En Madrid puede pasar casi cualquier cosa. Incluso que las estatuas hablen. La primera que lo hizo fue la de Benito Pérez Galdós, que se ecuentra en el parque del Retiro. Le siguió la de Concepción Arenal en el Paseo del Pintor Rosales, y ahora le ha tocado el turno a la de Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) en el Parque de la Fuente del Berro, gracias al ciclo Nuestras Estatuas Hablan del Ayuntamiento de Madrid, que propone acercar a la ciudadanía el patrimonio escultórico y cultural de la ciudad de la mano de actrices y actores de reconocido prestigio. (Petit) Homenaje al poeta sevillano cuya azarosa vida y personalidad se alejan bastante de la imagen ortodoxa y seria que dan de él los manuales de literatura.

ALiSAL El pintor Casado de Alisal (1832-1886), amigo íntimo de Gustavo Adolfo Bécquer (retratado aquí), fue el principal responsable de que la obra del poeta andaluz se conserve en la actualidad. Tras el entierro del escritor en 1870, Alisal citó en su estudio a varios de los conocidos de Bécquer para convencerles de la necesidad de sufragar los gastos de impresión de su obra poética. No se sabe cómo lo hizo, pero lo consiguió.

BORBONES EN PELOTA, LOS Es el título de un libro satírico publicado en el siglo XIX, compuesto por textos e imágenes que caricaturizaban a miembros de la dinastía Borbón. Entre otras lindezas, la familia real aparece como una pandilla de depravados, viciosos, adictos al sexo y reos de sus más bajos instintos. Distribuido de forma clandestina, el libro llevaba la enigmática firma de SEM. Algunos investigadores afirmaron que tras ese pseudónimo se escondían los dos hermanos Bécquer: Gustavo Adolfo, autor de los textos, y Valeriano, responsable de las acuarelas. Otros investigadores sostienen que el autor de la obra era el pintor Francisco Ortego.

CENSOR En 1864, el periodista y político Luis González Bravo, amigo y apoyo económico de Bécquer, le consiguió al supuesto autor de Los Borbones en pelota un puesto de censor de novelas. Para cumplir con su nueva obligación, el poeta se tuvo que trasladar a Madrid, ciudad en la que residió el resto de su vida, a excepción de las breves temporadas que pasó en otras localidades como Toledo.

DiBUJANTE Hijo, sobrino y hermano de pintores, Gustavo Adolfo Bécquer también demostró talento para el dibujo. El poeta utilizaba las bellas artes como forma de cortejo a algunas de sus amantes, por ejemplo, las hermanas Espín. A ellas dedicó varios álbumes en los que escribía rimas de su puño y letra, acompañadas de dibujos relacionados o no con el tema del poema. Algunos de esos álbumes forman parte ahora del archivo de la Biblioteca Nacional y pueden ser consultados online a través de la web de esa institución o de la del Instituto Cervantes.

ESPíN Hacia el año 1858, Bécquer conoció a Julia Espín, hija del músico Joaquín Espín. El flechazo fue inmediato y el poeta comenzó a dedicarle versos que escribía e ilustraba personalmente en álbumes que le regalaba. A pesar de la obsequiosidad del andaluz, al que Espín inspiró rimas como la XVI (“Si al mecer las azules campanillas…”), la rima XX (“Sabe, si alguna vez tus labios rojos / quema invisible atmósfera abrasada, / que el alma que hablar puede con los ojos / también puede besar con la mirada”) y la XXVII (“Despierta, tiemblo al mirarte; / dormida, me atrevo a verte; / por eso, alma de mi alma, / yo velo mientras tú duermes…”), la muchacha no aceptó sus proposiciones de noviazgo. Julia Espín quería ser cantante de ópera y la vida bohemia, que le ofrecía Gustavo Adolfo, no era precisamente la que ella deseaba.

FiRMA A pesar de haber pasado a la historia como un reputado poeta, Gustavo Adolfo Bécquer era un poco disoluto. Además de su vida bohemia, su gusto por el sexo, las mujeres y las juergas, el poeta sevillano fue un tanto gamberro. Durante uno de los periodos en que residió en Toledo, Bécquer realizó un grafiti en la portada de la Iglesia de San Clemente de la ciudad. Estampó su firma sobre el monumento junto a la de su amigo y compañero de correrías, Ildefonso Núñez de Castro.

GOLONDRiNAS Si hay un animal estrechamente relacionado con Bécquer, esas son las golondrinas. La rima LIII es tal vez la más conocida del escritor sevillano. Su primera estrofa comienza con los versos:

       Volverán las oscuras golondrinas
       en tu balcón sus nidos a colgar,
       y otra vez con el ala a sus cristales
       jugando llamarán.

La rima, que trata del amor perdido y de los buenos momentos disfrutados entre los amantes, ha sido traducida a diferentes idiomas, como el inglés (“The dark swallows will return again / to hang their nests from your balcony, / again will their wings beat softly on your windowpane, / calling playfully”) y ha servido de inspiración a todo tipo de obras derivadas, incluidos esos Powerpoint cursis y relamidos que, como las golondrinas, vuelven y vuelven a la bandeja de entrada. Un exceso que ha provocado que el poema se haga un poco insoportable.

HERMANO Aunque Gustavo Adolfo es el más conocido de los siete hermanos Bécquer, Valeriano también destacó en su época gracias a su talento con los pinceles. Aprendió el oficio de su tío, Joaquín Domínguez Bécquer, después de que falleciera su padre, el pintor José Domínguez Bécquer. Valeriano trabajó como ilustrador de periódicos y pintor. Algunas de sus lienzos, como “El carlista de La Esperanza” o “La nodriza con traje de pasiega”, se encuentran en el Museo del Romanticismo de Madrid. Sin embargo, de entre todos sus cuadros, el más conocido es el retrato que hizo de su hermano, reproducido hasta la saciedad en manuales de literatura y portadas de libro, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

iNFiDELiDAD Bécquer era un romántico, no solo como escritor. Sus pasiones locas por diferentes mujeres, algunas de las cuales se creen imaginarias, se sucedieron a lo largo de su vida. En uno de esos arrebatos, se enamoró de Casta Esteban y Navarro, con la que se casó apenas un año después de conocerla, pero la convivencia con Casta no fue sencilla. La presencia constante en casa del matrimonio de Valeriano Bécquer provocó más de un altercado entre los cuñados. Poco a poco, la relación se fue deteriorando y Casta comenzó a ser infiel a Gustavo Adolfo, que prefirió tomar distancia y establecerse una temporada en Toledo. La decisión no fue una buena idea: cuando la pareja tuvo un tercer hijo, todo el vecindario pensó que era del amante de Casta.

JARDíN En el Parque de María Luisa de Sevilla, hay un jardín dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer. Su particularidad es que es un conjunto escultórico de mármol blanco, organizado de forma circular, en cuyo centro crece un ciprés de los pantanos. El monumento se hizo a iniciativa de los hermanos Álvarez Quintero quienes se dedicaron durante varios años a recoger fondos para poder erigirlo.

KiLÓMETROS La estancia de Gustavo Adolfo y Valeriano Bécquer en tierras aragonesas animó a los responsables de la Comarca de Tarazona y el Moncayo a crear la Ruta de Bécquer. Se inicia en el Monasterio de Veruela, pasa por el pueblo de Trasmoz y concluye en el de Litago, después de recorrer un total de seis kilómetros. La ruta se puede realizar a pie, a caballo o en bicicleta para así disfrutar del paisaje, los monumentos y los diferentes paneles informativos repartidos por el recorrido, que incluyen información sobre la vida del autor y fragmentos de sus obras.

LEYENDAS Las Leyendas son, junto con las Rimas, las obras más conocidas de Gustavo Adolfo Bécquer. Se trata de una serie de narraciones en prosa, publicadas entre 1858 y 1864 en diferentes periódicos madrileños. De marcado estilo romántico, en las Leyendas se mezclan fantasmas, espíritus femeninos, que llevan a la perdición a los hombres que se enamoran de ellos, novios capaces de cometer sacrilegio para satisfacer a sus amantes, caballeros templarios, que regresan del más allá, y personajes que se vuelven locos después de ser testigos de hechos extraordinarios. Una obra que puede ser considerada sin lugar a dudas un clásico universal del género de terror.

MiCROMECENAZGO El crowdfounding o micromecenazgo no es nuevo. Existe, por lo menos desde el siglo XIX, cuando los amigos de Gustavo Adolfo Bécquer, nada más salir de su funeral, decidieron unir sus fuerzas y sus caudales para editar la obra del escritor. Cumplían así la última voluntad del poeta, que afirmó tener el presentimiento “de que muerto seré más y mejor conocido que vivo”. No se equivocaba. En 1871 se publicaron en dos volúmenes las Obras completas de Gustavo Adolfo Bécquer, cuya venta sirvió para ayudar económicamente a su mujer e hijos.

NUBES Las referencias a la naturaleza o a los fenómenos meteorológicos extremos son elementos recurrentes en las obras románticas. Las tormentas, los cielos plomizos, la niebla, o las nubes suelen exaltar los ánimos de los poetas que siguen ese estilo literario. Bécquer no era una excepción. Por ejemplo, en la Rima XCI, enumera una serie de catástrofes:

       Podrá nublarse el sol eternamente;
       podrá secarse en un instante el mar;
       podrá romperse el eje de la tierra
       como un débil cristal.

       ¡Todo sucederá! Podrá la muerte
       cubrirme con su fúnebre crespón;
       pero jamás en mí podrá apagarse
       la llama de tu amor.

OLViDADA En “El Arpa Olvidada” (Rima VII), Gustavo Adolfo Bécquer recurre a varios de los elementos que caracterizan su poesía, como la penumbra, la herrumbre, el recuerdo, la naturaleza, las referencias cromáticas, los personajes épicos y los sonidos:

       Del salón en el ángulo oscuro,
       de su dueña tal vez olvidada,
       silenciosa y cubierta de polvo
       veíase el arpa.

       ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas
       como el pájaro duerme en las ramas,
       esperando la mano de nieve
       que sabe arrancarlas!

       ¡Ay! -pensé-; ¡cuántas veces el genio
       así duerme en el fondo del alma,
       y una voz, como Lázaro, espera
       que le diga “Levántate y anda”!

PERiODiSTA Aunque es principalmente conocido como literato y poeta, Gustavo Adolfo Bécquer se vio obligado a trabajar como periodista durante buena parte de su vida, especialmente a partir de que comenzase a tener descendencia con Casta. Escribió en cabeceras como La Época, La Ilustración de Madrid, El Entreacto y El Contemporáneo, que fundó y en la que desarrolló tareas muy variadas, como director, crítico literario, cronista de sociedad y analista político.

QUEMA Previendo que iba a morir a causa de una bronquitis provocada por el frío de Madrid, Bécquer decidió quemar buena parte de su correspondencia porque pensaba que el contenido de sus cartas podría deshonrarle en el futuro. Sin embargo, pidió a sus conocidos y amigos que hicieran lo posible por publicar su obra, especialmente sus Rimas.

ROMANTiCiSMO Se trata de un movimiento cultural que surgió en centro Europa a finales del siglo XVIII. Supuso una respuesta al racionalismo de la Ilustración, al que se intentaba combatir exaltando las pasiones y los sentimientos. En ese sentido, el Romanticismo es un movimiento caracterizado por el extremismo, lo que se aplica a todos los aspectos de la vida, desde la naturaleza a las pasiones. A pesar de que la obra de Bécquer está muy influenciada por el Romanticismo, lo cierto es que, cuando el poeta comenzó a escribir, ese movimiento ya había sido superado por el Realismo. Un hecho que pone de relevancia la originalidad del carácter y la obra del autor sevillano.

SEViLLA Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla un 17 de febrero de 1836 en el seno de una familia acomodada. Su padre era pintor y su madre procedía de una adinerada familia de comerciantes de origen flamenco. Ambos progenitores fallecieron cuando Gustavo y sus seis hermanos eran todavía pequeños, por lo que tuvieron que ser criados por diferentes familiares. Aunque residió en varias ciudades españolas, principalmente Madrid, Gustavo Adolfo Bécquer mantuvo su vínculo con la ciudad hispalense. De esta forma, aunque falleció en la capital, fue trasladado a Sevilla para ser sepultado en la capilla de la Universidad. En 1972 sus restos fueron trasladados al Panteón de Sevillanos Ilustres, ubicado en la Iglesia de la Anunciación.

TUBERCULOSiS Gustavo Adolfo Bécquer contrajo tuberculosis en 1857. Para intentar mejorar de su dolencia, él y su hermano Valeriano se establecieron una temporada en un monasterio de la región de los Monegros. Ambos esperaban que el aire limpio hiciera remitir la enfermedad, pero no fue así. A pesar de ello, una biografía publicada recientemente desmiente que la causa de la muerte fuera la tuberculosis. Según parece, Bécquer habría fallecido por las complicaciones derivadas de una bronquitis provocada por viajar en un carro de caballos descubierto en el frío invierno madrileño.

UNiVERSAL El Museo Universal fue una publicación editada en Madrid entre 1857 y 1869. Entre sus colaboradores estaban los dos hermanos Bécquer. Valeriano realizaba dibujos para ilustrar los textos y Gustavo Adolfo escribía artículos sobre muy diversos temas como cultura, política, perfiles biográficos, efemérides históricas o reportajes de sociedad. El inicio de sus colaboraciones en El Museo Universal coincidió con el fin de su trabajo como censor debido a un cambio de gobierno. Hasta que el devenir político le repuso en el cargo, Bécquer, su esposa y el primero de sus hijos tuvieron que subsistir con esas y otras colaboraciones esporádicas. La situación económica, que no era precisamente sencilla, se vio agravada cuando Casta quedó embarazada de su segundo hijo.

VENÉREA En 1860, Gustavo Adolfo Bécquer conoció a Casta Esteban y Navarro, con la que se acabaría casando un año más tarde y con la que tendría varios hijos. El encuentro tuvo lugar en el consultorio del médico que le trataba de una enfermedad venérea. Si bien es cierto que Casta le acabó siendo infiel, por lo que se ve, el poeta tampoco es que fuera un angelito.

WASHiNGTON BENAViDES El escritor, profesor y traductor uruguayo, Washington Benavides (1930), con amplia experiencia en el campo de la canción popular, es autor de un estudio en el que relaciona esta forma de folclore con la poesía de Gustavo Adolfo Bécquer. El autor uruguayo destaca el talento del andaluz para combinar diferentes tipos de versos con el objeto de crear ritmos, los cuales dotan de musicalidad a sus piezas poéticas, que hace que sean fácilmente adaptables como canciones.

X El corpus de las Rimas de Bécquer está formado por casi un centenar de poemas numerados. La décima es aquella que comienza como un tratado nuclear:
       Los invisibles átomos del aire
       en derredor palpitan y se inflaman;
       el cielo se deshace en rayos de oro;
       la tierra se estremece alborozada.

       Oigo flotando en olas de armonías
       rumor de besos y batir de alas;
       mis párpados se cierran... ¿Qué sucede?
       ¡Es el amor, que pasa!

La vigésima es un tórrido poema repleto de símiles térmicos:
       Sabe, si alguna vez tus labios rojos
       quema invisible atmósfera abrasada,
       que el alma que hablar puede con los ojos,
       también puede besar con la mirada.

Por último, la trigésima es una dramática pieza sobre el amor perdido:
       Asomaba a sus ojos una lágrima
       y a mi labio una frase de perdón;
       habló el orgullo y se enjugó su llanto,
       y la frase en mis labios expiró.

       Yo voy por un camino; ella, por otro;
       pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
       yo digo aún: ¿Por qué callé aquel día?
       Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?

YERGA En el término municipal de Grávalos, al sur del Monte Yerga, en la provincia de La Rioja, crece la uva Chardonnay. Esta variedad se utiliza para producir el Rimas de Bécquer, un vino semi seco o semi dulce de baja graduación, pero de aromas finos y elegantes. En La Rioja también se produce el vino Bécquer, elaborado con uvas de cepas de más de 40 años y una crianza realizada en barricas de roble americano y francés que, según sus autores, afinan su sabor a frutas maduras.

ZARAGOZA En 1863, los hermanos Bécquer se establecieron en el Monasterio de Veruela, situado en la provincia de Zaragoza, cerca de los montes del Moncayo. Durante su estancia, el escritor vivió un intenso periodo creativo que fructificó en obras como Cartas desde mi celda (desde la celda monacal, no una celda como aquella en la que Oscar Wilde escribió en prisión su Balada de Reading) o algunas de las narraciones de terror contenidas en Leyendas. En las inmediaciones del castillo de Trasmoz, también en la provincia de Zaragoza, se erigió una estatua en honor de Gustavo Adolfo Bécquer como reconocimiento por haberse inspirado en esos escenarios para escribir algunas de sus obras.

                                         (De Eduardo Bravo, el 02 de junio de 2017)

Referencias útiles:
NUESTRAS ESTATUAS HABLAN...

¿CUÁNDO? (1) El Martes 02 de mayo, a las 18h; (2) el Sábado 27 de mayo, a las 12h30; (3) el Sábado 03 de junio, a las 20h30; y (4) el Sábado 17 de junio de 2017, a las 20h30.

¿QUÉ? Las estatuas son una parte valiosa y bella del patrimonio histórico de Madrid. Nos acompañan en nuestras calles y plazas y sin embargo, a veces, no conocemos su historia, el valor de la pieza o la vida y obras de quien la protagoniza:
(1) S 02.V: Hablará la estatua de Pérez Galdós;
(2) S 27.V: Hablará la estatua de Concepción Arenal;
(3) S 03.VI: Hablará la estatua de Gustavo Adolfo Bécquer;
(4) S 27.VI: Hablará la estatua de Emilia Pardo Bazán.

¿DÓNDE? 
(1) En el Parque del Retiro
Paseo de los Coches
28001 Madrid
M Retiro

(2) En el Paseo de Moret, 4
28008 Madrid
M Moncloa

(3) En el Monumento a Bécquer (en la ilustración)
En el Parque del Berro
Calle de los Peñascales, s/n
28028 Madrid
M Las Ventas

(4) En la Calle Princesa (frente al Palacio de Liria)
28015 Madrid
M Ventura Rodríguez

¿CUÁNTO? Actividades gratuitas.

Para saber más de NUESTRAS ESTATUAS HABLAN…, conéctate a la web del MADRiD CULTURA (también en Facebook y Twitter).

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