He aquí la historia de 4 jóvenes inquietas que, buscando un modo ameno de ayudar a los demás, toparon con el maestro que todos llevamos dentro. Sucedió en una de esas charlas donde las ideas brincan de boca a oído, y acaban cuajando en un proyecto. Se germinó en 2014, y se estrenó con la primera clase hace ahora 10 meses. ClaseaTe tiene la hechura de una asociación solidaria ajena a dogmas de fe o siglas políticas. Detrás de esta academia  ambulante, donde lo mismo se aprende a cocinar que a hablar en público, el lenguaje de signos o zumba, no se esconden Julia, Cris, Maria y Maite (retratada aquí de izquierda a derecha).

   ¿Cómo funciona? “Precisamos de un local, que nos sirva como aula, alguien dispuesto a regalar su tiempo y sus conocimientos, una ONG que reciba el dinero recaudado, y nosotras nos encargamos de gestionarlo todo. La idea tiene como referente el concepto ya creado de los bancos de tiempo y la intención de hacer cosas por los demás, con absoluta transparencia y ninguna rentabilidad”, explican las 4 componentes de ClaseaTe, que, practicando con el ejemplo, arrancaron el proyecto enseñando lo que saben: photoshop, alimentación, interpretación, crochet, magia, técnicas de encuadernación o defensa personal.

   Julia Villena, profesional del área de la tecnología de los alimentos, lleva la gestión administrativa de ClaseaTe. Alumna durante cinco años de la escuela de teatro de Cristina Rota, Cristina García Bajo es ingeniera eléctrica y agitadora en redes de la asociación. Maria Rosell, periodista especializada en comunicación digital, tiene como misión las relaciones institucionales, y Maite Iturralde, ingeniera mecánica, promociona las clases a través de blogs y plataformas de actividades. Normalmente, se reparten el mes dividiéndolo entre cuatro, y así cada una se centra en una disciplina al mes. Siempre en sábado. 

    Les vale casi cualquier entorno con techo y cuatro paredes para los meses de frío, y espacios inspiradores y abiertos cuando la bonanza del tiempo lo permita. Estancias universitarias, parroquias, comedores sociales, bares, salones de actos, rockódromos, montañas, prados, parques, solares y hasta un descampado si es afable. Aún recuerdan con ilusión “el comedor social de Cáritas, que utilizaron un tiempo en la calle Martínez Campos de Madrid, “en el que la interacción entre los habituales del sitio y los alumnos ocasionales fue muy interesante. Puso de manifiesto muchas cosas, como que la pobreza no es miseria y que cualquiera en un mal paso puede un día verse en la necesidad de pedir ayuda en algo tan básico como la comida. En las clases de informática, había gente de allí con tantos o más conocimientos que el propio profesor”. Y de las ocasiones en que utilizaron las dependencias de una iglesia cercana a Príncipe Pío, guardan anécdotas divertidas, como coincidir con los horarios de liturgia. 

   Las actividades relacionadas con el ejercicio físico o la gastronomía arrasan. La afluencia perfecta está entre 10 y 15 alumnos por taller. ¿Edades? “Viene mucho treintañero”, pero muchas de las actividades son para toda la familia. Participar es solo cuestión de buenas intenciones. Uno puede ser alumno, profesor, aportar ideas, ceder locales, ofrecerse como voluntario o hacer donaciones.

   Entonces, si quieres implicarte, ¡ClaseaTe!

                                         (De Sol Alonso, el 15 de diciembre de 2016)

Referencias útiles:
Próxima acción de CLASEATE:

¿CUÁNDO? El Sábado 17 de diciembre de 2016, de 18h a 20h.

¿QUÉ? Clase de baile moderno ¡Muévete por los refugiados!, para recaudar fondos, destinados a comprar regalos de Navidad a los niños refugiados en los campos de Grecia gracias a Cambiemos el Juego.

¿DÓNDE? En el Centro Cultural Pilar Miró (en la ilustración)
Plaza de Antonio María Segovia, s/n
28031 Madrid
913 052 408
M Vallecas

¿CUÁNTO? Lo que tú quieras donar aquí.

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