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VERANO 1993

Veinticuatro años después de aquel verano diferente, la cineasta Carla Simón ya no necesita soñar para imaginar la película de su vida.

En 1993, su joven madre moría de SiDA. No recuerda haber llorado, pero si alguna punzadilla de culpabilidad por la ausencia de lágrimas. Tenía solo 6 años, sobra decir que libre de pedir clemencia. No hay heridas que cerrar, ya se ocupó el tiempo de cicatrizarlas. No hay cuentas pendientes, ni saldos en rojo, ni más terapia que la que supone para cualquier artista atravesar un proceso creativo. “Verano 1993” no es una película triste, sino emocionante; acogedora con todas las sensaciones incluida la risa, como corresponde a los retratos de la infancia; luminosa y valiente. Una guía vital para gestionar el adiós y el buenos días al futuro inmediato. Nuevos padres, nuevos hermanos, otros amigos, un paisaje diferente, una existencia nueva, desprovista de traumas.

La primera intención de Carla Simón (en la ilustración) fue filmar un homenaje a Neus, su madre muerta, pero le costaba reconstruir recuerdos tan borrosos como los que pudo retener una pequeña enfrentada a la orfandad más absoluta con solo 6 añitos. El padre de Carla había fallecido en 1990, y cumpliendo los deseos póstumos de la madre, la pequeña estrenaba vida lejos de Barcelona, su ciudad, con unos parientes muy cercanos, que se convierten de inmediato en su primera familia: “Recuerdo muy vagamente aquel verano. La película me ha servido para explicar la transición que me tocó vivir. Aquel traslado al campo no eran unas vacaciones como las de cualquier otro verano. Era definitivo. Se trataba de mi futuro. Por suerte toda la familia estuvo cerca para apoyarme”.

Escribir el guión de “Verano 1993” fue una tarea menos complicada que la de recomponer ese periodo esencial donde la muerte obliga a reestrenar la vida. Hubo que hacer muchas preguntas, armar el puzle de los recuerdos dispersos, rescatar del letargo las vivencias lejanas y escrudiñar con emoción muchos álbumes de fotos: “Es verdad que todo arrancó de algo muy personal, pero a medida que el proyecto avanzaba, se fue alejando del relato puramente autobiográfico”, señala la cineasta de 30 años, formada en la Universidad de California y en la London Film School.

En cuanto a la elección del reparto, fue un proceso largo... hasta la aparición de la singular Laia Artigas, perfecta para ser la pequeña Frida de “Verano 1993”: “Fue una de las últimas niñas que vimos, y casi no me podía creer que hubiéramos dado con ella, después de ver a tantas y tantas. Buscábamos a alguien como ella. Una niña capaz de creerse lo que está interpretando, algo complicadísimo”, explica Carla, que decidió ponerle el nombre Frida a la protagonista de su historia.

“Verano 1993” es el primer proyecto de Simón tras acabar los estudios. No hubo intentos previos, todo arrancó en mayo de 2014. La intención era narrar primero la reconstrucción de la infancia, tras una pérdida importante, y luego, la forma de afrontar lo que viene: “No me siento expuesta ante el público, ni nada parecido. No hay revelaciones ni secretos. Nadie se desnuda porque, finalmente, la película no es el relato de mi niñez”, explica la directora, satisfecha y sorprendida por la excelente acogida de su primer largo.

Mejor ópera prima en la Berlinale, Biznaga de Oro en Málaga, tres premios en el festival BAFiCi de Buenos Aires y Premio especial del jurado en Estambul, hasta el momento.

PD: Carla Simón acaba de regresar del Festival de Cine de Odessa (Ucrania) para emprender el doblaje al castellano de “Verano 1993”, originalmente rodada en catalán.

(De Sol Alonso, el 25 de julio de 2017)

Referencias útiles:
“VERANO 1993”

¿CUÁNDO? El Martes 25, a las 21h y el Domingo 30 de julio de 2017, a las 19h.

¿QUÉ? Dentro del ciclo Verano de Cine de la Sala Berlanga, proyección de “Verano 1993” ("Estiu 1993"), de Carla Simón, con Paula Blanco, Laia Artigas, David Verdaguer, Etna Campillo y Bruna Cusí.

¿DÓNDE? En la Sala Berlanga (ver la ilustración)
Calle de Andrés Mellado, 53
28015 Madrid
914 550 878
M Moncloa / Islas Filipinas

¿CUÁNTO? 3 euros.

Más info en la web de la SALA BERLANGA (también en Facebook y Twitter).

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Veinticuatro años después de aquel verano diferente, la cineasta Carla Simón ya no necesita soñar para imaginar la película de su vida.

PD: Carla Simón acaba de regresar del Festival de Cine de Odessa (Ucrania) para emprender el doblaje al castellano de “Verano 1993”, originalmente rodada en catalán.

(De Sol Alonso, el 25 de julio de 2017)

Referencias útiles:
“VERANO 1993”

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