resultado de una concepción particularmente débil por parte de mi padre. Probablemente emitió su esperma de una forma muy descuidada", reflexionaba Ignatius buscando explicación a sus maneras de vivir, en una de las peores casas de un suburbio de Nueva Orleans, ciudad natal del autor, y también protagonista de peso en la novela. 

   Todas las dotes de conquistador de las que carece Ignatius en su entorno, se avivan ante los ojos del lector, capaz de disfrutar con sus bizarras aventuras. ¿Antihéroe? ¿Ídolo caído? ¿Juguete roto? Ni eso. Ignatius es un outsider, un asocial para colmo moralista, cínico y reaccionario. No sale de su cuarto salvo para comer o ir al cine, siempre enojado con el mundo. Considera que el trabajo debería estar sancionado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y busca empleo cuando no le queda más remedio. No es, ni mucho menos guapo ni aseado, sino más bien viscoso, antitético, onanista y técnicamente virgen. Es difícil dar con un calificativo que no sea desagradable, al describir su desaliño. No tiene estilo ni clase. Carece de modales, sufre de un ostentoso sobrepeso, y cuando camina, es lo más parecido a un tsunami de grasa. ¿Algo bueno? Seguramente, su ironía. 

   Su existencia transcurre entre la anacrónica demencia, y la esperanza de volver a la Edad Media. Es un inadaptado que escribe anárquicamente un día aquí y otro allá, esperando que el cielo le juzgue, mientras idolatra a Boecio, el filósofo y poeta romano autor de De la consolación de la filosofía,  que aceptó sin quejarse su propia ejecución. Claro que la intención del autor no acaba en el esbozo de un individuo extravagante e insufrible. Toole invierte casi 300 páginas en no dejar títere con cabeza. No solo escribe, disecciona. Su presa son los bajos fondos de Nueva Orleans, y la crítica severa de la hipocresía social americana. 

   Divertida y amarga, La Conjura de los necios tiene un reparto cuyos personajes compiten por ser el más fastidioso. Hay una especie de novia sin derecho a sexo, Myrna Minkoff, con veleidades políticas de izquierdas; un policía estúpido, llamado Mancuso; un empleado negro explotado; la dueña del bar, Dorian Greene, que vende pornografía en los colegios; un líder gay; o la anciana Miss Trixie, amargada por no poder jubilarse. 

   Nadie ha conseguido, sin embargo, llevar a Ignatius al cine o la televisión. Se pensó en John Belushi, John Candy o Chris Farley. Todos están muertos. ¿Alguien habló de maldición? Descrito como una mezcla de Quijote adiposo, y el Tomás de Aquino más perverso, seguro que muchas figuras se han inspirado en él, pero seguimos sin ver en acción su bigote pringoso y descuidado, en una película que todo el mundo en Hollywood desea rodar, pero nadie financia.

   “Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él” (Jonathan Swift).

                                                    (De Sol Alonso, el 09 de julio de 2015)

Referencias útiles:
iGNATiUS DAY

¿CUÁNDO? El Jueves 09 de julio de 2015, a partir de las 18h.

¿QUÉ? Programa de la Jornada:
A las 18h:
- Inauguración de la Jornada desde Nueva Orleans con la proyección de una pieza audiovisual, rodada por el director de cine, David Dubos, en exclusiva para este homenaje y en la que el público asistente podrá conocer los lugares, que frecuentó Toole, a través de varias personas que le conocieron.
- Estreno en España del premiado documental “John Kennedy Toole. The Omega Point”, de Joe Sanford, sobre la vida del escritor, que desvela las capas del enigma que es Nueva Orleans, y del misterio que yace en el centro de la vida del autor.

A las 19h: Conferencia de Cory MacLauchlin: “Inventando a Ignatius Reilly: destino y fortuna de John Kennedy Toole” (en inglés con traducción simultanea a español).

A las 20h: Conversación con el editor Jorge Herralde quien, deslumbrado por las peripecias que sufrió el manuscrito original, apostó por La Conjura de los necios.

A las 21h: Desfile de disfraces y Concierto de la MAD 14 Dixie Club Band con un tributo a la música de Nueva Orleans.

¿DÓNDE? En Casa del Lector
En Matadero Madrid
Paseo de la Chopera, 10
28045 Madrid
917 000 676
M Legazpi

¿CUÁNTO? Entrada libre.

Para saberlo todo del iGNATiUS DAY, conéctate a la web de la CASA DEL LECTOR (también en Facebook y Twitter).

PD: Ilustración by Tutticonfetti.

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