Menús elaborados, visitas familiares, invitados inesperados… Sobrevivir a la Navidad y hacerlo dignamente merece de cierta práctica… y de mucha paciencia. Petits consejos para un protocolo perfecto si te toca hacer la cena en casa.

El Menú
   ¿Te toca hacer de anfitrión este año y tienes pesadillas desde que lo sabes? Si tienes dinero para un catering, tu vida será perfecta. Si te toca currártelo, la cosa cambia. ¿Qué manda el protocolo acerca del menú? “Recomienda agasajar a los invitados. Cuántas más opciones ofrezcamos y más completa sea la preparación y los detalles, más posibilidades tenemos de triunfar”, añade la experta.

   Recuerda que si quieres continuar siendo vista como una persona normal, deberás poner cantidades ingentes de aperitivos, de manera que cuando llegue el consomé y el primer plato de cóctel de marisco, los invitados ya no puedan comer más (tranquilo, se quejarán pero seguirán adelante) y, después del cordero, el postre y los dulces navideños, terminen la cena como una bacanal y pidiendo sales de frutas. De esta manera, tendrás sobras hasta la segunda semana de 2015, por lo menos.

La Mesa
   Pon la mesa mona, con algún adorno navideño, pero con lógica. Cuando el candelabro impide ver la cara de quien tienes enfrente, es que lo has hecho mal. No pongas velas aromáticas, que bastante aroma hay con el festín.

¿De etiqueta?
   Y no hablamos de salir en Nochevieja, que ahí ya se sabe que hay que darlo todo de largo y con la lentejuela puesta. Las verdaderas dudas llegan cuando es Nochebuena en casa, donde eres el anfitrión, tendrás que ocuparte de la cena y la mesa, e igual lo que te apetece es ir en chándal, pero no te parece adecuado (porque además viene tu cuñada que todo lo cuestiona). “Una cena en familia no requiere de etiqueta -recuerda Ana F. Pardo-, así que lo importante es la comodidad sin olvidar que se trata de un día especial y merece la pena cuidar todos los detalles”.

Los invitados
   La cena de Navidad es en tu casa pero, además de la familia, vienen personas que entre sí no se conocen tanto. Igual es la segunda vez en la vida que las suegras coinciden y justo pasa por allí un primo de Cuenca al que la Navidad le ha pillado en tu ciudad. ¿Cómo les sentarás a la mesa? ¿Mejor dejarlo al azar o asignar un sitio en función a determinados criterios?

   Pues resulta que el protocolo es incompatible con el azar. A la hora de sentar a los invitados a la mesa, ten en cuenta 3 criterios: el grado de afinidad, el “descanso" matrimonial y la alternancia de sexos. ¿Te parece difícil? Pardo lo explica: “Nunca sentaremos juntas a personas que no se conocen, que se lleven mal o se encuentren enfadadas; procuraremos no sentar juntas a las parejas, e intentaremos que no se sienten dos mujeres o dos hombres juntos. Si no hay más remedio, mejor que se sienten juntos ellos que ellas”.

¿Y los niños?
   Depende del número de los niños, su edad y su autonomía. Si son muchos, mejor ponerlos en una mesa aparte, se lo pasarán mejor. Y si son pocos, al ladito de sus padres, que tú bastante tienes con el resto.

   ¡Feliz Navidad!

PD: ¿Christmas o WhatsApp?
   Hubo un tiempo en el que llegaban a casa decenas de tarjetas, perdón, Christmas de nuestros familiares y amigos, y lo que requería de verdadero arte era colocar las tarjetas abiertas sobre alguna superficie, no fuera a venir a casa el autor de la felicitación y nos pusiera la cara colorada por no tenerla expuesta. Con el aluvión de los móviles, todo cambió. Primero fueron los SMS y por último, los WhatsApp, que en estas fechas bullen de actividad (¿creatividad?) con todo tipo de bromas muy (o nada graciosas), “pesaos” enviando dibujitos de árboles confeccionados con los emoticonos y montajes con el anuncio de la Lotería de Navidad. 

   Pero, ¿es correcto enviar un WhatsApp a modo de felicitación? ¿Dónde está el límite entre ser cercano o plasta? ¿No quedaríamos mejor con un Christmas de los de toda la vida (aunque tengamos que hacer el enooooorme esfuerzo de ir a comprar el sello y echarlo al buzón). “El grado de confianza y la relación con el destinatario son las claves para elegir el medio de comunicarnos con él. Una felicitación por correo postal o un email siempre son más formales y menos intrusivos que un WhasApp. Escribir a través de este último canal debe estar reservado a nuestro círculo más íntimo”, advierte Ana F. Pardo, profesora de Protocolo Social en la Universidad Camilo José Cela.

   Ahora bien, elegid correctamente el motivo de la postalita. Si el receptor es católico, igual detesta que en vuestro Christmas haya un Papá Noel. Si es un agnóstico, procura borrar toda huella del portal de Belén. Siempre hay opciones neutras como un paisaje nevado o un árbol de Navidad y ¡listo!

                               (De Abigail Campos, el 24 de diciembre de 2014)

[Volver a Mi Petit Gourmet o Blogosfera]