Con el calor, la Villa se desnuda para mostrar sus rincones más ocultos, o al menos, difíciles de encontrar a simple vista. Son lugares pensados para el placer, perfectos para conseguir un relax difícil de alcanzar en la capital en cualquier otra época del año. Y, aunque parezca que hablamos de sexo, lo que nos ocupa es algo mucho más terrenal. Las terrazas. Una refrescante oferta de ocio para salvar los días que aún quedan de asfixia y que se esconde en museos, centros culturales e incluso un impresionante olivar. Petit Ruta (nº5) por el Madrid de las terrazas de verano con fecha de caducidad.

(1) El año pasado se llamaba The Patio y ocupaba el ídem del Palacio de Santa Bárbara, pero este verano, su oferta se ha llenado de estrellas y ha viajado en el tiempo para re-tomar el nombre que recibía esta zona en la época de Carlos III, cuando Madrid se dividía por manzanas. Transformando el pasado en lo más actual, la terraza que gestiona el equipo del mítico El Viajero, ha sido rebautizada como Manzana Mahou 330, y para no fallar, ha reunido todos los ingredientes considerados, hoy en día, como modernos: es patio de un palacio de 1866, corazón de una manzana y pop up terrace ya que, además de bar, hay tiendas, exposiciones, talleres, mercado, huertos urbanos... Así que si quieres ser cenicienta, y olvidar por descuido, uy, tu zapato o tu sandalia Louboutin, ¡corre!, porque el próximo fin de semana, este rincón de Madrid volverá, como por arte de magia, a convertirse en calabaza.

(2) ¿Te imaginas ir a tomar algo y ver tu propio espectáculo? En la Terraza de Verano de Matadero, es posible. En su gigantesco espacio, la oferta estival es efímera y con filosofía DiY ya que, para su 4º edición, abrió la convocatoria a todos los ciudadanos y vecinos del barrio para que eligieran entre sus propuestas 1 evento semanal con el que amenizar las noches veraniegas. Convertidos así en comisarios de su propio entretenimiento, cada viernes de agosto el arte más natural y lúdico ha tomado el espacio Escaravox, en un entorno privilegiado, donde además de empaparse de cultura, uno puede refrescarse, desconectar y por supuesto respirar historia. El antiguo matadero y mercado de ganados de Arganzuela -de más de 165 mil m2-, construido entre 1908 y 1928 por el Ayuntamiento, ha cambiado su continente y contenido poco a poco y con mucho sentido. En 1940, tras la Guerra (in)civil, llegaron otros primeros y tímidos nuevos usos: desde almacén de patatas a invernadero, para acabar -a partir de los años 80- albergando actividades socioculturales. Y, en 1996, la palabra “matadero” quedó relegada únicamente al título para centrar toda su actividad en el mundo de la creación. Ahora, pensar que donde disfrutamos de arte, antes se pesaban y vendían terneras o que el antiguo establo es la actual sede de la Compañía Nacional de Danza, no hace más que recordarnos de dónde venimos, y si esta reflexión la hacemos con una caña delante y un show vecinal, mejor que mejor. PD: Y si esta terraza estuviera llena, siempre te quedará la Cantina, un bar que convive con la antigua caldera del Matadero y que es la mejor antesala de la Cineteca.

(3) El Museo Thyssen-Bornemisza también ha aprovechado su privilegiado espacio para montar una terraza digna de museo. Diseño arquitectónico, diferentes alturas y zona chill-out envuelven la perfecta combinación de arte y gastronomía en una carta que, por sencilla, bien podría ser una obra minimalista. Modernos y turistas despistados pueden salvar una jornada al sol bebiendo uno de sus tés, cafés, refrescos o cervezas y picando algo en una terraza que viste elegante y ofrece hamburguesas y perritos desde 10 euros, Más Artes -como lo han llamado- con Jamón ibérico y pan con tomate, Ensaladilla de patata y Txangurro o Cecina de León con parmesano. Ahora, si lo que se quiere es un nivel superior, en todos los sentidos, la opción será su restaurante El Mirador del Thyssen, una terraza de altura alojada en su azotea, que ofrece cenas con platos tan sugerentes como carpaccio de langostinos y carabineros con aceite de erizos, coco y lima, o solomillos de buey al whisky, cítricos y patata ibérica... ¡Uuummmm!

(4) Finalmente, tendrás que frotarte un par de veces los ojos antes de creer que este privilegiado espacio -donde ya Napoleón acampó en plena Guerra de la Independecia-, se ha salvado de la fiebre de la construcción. La sede de la Fundación Olivar de Castillejo es un auténtico oasis, formado por un centenar de olivos protegidos en medio de Madrid. Con este entorno tan poco habitual y la historia que encierra, tomar un refresco o piscolabis en su delicioso velador-terraza mientras se disfruta de su programación cultural, será la guinda que le faltaba a tu verano. Su historia se remonta a 1917, cuando el ecologista y catedrático de Derecho Romano, José Castillejo (1877-1945), defensor de los valores de la Institución Libre de Enseñanza, propuso a sus amigos intelectuales vivir en el campo y, además, decidió dar el primer paso comprando este terreno. Junto a él, hicieron la maleta otros genios y científicos como el naturalista Ignacio Bolívar, el filólogo Ramón Menéndez Pidal, el poeta Dámaso Alonso o el médico Juan López Suárez. Durante años y hasta 1936, sus ilustres habitantes llenaron de ideas, propuestas y cultura el lugar, atrayendo a otros grandes como el premio Nobel Ramón y Cajal, el filósofo Ortega y Gasset o el escritor Miguel de Unamuno. Pero la guerra provocó su exilio y la familia Castillejo nunca más regresó. Con el tiempo, los herederos decidieron recuperar el espacio y la memoria y, en 1985, crearon la Fundación Olivar de Castillejo siguiendo la misma estela cultural y de encuentro que iniciara su padre. Ahora, las Noches del Olivar ofrecen conciertos, teatro y cine al aire libre con servicio de bar para refrescar la mente y de paso el gaznate.

                                        (De Lidia Martín, el 27 de agosto de 2014)

Referencias útiles:
(1) MANZANA MAHOU 330 (también en Facebook y Twitter)
Palacio Santa Bárbara
Calle Hortaleza, 87
28004 Madrid
638 037 879 (Reservas Brunch, también Whatsapp)
M Alonso Martínez / Tribunal

Horario: de Lunes a Domingo, de 11h hasta medianoche, hasta el 30 de agosto de 2014.

(2) TERRAZA DE MATADERO (también en Facebook y Twitter)
Plaza de Legazpi, 8
28045 Madrid
915 177 309
M Legazpi

Horario: de Martes a Viernes: de 20h a 22h; y los Sábados y Domingos: de 11h a 22h, hasta el 31 de agosto de 2014.

(3) LAS TERRAZAS del Museo Thyssen (también en Facebook y Twitter)
Palacio de Villahermosa
Paseo del Prado, 8
28014, Madrid
91 429 39 84 (Restaurante Mirador del Thyssen)
M Banco de España

Horario de Las Terrazas del Tyssen: de Martes a Sábado, de 10h a 1h30, y los Lunes y Domingos, de 10 a 19h, hasta el 14 de septiembre de 2014.

Horario de El Mirador del Thyssen (también en Facebook): de Martes a Sábados, de 20h hasta la 1h de la madrugada, hasta el 14 de septiembre de 2014.

(4) FUNDACiÓN OLiVAR DE CASTiLLEJO (también en Facebook)
Calle Menéndez Pidal, 3 bis
28036 Madrid
913 597 161
M Pío XII

Horario Noches del Olivar: de Martes a Sábado, a partir de las 20h (Conciertos y Teatro a las 20h, y Cine a las 21h15),  hasta el 20 de septiembre de 2014.

Precio: 6 euros.

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