Hay que tener cierta edad, para saber que en esa callada esquina de la Plaza de Luca de Tena, hubo un cine de barrio y sesión doble, cuyo nombre es una reverencia al oficio de actuar. El Cine Candilejas, llamado como la película que rodó Charles Chaplin en 1952, prendió su pantalla por primera vez un 6 de abril, domingo de Resurrección, del año 1958. Se proyectaba “El hombre de las llaves de oro”, y el público abarrotó un patio con 1.747 localidades de madera y terciopelo rojo. La prensa ensalzaba la apertura, insistiendo en las maravillas de la sala, que “por sus características de confort y elegancia, compite con las mejores del centro de Madrid, pantalla gigante, panorámica, cinemascope y vistavisión”, decía el periódico ABC.

   El cine funcionó con altibajos. Trató de reinventarse, adoptando otras vidas. En marzo del 81, pocos días después del golpe de estado, se convertía en teatro, con el dúo de humoristas, Ninetto y Absurdino, como residentes durante el fin de semana. Se montaron obras de Lorca, Walt Whitman, Cernuda, Kavafis o Gil de Biedma. Tras el telón, actuaron Rafael Álvarez El Brujo, Pedro Reyes, Antonia San Juan, Secun de la Rosa, Ángel Egido, Eduardo Aldán, Miguel Vigil, Javier Batanero, Pablo Carbonell, el mago Juan Gabriel, el mentalista Antony Blake. Se dejó ver Joaquín Sabina, Carmen Machi, Pedro Almodóvar, y hasta una emocionada Geraldine Chaplin, que según la ¿leyenda urbana?, dijo que a su padre le habría entusiasmado aquel lugar.

   También fue discoteca, y hasta sede de las reivindicaciones sociopolíticas de finales de la década. En el Candilejas, celebró el COGAM la primera fiesta del Día Mundial del Sida, igual que se reunían los indignados del siglo pasado, Cristina Almeida, Isabel Vilallonga, o Pedro Zerolo, miembros de la Asociación No nos resignamos. Peor, en 1988, la sala causa baja el Registro de Empresas Cinematográficas, y el enorme local, que apenas aparenta desde fuera los 1.600 metros cuadrados que ocupa, cambia de manos con regular fortuna. 

   Igual que su vecino, el Cine Infante, el Candilejas dio refugio a los miembros de una secta religiosa, relacionada con la Iglesia Evangelista, y a partir de ahí, cualquier grieta serviría de puerta clandestina para refugios necesarios una veces, y otras, coladero de inmundicia. A juzgar por el estado reciente, anegada de detritus, la que fuera casa del Séptimo Arte se convirtió en basurero. 

   Así se lo encontraron los activistas del CSO La Traba, que el 20 de agosto de 2014, sufrieron el derribo de su activa sede en la calle Batalla de Belchite. Desde esa aciaga mañana, no han dejado de buscar recambio. Cuando dieron con el cine, y comprobaron que sus puertas de atrás, situadas en lo que llegó a llamarse “el callejón del hedor”, no estaban bajo llave, pasaron a la acción de adecentar el sitio, y en poco más de un mes, devolver el esplendor a la puerta delantera. 

   Los colectivos implicados, Juana Doña Arganzuela, La Traba Producciones, La Nueve - Arganzuela Maquis, y Arganzuela 27, se quejan del caso omiso prestado por el Ayuntamiento a las reclamaciones de un distrito muy poblado, 150.000 habitantes, que no tiene ni una sola biblioteca.

   Carlos Hernández (retratado aquí), parte de del colectivo La Traba Producciones, nos hace una visita guiada muy completa, a pesar de haber pasado la noche sin dormir. Los exámenes de selectividad se solapan con las noches de vigilia en las que, por turnos, parte de los activistas permanecen de guardia, maldurmiendo en los tresillos donados por la vecindad, que llenan las dependencias de la primera planta: “La gente estaba acostumbrada a que el cine abandonado, solo les trajera molestias, ruidos, mal olor, y porquería. Nuestra intención es otra. Queremos hacer planes en común con el barrio y con Madrid”.

   Despejar los espacios de mugre, basuras variadas, jeringuillas, y hasta excrementos humanos, ha sido agotador al tiempo que satisfactorio. 200 muchachos barriendo rincones, puliendo frescos de mármol sobre los que habían pintado indiscriminadamente, y luciendo los bonitos suelos originales. “No venimos a ensuciar, venimos a mejorar el barrio”, dice uno de los carteles colocados en la valla que resguarda la puerta principal. En otros, se solicita material de limpieza y albañilería. Y en medio, un buzón invita a que los vecinos depositen sugerencias, dudas, ideas o quejas. 

   Provistos de un par de frontales de espeleólogo, Carlos nos guía en el ascenso al piso más alto. Allí, ¡sorpresa! Han encontrado un estudio de grabación perfectamente insonorizado, y varias cintas de casete donde, a pesar de las capas de polvo que las cubre, se adivinan grabados salmos evangélicos. El estudio conduce a otras dos azoteas, que conviene no pisar demasiado, hasta que un arquitecto inspeccione el estado general del edificio. Tropezar allí con El fantasma de la Ópera no sería tan extraño. 

   Sin duda la estancia más impresionante es el patio de butacas. Están prácticamente todas. Sucias pero firmes, como si en cualquier momento fuera a arrancar la proyección. Tan solo aparecen destrozadas las de las primeras filas, justo en el proscenio, que fueron pasto del fuego, originado por inquilinos poco amables. 

   El inmueble es propiedad de un fondo de inversión, que adeuda casi 3 millones de euros a una entidad bancaria. Parece perfecto para los planes de La Traba, que quieren programar teatro una vez al mes, cobrando entrada para ayudar a las comunidades de vecinos, que tienen parte del inmueble, y son acreedores de 28.000 euros por impago de las cuotas. Quieren que haya circo, aprovechar el estudio de grabación, dar conciertos, impartir talleres, abrir una Oficina de Vivienda, y habilitar uno de los pasillos para rollers y skaters. Saben que será difícil reproducir la famosa pista de BMX de la antigua sede, pero a cambio, van a darlo todo por un sueño. El mayor homenaje que se merece un cine. Sí, esperan algún día, volver a proyectar.   

   La Traba Candilejas: un viaje al pasado que ¡ojalá tenga mucho futuro por delante!

PD: Hoy, Miércoles 15 de julio de 2015, a las 19h, se impartirá un Taller de inteligencia emocional “Revoluciona tu mente”, en la nueva sede de La Traba!

                                                  (De Sol Alonso, el 15 de julio de 2015)

Referencias útiles:
CSO LA TRABA - CANDiLEJAS
Plaza de Luca de Tena, 1
28045 Madrid
M Palos de la Frontera

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