Muchas de las imágenes más recordadas del siglo XX llevan la firma de Robert Doisneau (1912-1994). Sin embargo, a pesar de su calidad como artista, el fotógrafo francés tuvo que compaginar trabajos alimenticios con sus proyectos personales hasta que las nuevas generaciones valoraran su talento. Ante su cámara posaron pintores, directores de cine, escritores, modelos e infinidad de personajes anónimos, en los cafés, el metro o las orillas del Sena del París de la Ocupación, la liberación y la postguerra.

   Con motivo de la muestra “La Belleza de lo cotidiano”, coproducida por Fundación Canal y Atelier Robert Doisneau, ¡no te pierdas (Mi Petit) Diccionario - Homenaje al fotógrafo empeñado en mostrar la vida “no como es, sino como le hubiera gustado que fuera”.

AUTODiDACTA Antes de dedicarse a la fotografía, Robert Doisneau trabajó como tipógrafo y litógrafo. Sus conocimientos sobre fotografía los adquirió de manera autodidacta, leyendo las cajas de los carretes, los papeles de revelado y los botes de químicos. Una información más que suficiente como para abandonar la imprenta y entrar a trabajar en un estudio fotográfico.

BESO, EL En 1950, la revista America's Life le encargó un trabajo sobre los enamorados de París. Fruto de ese trabajo surgió la fotografía “El Beso”, en el que una pareja se besa en las inmediaciones del ayuntamiento parisino. La imagen parece totalmente espontánea, como una captura de ese instante decisivo del que hablaba Cartier-Bresson. Sin embargo, fue una escena preparada para la que se contó con un chico y una chica que hicieron de modelos. El beso es la imagen más conocida de Doisneau y la que tal vez más satisfacciones y quebraderos de cabeza le dio. Para saber qué ocurrió con ella, vayan a la J (pero pasando antes por todas las demás letras).

COLOR Aunque Doisneau desarrolló el grueso de su obra en blanco y negro, realizó algunos trabajos en color para revistas de moda o campañas publicitarias. Entre sus trabajos en color, destaca una serie dedicada a Estados Unidos realizada a principios de los años 60, en la que documenta la vida de la clase media alta norteamericana y su día a día en hoteles, clubes de golf, restaurantes, galerías de arte, etc.

DESEO Robert Doisneau fue acusado en muchas ocasiones, y muy especialmente después del éxito de “El Beso”, de preparar sus imágenes y no ser un fotógrafo espontáneo. Ajeno a estas críticas, el fotógrafo siempre afirmó que él “no fotografiaba la realidad como era, sino como deseaba que fuera”.

EXiSTENCiALiSMO A finales de los 40 y principios de los 50, Doisneau compaginó su trabajo comercial para importantes cabeceras internacionales con expediciones al París más bohemio. En esa época recorrió por las noches los barrios de Montparnasse y Saint-Germain-des-Prés para fotografiar a escritores como Jean Paul Sartre, Albert Camus, Simone de Beauvoir, Jean Cocteau, Boris Vian y músicos de jazz norteamericanos de paso por la ciudad.

FRANÇOiS TRUFFAUT Doisneau también hizo sus pinitos en el cine, aunque casi siempre como director de fotografía. Entre las películas en las que participó, destaca “El silencio es oro” (1947), de René Clair; “Disparen al pianista” (1960), de François Truffaut; y “Un domingo en el campo” (1984), de Bernard Tavernier. Y en 1992 decidió saltar a la dirección y rodó “Les Visitants du Square”.

GUERRA Doisneau, que nació el 14 de abril de 1912, vivió dos guerras. La Primera, muy pequeño, y la Segunda, con 27 años, lo que le llevó a participar en la Resistencia francesa hasta que fue desmovilizado. El resto del conflicto lo pasó haciendo fotografías de encargo y centrando su trabajo más personal en documentar la vida en París durante la Ocupación alemana y la Liberación de los nazis.

HiJAS Desde la muerte de Doisneau el 01 de abril de 1994, sus hijas Francine y Annette Doisneau se encargan de administrar y cuidar el legado del fotógrafo. Un trabajo complicado, habida cuenta de que los negativos ascienden a más de 450.000 y que, cada día, una foto de Doisneau, principalmente “El Beso”, es publicada en algún lugar del mundo.

iNTERNET El buscador más famoso de internet, Google, dedicó uno de sus populares Doodles a Robert Doisneau con motivo del centenario de su nacimiento. Fue el 14 de abril de 2012 y en él se recopilaban algunas de las imágenes más importantes del fotógrafo relacionadas con París.

JUiCiO En los años 50, Robert Doisneau conoció en un café parisino a Françoise Bornet y Jacques Carteaud cuando eran pareja de novios y estudiaban Arte Dramático. Les propuso posar para una sesión de fotos destinada a la revista America's Life. De dicha sesión salió la famosísima imagen de “El Beso”. En 1993, Françoise y Jacques, que en su momento habían cobrado por la sesión y habían recibido una copia de la fotografía de regalo, demandaron a Doisneau y le reclamaron parte de las ganancias. El fotógrafo ganó el juicio y ellos vendieron su copia por más de 155.000 euros a un coleccionista suizo.

KODAK Aunque en la actualidad está sumida en un perpetuo concurso de acreedores por no ser capaz de adaptarse al mundo digital, en su momento Kodak fue la compañía más importante de productos fotográficos del mundo. El premio Kodak, que Robert Doisneau recibió en 1947, era uno de los más prestigiosos.

LEiCA Doisneau realizó el grueso de su obra con una máquina Rolleiflex de formato 6x6. Con ella estuvo casi cuatro décadas, hasta que la cambió por una Leica de 35 milímetros, mucho más ágil y versátil a la hora de realizar reportajes de calle.

MOMA El éxito en Estados Unidos del reportaje para America’s Life (que contenía la fotografía de “El Beso”), provocó que el Museo de arte Moderno (MoMA) le propusiera hacer una exposición de su obra. La muestra se inauguró en 1950 y coincidió con una época de esplendor que duró hasta finales de los años 50, momento en el cual Doisneau quedó descolgado de la actualidad fotográfica y se vio obligado a refugiarse en trabajos alimenticios.

NiÑOS Una importante parte de la obra de Robert Doisneau está dedicada a la infancia. Los niños de la postguerra y de la prosperidad de los años 50 fueron retratados por el fotógrafo en la escuela, en los parques de París y durante sus juegos.

ÓPTiCAS Muchos aficionados a la fotografía se han preguntado qué ópticas utilizaba Doisneau para su trabajo. En el caso de la Rolleiflex es sencillo saberlo, dado que tiene objetivo fijo y no hay demasiada variedad de modelos, pero en el caso de la Leica, era más complicado. La Rolleiflex tenía un 75/2.5 Tessar de Carl Zeiss y la Leica M3 un Summicron 50/F2. Con estos datos, si quien quiera hacer fotos como él, ya tiene mucho camino recorrido.

PiCASSO Doisneau retrató en diferentes ocasiones a Pablo Picasso, del que obtuvo algunas de sus imágenes más memorables. Entre ellas, destacan aquella en la que el pintor malagueño está sentado a una mesa con unos panes que figuran sus manos, o aquella otra en la que aparece apoyado en el ventanal de su estudio ataviado con una camiseta a rayas y que fue portada de Life magazine.

QUiNIENTOS MiL Medio millón de imágenes, es decir, 500.000 unidades, es la cantidad estimada de reproducciones legales de la fotografía de “El Beso”, que se han realizado a lo largo de la historia. Si se cuentan aquellas que no han sido autorizadas por Doisneau o sus herederos, las cantidades pueden ser estratosféricas.

RENAULT Durante 4 años, Doisneau trabajó en el departamento de publicidad de la empresa de automóviles gala como fotógrafo industrial. Sus reiteradas ausencias y su constante indisciplina provocaron que fuera despedido, lo que fue vivido por el fotógrafo no como un drama, sino con una oportunidad de dedicarse a su verdadera afición sin las limitaciones que exigía la compañía.

SOSPECHOSO Durante los años 60 y 70, Doisneau quedó un tanto descolgado de los círculos fotográficos. Centrado en los encargos para publicidad, no editaba libros ni organizaba exposiciones. Sin embargo, en los años 80, su trabajo fue rescatado por jóvenes aficionados que le animaron a retomar su obra más personal. El fotógrafo lo intentó, pero se encontró que el mundo había cambiado. Aquel París optimista y abierto de la postguerra se había convertido en una ciudad hermética e individualista que, según Doisneau, miraba a “los fotógrafos como algo sospechoso”.

TiMiDEZ Robert Doisneau era una persona extremadamente tímida, y su carácter fue clave para el desarrollo de su obra. Al sentirse incapaz de acercarse a la gente, renunciaría a realizar primeros planos, lo que provocaría que el personaje fuera fotografiado en su entorno, y que, al ser contextualizado el escenario, el espectador recibiera más información sobre él.

UNA MiRADA OBLiCUA “Un Regard Oblique” (“Una mirada oblicua”) es otra de las imágenes icónicas de Robert Doisneau. En ella, una pareja, aparentemente un matrimonio, está ante el escaparate de una galería de arte. Ella describe un cuadro que tienen enfrente, mientras que él mira de reojo otro que está en un lateral y en el que aparece retratada de espaldas una mujer desnuda.

VOGUE Durante los primeros años de la década de los 50, Doisneau trabajó para la revista de moda Vogue. A pesar de lo importante de los encargos y de la estabilidad económica que le proporcionaba, el trabajo nunca le resultó gratificante, y en 1953 abandonó la emblemática publicación sin saber que su decisión lo sacaría del panorama fotográfico francés e internacional durante los años posteriores.

WELLES Orson Welles es otro de los personajes famosos que fueron retratados por Robert Doinsneau. La ocasión tuvo lugar en 1949, en el interior del Café Aux Chasseurs de París y teniendo como fondo una llamativa escena de caza pintada sobre unos azulejos.

X La X es la representación de la incógnita y ¿qué hay más desconocido que el futuro? Doisneau dedicó una serie al ocultismo, a los quiromantes, a los videntes, a las echadoras de cartas y otros muchos profesionales de lo desconocido. Unas imágenes a medio camino entre el sobrecogimiento, la exageración, el miedo y, por qué no decirlo, cierta comicidad.

YALE La Yale University Art Gallery atesora en sus fondos una fotografía de Roberto Doisneau, titulada “Cabine Dior”, una instantánea de 1972 en gelatina de plata de 21x14 centímetros, en la que se puede ver el interior de un camerino con un espejo enmarcado de fotografías recortadas de revistas y ante el cual se maquillan dos modelos.

ZAPATO En la serie de fotografías sobre enamorados realizada para la revista America’s Life, se incluye una con un curioso detalle. Una pareja está sentada en un banco. Se besan. El está abrazándola y ella tiene las manos en los bolsillos del abrigo y las piernas cruzadas. El pie que está en vilo, el que no apoya en el suelo, está desnudo. El zapato se ha caído sin que su propietaria se haya percatado de ello y reposa en el suelo junto al pie calzado.

                                     (De Eduardo Bravo, el 24 de octubre de 2016)

Referencias útiles:
LA BELLEZA DE LO COTiDiANO

¿CUÁNDO? De Jueves a Martes, de 11h a 20h, y los Miércoles, de 11h a 15h, hasta el Domingo 08 de enero de 2017.

¿QUÉ? Coproducida por Fundación Canal y Atelier Robert Doisneau, la exposición “La belleza de lo cotidiano” reúne en un mismo espacio varias de las obras emblemáticas del fotógrafo galo y otras nunca o muy poco vistas que descubrirán una faceta inesperada y desconocida del artista".

¿DÓNDE? En la Fundación Canal de Isabel II (ver la ilutración)
Calle de Mateo Inurria, 2
28036 Madrid
915 451 506
M Plaza de Castilla

¿CUÁNTO? Entrada libre.

Más saber más de la muestra, conéctate a la web de la FUNDACiÓN CANAL (también en Facebook y Twitter); y para seguir los pasos póstumos de ROBERT DOiSNEAU, visita su web y su Facebook.

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