Cuando un grupo de ilustradores se junta, nadie sabe lo que puede pasar. Lo que es seguro es que lo que suceda no va a ser ni aburrido ni convencional. La última vez que Amaia Arrazola, Ricardo Cavolo, Paula Bonet, Sergio Mora, María Herreros, Conrad Roset, Chamo San, Lyona Ivanova y David de las Heras (de izquierda a derecha, en la ilustración) se reunieron para la cena de Navidad, entre vinos y brindis se comentaron algunas anécdotas divertidas, se empezó a subir el tono, y decidieron embarcarse en una aventura que mezclara dibujo y erotismo.

   Normalmente, tras los excesos de las fiestas, son pocos los que recuerdan lo que sucedió la noche anterior, y los que sí preferirían olvidarlo. Sin embargo, nada de eso pasó con estos 10 ilustradores. Unos meses después de la famosa cena, veía la luz Cuando el negro se hace rosa, un título que para Herrera, “resulta muy evocador”, además de tener, como explica Chamo, una explicación meramente práctica: “Era necesario buscar una forma en la que un dibujo a línea y color digital pudiera convivir con un óleo. Por eso, una paleta definida -el negro y el rosa- era clave para crear esta unidad”.

   En cuanto a la editorial Lunwerg (del grupo Planeta), que acaba de publicar el libro y con la que algunos de los participantes ya habían trabajado previamente, “es como una casa para muchos de nosotros, así que fue sencillo, aunque en origen el proyecto surgió únicamente por placer. La parte comercial no nos la planteamos”, confiesa Herrera. “Javier Ortega, el editor de Lundwerg, es una persona encantadora y, a mi parecer -explica Chamo-, un profesional con un criterio muy refinado, por lo que fue la primera persona a quien se le propuso editarlo. Según recuerdo, no tardó nada en aceptar y apoyar el proyecto. Ha sido una pasada trabajar con él y que respetara al 100% la idea original del libro, sobretodo sabiendo que la idea venía de una noche de cervezas”.

   En Cuando el negro se hace rosa, las 10 ilustraciones, apoyadas por otros tantos textos, han sido elegidas y realizadas por los 10 artistas con total libertad y sin ningún tipo de injerencias o censuras por parte de la editorial. En el caso de Chamo San, la ilustración vino antes que el texto: “Tenía muy claro que debía ser una imagen que relatara el acto sexual, pero sin llegar a ser tan explícito como hace la industria pornográfica. Para mucha gente, el porno es la única fuente gráfica vinculada al sexo, pero todos lo que lo hemos practicado alguna vez sabemos que hay bastante diferencia entre el porno y el sexo real. Lo que más me interesaba es esa especie de trance en el que, a veces, puedes llegar a perderte mientras te fundes con la otra persona. En ese sentido, no quería que el texto fuera redundante y explicar lo mismo que se mostraba en la ilustración, así que escogí 4 palabras cortas, e hice un lettering. Algo ilegible en el que besar se mezcla con morder, y el placer con la pasión”.

   Por su parte, María Herreros prefirió hablar de ese sexo que “trasciende el momento de practicarlo. Que te hace anticiparlo, y recordarlo”. Para expresar esa idea eligió unas cartas eróticas: “Las uso en dos planos: en el texto están las cartas de James Joyce a su mujer y, en la ilustración, otra pareja de otro momento y espacio, unida también por sus escritos”.

   En resumen, imágenes más o menos explícitas, referencias a autores prohibidos durante décadas, estampas de aroma oriental, representaciones del placer, cuerpos desnudos… Cuando el negro se hace rosa contiene muy diferentes variedades sexuales. Podríamos decir que incluso el fetichismo, habida cuenta del magnífico acabado del libro. Un volumen encuadernado en tapa dura, con las páginas en acordeón, presentado en un elegante estuche que apenas deja adivinar el contenido del mismo.

   Cuando el negro se hace rosa es “un libro arriesgado en formato y contenido y, aunque somos conscientes de que el sexo vende, nunca se pensó como un best seller. De hecho, en la portada no hay ninguna señal de que es un libro de sexo. Tuvimos que ponerlo explícitamente en la contraportada. ¡No fuera a ser que alguien no estuviese advertido! Lo que sí que teníamos claro desde el principio era hacer un producto lo más cercano posible a un libro de artista. Un libro que pudiese lucir bien en una estantería o una mesa, que pudiese abrirse y dejar las ilustraciones que más gustasen como si fuese un conjunto de cuadros”, explica Chamo. Porque el sexo también es tacto, vista, olor… el libro de Amaia, Ricardo, Paula, Sergio, María, Conrad, Chamo, Lyona y David es definitivamente un objeto del deseo...

                                                 (De Eduardo Bravo, el 09 de mayo de 2016)

Referencias útiles:
CUANDO EL NEGRO SE HACE ROSA

¿QUÉ? Cuando el negro se hace rosa (2016).

¿QUiÉN? De 10 ilustradores (Amaia Arrazola, Paula Bonet, Ricardo Cavolo, David de las Heras, María Herreros, Lyona Ivanova, María Diamantes, Sergio Mora, Conrad Roset y Chamo San) y 1 editorial: Lunwerg.

¿DÓNDE? Ya a la venta en las mejores librerías.

¿CUÁNTO? 25 euros.

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