Según el calendario lunisolar chino, hoy, domingo 10 de febrero, más de 1.344.130.000, es decir, en otros términos, casi mil cuatrocientos millones de chinos celebrarán, tanto en China como en sus países de adopción, el Año Nuevo Chino... bueno, a decir verdad, menos los que viven en Madrid ya que, el martes pasado, la Asociación de Chinos de España suspendió, por razones económicas y, a lo mejor, políticas, los principales actos previstos tales como la cena oficial y el tradicional desfile entre la Puerta del Sol (como el año que fue...) y la Plaza de España, donde se montaba, al día siguiente, un bonito mercadillo de artesanía y productos chinos. Durante los 15 próximos días, la comunidad china de España celebrará en la intimidad la entrada en el Año de la Serpiente, símbolo de la sabiduría colectiva... y, añado, sin fronteras.  

   La denominación “Año Nuevo Chino” permite a los Occidentales entender la trascendencia de esta celebración, llamada por los chinos “Fiesta de la Primavera”. Sus fechas varían de un año a otro, pero siempre cae entre el 21 de enero y el 20 de febrero. Según nuestro calendario gregoriano, este año se celebra el 10 de febrero de 2013, lo que corresponde, en el calendario chino, al primer día del año 4711, determinado científicamente en función del día de la Luna Nueva astronómica (equidistante entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera), es decir, cuando la luna se esconde entre la Tierra y el Sol y que nos es imposible ver su cara bonita e iluminada desde nuestro planeta.

   Una semana antes del gran día, se procede a una limpieza general de toda la casa para celebrar el “guòxiaonián”, la ceremonia de despedida en honor a Zao Wang Ye, el dios de la cocina, antes de que emprenda su legendario viaje anual para, según la mitología china, contar tanto las buenas como las malas acciones y costumbres de la familia al Emperador de Jade. Durante los días siguientes, los que se quedan en casa, hacen la compra para la gran cena y renuevan el armario de los niños de cara a la primavera; y los que viajan para estar con su familia, vivirán en primera persona el llamado “movimiento de primavera” que corresponde a la mayor migración humana del mundo mundial (y no es un decir), con millones de personas viajando a su pueblo de origen.   

   Se celebrará el “Guònián” o “(tras)paso del año” -como equivalente de nuestra Nochevieja-, en familia, alrededor de una buena mesa, comiendo platos exquisitos, jugando al Mahjong (el tradicional juego de mesa... y de dinero chino), distribuyendo sobres rojos (con aguinaldos dentro) y encendiendo petardos (para alejar las malas influencias). Según reza la tradición, habrá que quedarse despierto lo más tarde posible para entrar bien en el nuevo año -que siempre se presenta mejor que el anterior- despidiéndose como Nian manda. Sí, porque, en el folklore chino, este animal maléfico con cabeza de león y cuerpo de toro sale de su madriguera, durante la última noche del año, obligando a las personas a encerrarse en el interior de sus casas para ahuyentar las fuerzas del mal hacia el exterior.

   A lo largo del primer día del Año, es decir, hoy mismo, después de descansar algunas horas, se empezará la consagrada ronda de visitas obligatorias a familiares cercanos y a superiores jerárquicos, luciendo sus mejores galas, sin estrenar, si puede ser, y de color rojo, mejor. Durante el segundo día (mañana), se visitará a la familia política (es decir, a la familia de la mujer) y el tercer día, descanso para todos. Poco a poco, la vida volverá a la normalidad con la reapertura de los comercios a partir del quinto día hasta el octavo o noveno día, según las regiones, para celebrar en casa, por la mañana, y en el templo, por la noche, el aniversario del dios del Cielo, el muy querido Emperador de Jade. Finalmente, el denominado “Festival de las Linternas”, con desfiles y Danzas del Dragón y del León, marcará el final de la Fiesta de la Primavera, el decimoquinto día del año, coincidiendo con la primera luna llena del año 4711 o la segunda del año 2013.

   Esperamos que todos juntos podamos celebrar el próximo Año Nuevo del Caballo, el 31 de enero de 2014. Mientras tanto... ¡Bàinián!

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