Sol, arena, mar, pescaíto frito, chiringuito, protector solar… y el sonido de una avioneta, que hace que todo el mundo mire hacia arriba, para comprobar que se trata de publicidad aérea…. Crónica Sentimental de un clásico de los veraneos playeros, que nación junto al balón de Nivea, y que hoy en día sigue en buena forma.

   El responsable de la introducción en España de este tipo de publicidad fue Salvador Hedilla (1882-1917), un cántabro todo terreno que, además de ser pionero de la aviación, también era mecánico, motorista, piloto de carreras y ciclista. En 1915, inspirándose en el Trofeo Schneider (creado en 1911, para carreras de hidroaviones, que lucían logotipos de las empresas patrocinadoras del evento en su fuselaje), pensó que sería buena idea pintar un mensaje publicitario del producto estrella para el pelo de la firma de cosmética Gal, sobrevolando un lugar con mucha concentración de gente, desde campos de fútbol a plazas de toros o hipódromos, entre otros.

   Ese primer anuncio comercial se transformó en propaganda política cuando poco después Antonio Maura, candidato conservador a presidir el Consejo de Ministros, le fichó para que le apoyara el día de las elecciones, lanzando papeletas electorales, en una campaña nunca vista hasta el momento (Maura perdió de todos modos). Más tarde, la aviación y la propaganda política volvieron a darse la mano, el día de la proclamación de la II República, el 14 de abril de 1931, cuando una patrulla de aviones recorrió el cielo de Barcelona arrastrando la bandera nacional y la catalana (con una mujer piloto, Mari Pepa Colomer, entre ellos).

   Pero el verdadero auge de la publicidad aérea llegó en los años 60, cuando el piloto Laureano Ruiz, originario de Santander, importó de Francia el remolque publicitario para patentarlo en España. Se trataba de un sistema que, pese al paso de los años, no ha variado mucho desde aquellos primeros momentos, con excepción de las mejoras evidentes en la tecnología.

   En cuanto al objetivo, sigue siendo el mismo: cuando un avión sobrevuela una playa, por instinto (¿de protección? ¿por si acaso se nos cae encima?), muchas cabezas se levantan hacia el cielo a ver qué pasa. Según un estudio de la consultora Nielsen, esa curiosidad tiene una gran penetración en cuanto al calado del mensaje publicitario ya que el 70% recuerda después la marca que ha visto anunciada, una tasa muy superior a cualquier otro soporte.

   Pero la publicidad aérea no es tarea sencilla. Requiere pilotos con mucha experiencia, y todo está muy regulado, con las pertinentes autorizaciones de Aviación Civil y del Gobierno Civil de la provincia donde se vaya a volar. Hay varios tipos de avionetas, pero todas ellas deben estar equipadas por un gancho de remolque específico, que se instala a posteriori. Y pese a lo que muchos creen, la aeronave no lleva el cartel publicitario en el momento del despegue. Tiene que volver a por él en una maniobra de riesgo por el que se engancha la pancarta con un dispositivo, que se asemeja al ancla de un barco.

   Finalmente, los materiales actuales son mucho más ligeros que los primitivos, lo que permite pancartas de mayor tamaño. ¡Ojo al dato!: los carteles pueden medir desde 4 metros de alto por 12 de largo a 6 metros por 15, dependiendo del mensaje que quiera transmitir el cliente (y del presupuesto con el que cuente, por supuesto). El cartel va separado de la aeronave entre 60 y 80 metros, y la normativa obliga a que vuele a un mínimo de 160 metros sobre el nivel del mar.

   A modo de conclusión curiosa, las avionetas con pancartas son el segundo método más utilizado en EE.UU. para pedir la mano (después del tradicional con el anillo en la cajita y la rodilla hincada en el suelo). Horterada o no, tiene un riesgo: que la novia no lo vea, y el novio se haya dejado un pastón por querer ser “original”.

                                 (De Abigail Campos, el 12 de agosto de 2015)

Referencias útiles:
Para mandar un mensaje comercial o matrimonial aéreo, conéctate a la web de AEROPUBLiCiDAD (también en Facebook y Twitter), y pide un presupuesto online.

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