Desde hace ya un tiempo, una nueva fauna danzarina se extiende por los bares y plazas de la Villa. Atendiendo a los acordes del swing, hombres y mujeres se entregan a un baile desenfrenado y entusiasta, que está ganando terreno y admiradores día a día porque crea adicción y también escuelas, pero vayamos paso a paso o “step by step” como dicen los bailarines.

   ¿Qué es el Swing? Según los expertos, se trata de una cadencia rítmica determinada, que pasó de ser una forma de entenderse entre los miembros de una banda de jazz a constituir una forma de vivir. El famoso estilo musical revolucionó la noche neoyorkina a finales de los años 20, cuando en los mejores y más auténticos tugurios nocturnos sonaban músicos como Benny Goodman o Duke Ellington, y la gente demostraba que, a pesar de la Gran Depresión, seguía teniendo ganas de divertirse. Por aquel entonces, los más fanáticos seguidores provenían de la comunidad negra de zonas como Harlem, donde lo que se bailaba hasta perder la última gota de sudor era el versátil y vertiginoso Lindy Hop, el ritmo preferido de Pablo Sánchez y Julia Rodríguez (en la ilustración), los 2 artífices de Big South.

   El cómo llegaron un licenciado en Bellas Artes y una arquitecta a dejarlo todo para convertirse en profesionales del swing es la historia de un amor. En el caso de Julia, que siempre había escuchado música swing, no se entregó en cuerpo, alma y zapatos a la causa hasta que un día por casualidad apareció en una fiesta, y viendo a la gente bailar, se enamoró del baile hasta las trancas. En cuanto a Pablo, sintió el flechazo rítmico al ver el espectacular vídeo de Hellzapoppin, y se tiró a la piscina.

   Si los caminos del señor son inescrutables, los del Swing te llevan irremediablemente a bailar. Y para bailar, hay que aprender y tener un sitio para hacerlo. Entonces, por darle a sus vidas una oportunidad de realización personal y, de paso, aportar a esta sociedad un elemento de desarrollo y enriquecimiento humano, en 2013, esta pareja de baile, tanto en la pista como en la vida, con sus más de 6 años de experiencia, crearon la dinámica escuela de baile Big South, centrada en la enseñanza y divulgación de los bailes asociados a la música swing y su cultura.

   Desde entonces, la demanda del baile no ha dejado de crecer, y aunque para algunos no iniciados piensen que es una cuestión de postureo hispteriano, los entendidos saben que, en realidad, es el resultado lógico de un esfuerzo de divulgación totalmente desinteresado, que comenzó en Europa en la década de los 80 y que, por casualidades del destino y porque el barrio lo merece, ha abierto una sucursal en Arganzuela donde Big South, en palabras de sus fundadores, “trata de conquistar con el swing a los corazones de la gente para que, a través de su aprendizaje y disfrute, se contagien cada vez más personas, y juntos, construyan nuevos y enriquecedores espacios comunes”.

   Julia y Pablo aman el Lindy Hop, y lo demuestran cada día en su centro. Para ellos, es “una explosión de alegría, que inunda a las personas que lo experimentan en su goce con la música por el hecho de bailarla”, porque el swing es improvisación, comunicación, conexión y humor. ¿Qué más se puede pedir?

PD (nº1) práctica: Para practicar el Lindy Hop, no hacen falta grandes equipamientos, tan solo muchas ganas de conocer todo lo que conlleva, gusto por su música, paciencia y capacidad de esfuerzo en su desarrollo para no tirar la toalla a la primera de cambio. En Big South, todos los viernes durante 2 horas, se ofrecen prácticas gratuitas para que los alumnos puedan conocerse y practicar juntos.

PD (nº2) festiva: Como buenos amantes del Lindy Hop, Big South está presente y promueve eventos periódicos como Big Martes, en Big Mama Swing Madrid (Calle de Sebastián Elcano, 12; M Embajadores); y Swing en el barrio, los miércoles, en colaboración con En Modo Swing, en el Teatro del Barrio (Calle del Doctor Piga, 5; M Lavapiés).

                                            (De Noemí Z., el 25 de noviembre de 2015)

Referencias útiles:
BiG SOUTH (ver la ilustración)
Calle del Laurel, 14
28005 Madrid
915 309 370
M Acacias / Embajadores

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