Solo con abrir la puerta, y echar una rápida ojeada, se entiende que las responsables de este coqueto local se conocieron trabajando en espacios construidos por y para el arte. La Fiambrera se asemeja a las tiendas y cafés de los mejores museos, pequeñas prolongaciones de las pinacotecas, que aportan un merecido reposo a los intensos paseos por salas y galerías, o la posibilidad de hacerse con un objeto, que haga del todo inolvidable la visita.

   Ruth López-Diéguez y Maite Valderrama (de izquierda a derecha, en la ilustración) emplearon casi un año en buscar el lugar idóneo para montar un espacio integral, dedicado al diseño. Un sitio céntrico que hiciera las veces de tienda, sala de exposiciones, muestrario de ropa, y pequeño bar cafetería. En 7 meses pateando Madrid, visitaron nada menos que 66 lugares. Quizá fue casualidad o puede que obra del destino. La cuestión es que, en octubre de 2014, acabaron arrendando precisamente el primero que habían visto y descartado “porque aunque las dimensiones, el barrio y la distribución eran perfectos, nos asustaba tanto el precio como la reforma ya que estaba completamente destruido”, nos cuenta Maite con su dulce acento colombiano.

   Y, de nuevo el azar quiso cerrar el círculo... casi herméticamente… como se ajusta la tapa protectora de una fiambrera, nombre que rinde homenaje al antiguo empleo del lugar, una tienda, cuyo letrero luminoso de letras negras sobre fondo amarillo, que dice “Fiambres”, Maite y Ruth conservan por puro romanticismo en la magnífica cava del colmado: un sótano bien acondicionado, que también se alquila para fiestas y eventos.

   Cuentan que las obras fueron una reforma “a contra caballo”. Acostumbradas al vertiginoso trabajo en los museos, a los deadlines de tener que tenerlo todo listo para ayer, las dos amigas dieron la vuelta al espacio en tan solo 2 meses, llenándolo de objetos y publicaciones relacionados con la música, el arte, la ilustración, el diseño gráfico, los muebles irrepetibles, y tanto como rodea a la cultura pop. Pero, además de poder adquirir un souvenir alternativo (como por ejemplo, una de las Vírgenes policromadas a mano, que representan a cada barrio de Madrid), La Fiambrera también funciona como galería, y representa a 16 artistas y diseñadores.

   Finalmente, la zona del bar (gourmet) está intencionadamente dedicada al desayuno y al aperitivo, “posiblemente los dos mejores momentos del día”, nos dice (con razón) Ruth, señalando las mermeladas, la selecta bollería, y la divertida muestra de cervezas, con nombres como La Salvaje, La Flaca o La Gorda, que es precisamente la más ligera, todas artesanales, elaboradas en Campo de Criptana (Ciudad Real).

   Definitivamente, La Fiambrera saciará tu hambre… con arte.

PD (nº1): Esta semana, con ARCO 2015 recién inaugurado, y Colombia como país invitado, solo bogotano podía ser el artista que, a partir de hoy, Viernes 27 de febrero de 2015,  La 19h, colgará su obra en La Fiambrera. Afincado desde 2012 en Nueva York, Juan Pablo Baene presentará “Nihil Desesperandum”, su primera exposición individual, un homenaje a los nativos en tiempos de la conquista de América, los robots de los años 60 y 70 del siglo pasado, y las cumbias psicodélicas. En un más que lógico homenaje a un compatriota eterno, Gabriel García, Márquez, Baene gusta definirse como “un cronopio de vanguardia”.

PD (nº2): La Fiambrera, junto a 5 galerías de arte más de Malasaña, te invitan a PaseArte, una ruta alternativa para volver a descubrir el barrio de toda la vida.

                                           (De Sol Alonso, el 27 de febrero de 2015)

Referencias útiles:
LA FiAMBRERA
Calle del Pez, 7
28004 Madrid
917 046 030
M Callao / Noviciado

Horario:
- De Martes a Viernes: de 10h30 a 14h30 y de 16h a 21h;
- Los Sábados y Domingos: de 12h30 a 21h.

Para seguir los pasos (re)creativos de LA FiAMBRERA, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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