Hoy, Lunes 21 de marzo de 2016 -como cada año desde 1999-, se celebra el Día Mundial de la Poesía. Una oportunidad única para acercarnos, de una manera diferente, a un género literario, que suele despertar sentimientos encontrados, como el respeto por obligación educacional e institucional y el miedo (personal) a no entender nada.

   Hace 17 años, durante la 30ª reunión de su Asamblea General, en su sede de París, la UNESCO eligió la fecha del equinoccio de primavera (que también puede caer el 20 de marzo como este año) para celebrar el Día Mundial de la Poesía. La Organización de las Naciones (casi siempre) Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ideó este señalado día no solo para permitirnos “reflexionar sobre el poder del lenguaje y el florecimiento de las capacidades creadoras de cada persona” sino también para “sostener la diversidad de los idiomas a través de la expresión poética y dar a los que están amenazados la posibilidad de expresarse en sus comunidades respectivas”. Con este ambicioso proyecto, la institución mundial pone “una de las expresiones más puras de la libertad de la lengua” al alcance tanto de sus Estados miembros como de nuestros estados anímicos. 

   Pero, como casi siempre en la vida (y en la prensa, dicho sea de paso), lo que NO se dice suele ser lo más interesante. Como si nada, esta interesante propuesta rompió un tabú intelectual e internacional “en vigor” desde 1945.

   En efecto, después de la victoria total y absoluta de los Aliados sobre las Potencias del Eje, que puso fin a 6 sangrientos años de conflictos bélicos por todo el planeta, los pueblos liberados descubrieron el horror de la barbarie nazi a través, primero, de las imágenes filmadas por las tropas liberadoras y, posteriormente, de los testimonios y/o silencios de los supervivientes a los campos de concentración y exterminación, de vuelta a casa, pero difícilmente a la rutina por haber vivido en sus propias carnes la experiencia individual y, a la vez, universal de la deshumanización. Por vez primera, la civilización occidental, que hasta ahora consideraba las guerras y los genocidios pasados como “meros” ciclos históricos y que, por fin, había entrado en la era moderna con la cabeza bien alta, tendría que replantearse las bases del propio conocimiento que se pensaba absoluto. De ahí, la famosa frase del filosofo alemán Theodor Adorno (1903-1969), “Después de Auschwitz, no se puede escribir poesía”, al origen de múltiples discusiones y debates acerca de la estética, la ética y la memoria histórica, a lo largo del siglo XX. 

   Entonces, ¿feliz Día de la Poesía del siglo XXI?

Referencias útiles:
¿CÓMO CELEBRAR EL DíA MUNDiAL DE LA POESíA EN MADRiD?

(1) Hoy, Lunes 21 de marzo de 2016, a las 19h, la Biblioteca Pública Municipal Manuel Vázquez Montalbán (Calle de Francos Rodríguez, 67; M Francos Rodríguez) en Tetuán te invita a celebrar el Día de la Poesía 2016, con el poeta y periodista uruguayo Jorge Oliveira, que recitará varios versos de su nuevo libro Kayak así como otros poemas. Entrada libre.

(2) Hoy, Lunes 21 de marzo de 2016, a las 19h, coincidiendo con los 25 años de existencia del Instituto Cervantes (Calle de Alcalá, 49; M Banco de España), se rendirá un homenaje a la poesía española e hispanoamericana a través de la lectura de 25 poemas señalados de la historia literaria de nuestra lengua española y de las otras lenguas nacionales. Participarán varios actores de la escena española como Juan Echanove, que leerá a Cervantes; Ana Fernández, que recitará a Pablo Neruda; Carlos Hipólito, a Miguel Hernández, Clara Sanchís a Vicente Aleixandre o Kiti Mánver, a Federico García Lorca. Entrada Libre.

(3) Finalmente, para celebrar el Día de la Poesía 2016 desde tu casa, Mi Petit Madrid te propone un Petit Quiz poético: ¡Adivina a quién pertenecen los siguientes versos!

a. Por una mirada, un mundo,
por una sonrisa, un cielo,
por un beso… ¡yo no sé
que te diera por un beso!

b. Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

c. Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

d. Yo quiero que el agua se quede sin cauce.
Yo quiero que el viento se quede sin valles.
Quiero que la noche se quede sin ojos
y mi corazón sin la flor del oro.

e. Bajo la piel del párpado
el decorado de sumerge
porque la noche
complica la soledad hunde
las fachadas
se regresa al primer instante

Respuestas:
a. De Gustavo Bécquer (Rima XXIII, “1871”).
b. De Francisco de Quevedo (“Amor constante más allá de la muerte”, 1648).
c. De Antonio Machado (Proverbios y Cantares, 1909)
d. De Federico García Lorca (“Gacelas de la terrible presencia”, 1934).
e. De Manuel Vázquez Montalbán (Ciudad, 1997).

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