La suya es la historia de un chico de barrio al que le gustaba la música pero sobre todo, tocar con los amigos. Flaco como un galgo, setentero, humilde, hipocondriaco, aprendiz, escondido en su sombrero y gafas de sol American Airlines, con uniforme de jeans, fular en honor a Keith Richards, zapatos Chelsea y joyas indias, junto a su perro Jagger (de nuevo los Stones) y con voz suave, Leiva crece con cada disco y con letras que se extienden como el título de su último trabajo, el guitarrero “Pólvora” (2014), su segundo disco en solitario, grabado en directo y oro al mes de publicarse, del que, tras 2 años rodando sin parar, se despedirá por un tiempo con el cierre de gira este Sábado en Madrid.

   Miguel Conejo Torres nació en Vallecas en 1980, y pasó su infancia en la Alameda de Osuna, donde aún vive en una modesta casa, junto a su hermano pequeño, Juancho, vocalista de Sidecars. El gusanillo de la música le picó temprano tras superar una etapa en la que soñaba con ser futbolista. De hecho, su apodo y nombre de escena le viene del parecido razonable, que tenía en la hierba, con el jugador brasileño Leivinhna, que en los 70, década que sin duda marcó a este artista, defendió los colores de su Atlético de Madrid. Con 13 años, el adolescente cambió el balón por las baquetas, y lió a sus colegas para montar un grupo con el que comerse el mundo a base de mucha actitud aún sin pulir. La primera canción que sacó fue “Light My Fire” de los Doors, luego siguió “You Really Got Me” de los Kinks, y ya no hubo manera de dejarlo. Junto a las versiones nacieron las primeras composiciones de una mente inquieta, que buscaba letras con poesía y sentido, para llenarlas de rock.

   En 1999, con la libertad de la mayoría de edad y las ideas bastante más claras, Miguel decidió apostar en serio por la música formando, junto a 2 de sus amigos de siempre con el mismo propósito, Rubén Pozo y Tuli, la banda Pereza, que arrancó con versiones de Leño, se curtió de bar en bar, y acabó en apenas 2 años firmando contrato con una discográfica y sacando un primer álbum homónimo en 2001 que, aunque pasó sin pena ni gloria, les hizo creer que aquello que hacían era real. Cada vez que tocaba, Leiva viajaba a los 70, emulando a sus idolatrados Marc Bolan de T. Rex, a los Stone, y a los patrios Burning o Tequila, con los que en su mayoría, compartiría escenario años después. De esa década también data gran parte de su colección de guitarras -desde la Telecaster a una White Falcon como la que llevaba Elvis-, así como la furgoneta con la que se escapa a su casa de la Sierra de Gredos, y el “Om” tatuado en su mano en honor al yoga que tanto le alivia.

   En 2003, ya solos Leiva y Rubén Pozo publicaron “Algo para cantar”, una declaración de intenciones de lo mucho que tenían que decir; y 2 años después, en 2005, llegó “Animales” que los subió a todos los escenarios, y los convirtió en fenómeno de fans con algunas de las canciones más tarareadas del año como “Niña de papá” y “Princesas”; al que le siguió “Amigos de los Animales” (2006) donde recopilaron compañeros de carretera y profesión en una consagración firmada por Amaral, Xoel López (entonces Deluxe), Coque Malla, Christina Rosenvinge, Quique González o Búnbury.

   Muchos de aquellos compadres son hoy algunos de sus mejores amigos, en especial Quique González, que junto a su hermano, Juancho, y su teclista y colega de la infancia, César Pop (que hoy sigue viviendo a 2 calles), forman el trío al que acude cada vez que acaba un tema. Con otros, montó bandas paralelas, divertidas y locas como One Hit Wonders, de versiones, junto a Xoel López con Leiva a las baquetas; igual que Hot Legs, junto a Carlos Tarque, Rubén Pozo y Sara La Rubia; o la gira acústica que se marcó por pequeños teatros con Iván Ferreiro como contrapunto de la mastodóntica que le llevó de la mano de Loquillo y su admirado Ariel Rot.

   Para entonces, los sueños del adolescente de la Alameda estaban más que cumplidos, aunque aún faltaban por llegar más discos de oro, llenazos en Las Ventas, giras por Argentina, la colaboración del ex Rolling Stone, Mick Tayor, que le dio a la guitarra en el tema “Grupis” del álbum “Aviones” (2009), y convertirse en letrista de algunos músicos a los que admiraba de pequeño, desde Quique González a Sabina, que eligió su tema “Tiramisú de Limón” para abrir su disco “Vinagre y Rosas” (2009).

   Y así, en pleno subidón, con los estadios a reventar, las fans al pie del cañón y la creatividad a tope, al finalizar la gira de “Aviones”, Pereza anunció su separación. Solo ante el peligro, Leiva sacó “Diciembre” (2012) donde literalmente se dejó la piel, y también se la tatuó con el título del álbum, grabando casi todos los instrumentos y repasando cada detalle del proceso de producción con un resultado que fue inmediatamente halagado por público y crítica. En realidad, Leiva quiso volver al origen, a las salas pequeñas y al contacto cercano, pero las ventas le trastocaron los planes, llegando a llenar 4 noches seguidas La Riviera, o inspirando a artistas como Boa Mistura, que realizaron un cuadro basado en su sencillo “Violento amor”, que hoy cuelga, previo pago de la obra, en el salón del cantante.

   Emancipado y más maduro, Leiva siguió sacando afuera canciones con “Pólvora” (2014), cuyo título también se tatuó, y que le llevó a temer que todo lo que deseaba se podría hacer realidad. Fue elegido en junio de ese mismo año como telonero de los Rolling Stone. Leiva era el nombre y la cara, y Leiband, su familia de músicos y amigos que le acompañaban y acompañan en el escenario y la carretera. Con este disco mucho más eléctrico, el compositor dejó atrás tanta reminiscencia de los 70 para permitir el paso del pop y de melodías más modernas, pero sobre todo, para gritar con su tema “Los Cantantes” el mensaje que siempre quiso transmitir: cuando la vida duele, hay algo que nos salva, ¡la música!

                                                    (De Lidia Martín, el 29 de junio de 2015)

Referencias útiles:
LEiVA EN MADRiD

¿CUÁNDO? El Sábado 04 de Julio de 2015, a las 21h30.

¿QUÉ? Concierto de Leiva fin de gira “Pólvora”. Artista invitado Lichis

¿DÓNDE? En el Barclaycard Center (ex Palacio de los Deportes de Madrid)
Avenida de Felipe II, s/n
28009 Madrid
914 449 949
M Goya / O’Donnell

¿CUÁNTO? De 23 a 25 euros aquí.

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