En 2012, María y Emi (retratadas aquí) decidieron trepar a la felicidad, subidas en un ascensor. Hoy, cada vez que ponen rumbo a la decimoquinta planta del edificio del Palacio de la Prensa, se desprenden de las inseguridades, prejuicios, reprobaciones e incredulidades, que surgieron cuando abandonaron sus trabajos estables para hacer lo que realmente les gustaba: diseñar, aprender y compartir su arte y el de otros.  Arriba, les espera Callao 15, su pequeño estudio, un rincón con unas increíbles e inspiradoras vistas de la capital del que las chicas se enamoraron al instante. Aquí crean la ropa y complementos de sus marcas, María Faci y Picnic & Co, tienen su showroom, y oficina, pero también, un espacio de coworking, talleres, conciertos clandestinos, y todo lo que sume ideas o sonrisas, que iluminen el skyline madrileño.

   Gracias al boca a boca y a los círculos en los que se mueven, no les faltan las propuestas. Funcionan mucho y bien. Sólo piden diseños únicos y originales, cosas hechas con mimo, artesanas, que compartan esa manera diferente de ver el mundo, y sobre todo, la vestimenta de los que lo habitan. Emi piensa que la crisis ha traído algo bueno: ahora se aprecian más determinadas cosas, y el individualismo se ha quedado atrás para dar paso a los demás. Se lleva compartir ya sea el lugar de trabajo, los gastos, el coche, los viajes, la niñera, la ropa, los proyectos o las ilusiones, y estas chicas sabían que ésta era la manera de crecer por dentro y por fuera.

   Todo lo hacen en Madrid, e intentan que sea en su zona, tanto la confección como la venta. Su especialidad es el estampado, que dibujan a mano, y luego, llevan a las telas. Emi es colorista, silvestre y un tanto naif, y María juega con trampantojos y la estética surrealista al estilo Magritte. Su interpretación de la moda dista mucho de las grandes marcas, porque sus piezas son únicas, de apenas una prenda por cada talla, y precios, que oscilan entre los 50 y los 150 euros. Con su ropa, es prácticamente imposible tener un encontronazo con alguien vestido igual que tú. El concepto de “uniforme” no les va, prefieren pensar que el diseño es algo personal, maleable, transformable, como su local, en el que lo mismo cabe un taller de costura que uno de cerámica de manos de Abe the Ape, a otro de origami o dibujo, o un concierto clandestino de altura como el que ya dieron The Right Ons.  

   Saben que, en España, hay mucho talento y gente con ideas diferentes, que ha encontrado un público pequeño, pero fiel. Hay un sector realmente preocupado, no sólo por el resultado estético final, sino por todo el proceso, y quieren saber dónde y cómo está hecho lo que llevan. Sus prendas buscan la atemporalidad, la durabilidad con estilo, el material de primera, y las calidades únicas, como los cuellos de Emi, hechos de lana de oveja merina, que huelen a campo. Una vuelta a los orígenes, a la esencia de las cosas, que sienta muy bien.

   Desde las alturas, Madrid es como un pueblo, lleno de tejados, que esconden infinitas historias. Todo parece más accesible, fácil y pequeño, y con el atardecer como el mejor momento, su visión panorámica de casi 360 grados es su mejor inspiración, de hecho María hizo varias piezas con estampados basados en este paisaje. Y si un día necesitan más “caña”, solo tienen que bajar a la Gran Vía y observar, aunque dicen, aún somos poco atrevidos. Y es curioso, porque ellas mismas confiesan pecar de lineales y dar más rienda suelta a sus diseños proyectados en otras personas. Prometen poner remedio y hacerlo por supuesto, en Callao 15, las vistas más molonas de Madrid.

                                       (De Lidia Martín, el 15 de abril de 2015)

Referencias útiles:
CALLAO 15
Gran Vía, 46
28013 Madrid
913 971 734
M Callao

Horario: pedir cita previa.

Para seguir los pasos (re)creativos de CALLAO 15, conéctate a su web y su Facebook.

Y para saberlo todo de PiCNiC & CO, conéctate a su web y su Facebook; y de MARíA FACi, conéctate a su web y su Facebook.

[Volver a Mi Petit Callejero o Blogosfera]