Hoy, Lunes 06 de julio de 2015, se celebra el Día internacional del Beso, desde que, hace 11 años, los británicos decidieron rendir homenaje, no al Chupinazo que dará comienzo, hoy también, a los Sanfermines, sino al primer beso inglés más largo de la historia mundial, que unió los labios de una pareja ¿muy enamorada o aburrida?, un 6 de julio de 2005, durante -agárrate que vienen curvas, mucha saliva y más bacterias- 31 horas y 30 minutos, según el libro Guinness de los Récords de aquel año. Al año siguiente, se convocó casi de manera espontánea la primera edición del Día Nacional del Beso, que se repitió año tras año, hasta que su internacionalización, en 2011, gracias a las redes sociales. Si bien es verdad que, de momento, de mundial tiene poco ya que solo se celebra -que sepamos- en el Reino Unido; en cambio, de universal tiene mucho...

   Aunque los expertos no consigan ponerse de acuerdo sobre el origen exacto de esta práctica milenaria (de si nos viene de la mujer de Cromañón, que masticaba la comida antes de pasarla de su boca a la de su prole, o si fue una manera de oler al forastero o una reminiscencia canibalística), ninguno pone en tela de juicio las expertas y juguetonas aportaciones del Kama Sutra, escrito en sánscrito por Vatsyayana, entre los siglos IV y V d.C. Además de las 64 “combinaciones” o, mejor dicho, “compenetraciones” posibles entre los 2 (o más) amantes, el texto erótico-filosófico de “aforismos sobre el placer sexual” (“Kama Sutra”) propone una detallada tipología del beso y, de paso, del mordisco (sí seeeeeeñorrrr ya que “donde hay amor, hay dolor”... no lo digo yo sino el libro indio).

   Para celebrar el Día del Beso durante todo el verano, Mi Petit Madrid te propone practicar las 22 maneras de dar un beso y los 8 tipos in crescendo de mordisquitoOOOoooo OOoh, establecidos por la sagrada guía hindú, en los rincones más románticos de la capital.

(1) El Templo de Debod (en la ilustración)
   Al origen, el Templo de Debod se encontraba, como su nombre indica, en Debod, una pequeña localidad situada a orillas del Nilo, al sur de Egipto (casi a la encrucijada del río con el Trópico del Cáncer, para ser exactos). Dedicado al dios egipcio Amón (reconocible por las plumas de oro, que llevaba erguidas en la cabeza, e intima y mitológicamente vinculado a Satis, diosa de la guerra), y venerado por ser el “Alma de los vientos”, el Templo -construido en el siglo II a.C.- fue testigo de la muerte de Cleopatra y de la reconversión de Egipto en provincia romana, de la desaparición de sus dioses llamados “paganos”, de la llegada de las religiones monoteístas, del tráfico fluvial (y de influencia) de su río y del nacimiento de la egiptología.

   A principios del siglo XX, las presas se volvieron a poner de moda, y los progresos en la materia permitieron a los políticos usarlas como arma de destrucción masiva de la naturaleza y/o arquitectura. Cuando se construyó la primera Presa de Asuán, en 1907, el Templo de Debod empezó a pasar 9 meses al año debajo del agua. Con el anuncio de la construcción de una segunda presa, en 1960, Franco -muy sensibilizado por el tema- creó el “Comité Español” para que ayudara la Misión Arquitectónica polaca, impulsada por la Unesco, a salvar los templos de la zona de Nubia.

   Entre muchos otros, el Templo de Debod se desmontó entero, y se numeraron, con esmero, cada una de sus piedras, para poder reconstruirlo en el futuro, en algún lugar... no de La Mancha sino en Madrid, en 1967, como regalo de agradecimiento de parte de Egipto a España por su gran ayuda. Desde entonces, el Templo de Debod se erige en guardián de la memoria y del amor de Amón y Satis... para que puedas dar besos mitológicos y perfilados (“Kiss like an egyptian”).

(2) El “Ciprés Calvo” (ver la ilustración) en El Retiro
   Antes de ser Parque Municipal y de convertirse en el “pulmón de la ciudad”, los jardines, o mejor dicho, bosques que rodeaban, a principios del siglo XVII, el Monasterio de los Jerónimos de Madrid, se transformaron en el lugar de retiro de los Reyes, que se asaban, en verano, en el Alcázar Real (nuestro actual Palacio Real). A Felipe IV (1621-1665) le encantó la idea del Conde Duque de Olivares de tener una segunda residencia y, encima, de poder cazar a gusto. Los arquitectos Giovanni Battista y Alonso Carbonell se encargaron de construir varios edificios, y poco a poco, se acondicionaron jardines, estanques y canales para poder pasearse a la sombra de sus grandes árboles y organizar fiestas a la moda de París.

   Después de sufrir en sus propias carnes y plantaciones la invasión napoleónica, en 1808, los jardines se quedaron parcialmente destruidos. Entonces, cuando Carlos III planeó su reconstrucción, decidió dividir el Parque en dos, con una zona de recreo real y otra para el pueblo llano. Finalmente, tras la revolución de 1868, El Retiro pasó a ser propiedad del Ayuntamiento y, por consiguiente, de sus vecinos.

   Hoy en día, el Parque que constituye, para los madrileños, una válvula de escape verde, en pleno centro urbano, con sus numerosas estatuas, sus espectáculos de marionetas, su Palacio de Cristal y sus barcas de remos, conserva un tesoro muy bien guardado: el árbol más antiguo de la ciudad, el famoso “Ciprés Calvo”. Se trata de un majestuoso “ahuehuete”, originario de México, cuyo nombre en náhultl (la lengua de los aztecas) significa “viejo del agua”, y que oficialmente cumplirá 400 años en 2033, aunque existen distintas teorías y leyendas que le echan más años. Sus acogedoras ramas que casi tocan el cielo invitan a darse besos centenarios y románticos. 

(3) El Jardín del Príncipe de Anglona (ver la ilustración)
   A lo largo de su existencia, el coqueto, pero muy discreto, Jardín del Palacio del Príncipe de Anglona, situado en la muy céntrica Plaza de la Paja, pasó por los planos y las manos de 3 diseñadores diferentes. En 1761, Nicolás Chalmandrier firmó el proyecto y su realización cuando el Conde Benavente vivía en el Palacio. En 1920, Javier Winthuysen Losada, por encargo de los Marqueses de la Romana, le dio un retoque para modernizar sus instalaciones. Y, finalmente, en 2002, Lucía Serredi procedió un necesario lavado de cara y de fachada en profundidad del Jardín, después de más de 70 años de abandono, pero sin desvirtuar su esencia.

   Con sus menos de 700 metros cuadrados amurallados, el Jardín de sangre azul -en manos del Ayuntamiento de Madrid, desde 1978- te dará la bienvenida y se despedirá de la misma manera desde su única y estrecha verja de acceso. Nada más franquearla, te teletransportarás hasta el siglo XVIII como por arte de magia. El silencio exterior acompañará tu paz interior a lo largo de sus alamedas de ladrillos aparejados a sardinel, al amparo de sus pérgolas de rosas. Sentados en uno de sus 2 bancos o de pie, delante de sus 2 fuentes o debajo de su cenador de amor, podréis daros besos ilustrados y iluminados, casi filosóficos pero sin duda curativos.

(4) El Teleférico de Madrid (ver la ilustración)
   El 20 de junio de 1969, se inauguró por todo lo alto (nunca mejor dicho) el denominado “Funicular de doble cable Rosales - Casa de Campo”, que rápidamente pasaría a llamarse simplemente Teleférico de Madrid, como “un gran acontecimiento social, técnico y cultural” de la capital. Y 4 días después, le tocó al gran público descubrir el original medio de transporte, que llevaría hasta 6.000 viajeros diarios a principios de los 70 -su década dorada-, en busca de tranquilidad para hacer un picnic dominguero en la Casa de Campo.

   La ejecución de las obras, por la empresa suiza, Von Roll, se realizó simultáneamente en Rosales y Casa de Campo, respectando el plazo establecido de 1 año, pero no el trazado inicial. En efecto, en un principio, estaba previsto instalar la estación de Rosales en los alrededores de la Plaza de España, más concretamente, en el Templo de Debod, para llegar hasta el emplazamiento actual de la Casa de Campo. El cambio de trayectoria se debió oficialmente a la prohibición de sobrevolar la estación de Príncipe Pío, y oficiosamente (por lo que se ve) a cuestiones de poliqueteo interno. Paralelamente al Teleférico, también estaba previsto construir un monorraíl, que uniría el Parque de Atracciones, el Zoo y el Teleférico, pero el proyecto nunca llegó a realizarse, aunque sigue rondando por las dinámicas mentes de Parques Reunidos. 

   La inversión inicial fue de 100 millones... de pesetas con un plazo de amortización a 25 años. En cuanto a la concesión, era en 35 años, es decir, hasta 2002, pero la empresa encargada de la explotación pidió un prorroga, que le ha sido concedida hasta el 2017. Desde su inauguración, por el alcalde Carlos Arias Navarro, más de ocho millones de pasajeros han viajado en las 80 cabinas naranjas y luego azules (con capacidad para 5 personas) del emblemático Teleférico de Madrid para disfrutar de las espectaculares vistas, que ofrece la Villa a cualquier hora del día, y dar besos aéreos, casi cósmicos...

(5) La Azotea del Círculo de Bellas Artes (ver la ilustración)
   Construido, entre 1921 y 1925, en la casi confluencia de la calle Alcalá con la antiguamente denominada calle del Conde de Peñalver y actualmente conocida Gran Vía, para acoger el Círculo de Bellas Artes -harto de mudarse cada dos por tres-, el emblemático edificio de “monumentalidad artística”, ideado por el heterodoxo arquitecto, Antonio Palacios (1871-1945), es una “explosión vertical” de espacios entremezclados, un “amago de rascacielos” y un “acto de rebeldía” arquitectónica, en una época marcada por la voluntad de ordenar y racionalizar la ciudad, entregada al neoclasicismo. 

   Después de largas deliberaciones y agrias polémicas, Antonio Palacios ganó finalmente el Concurso convocado por el CBA, en 1919. Nada más saberlo, el propio Palacios -como miembro hiperactivo de la Sección de Arquitectura del Círculo- movió Roma con Santiago o, como se diría hoy en día, activó sus redes sociales, para adquirir el actual solar, ocupado por los jardines del Marqués de la Casa Riera (que da actualmente su nombre a la calle con la que el edificio hace esquina). Y después de 5 años de intensas obras, el lunes 08 de noviembre de 1926, Alfonso XIII inauguró el nuevo edificio, presidiendo una primera exposición de pintura de Ignacio Zuloaga.

   En cuanto a Minerva -la diosa romana de la sabiduría y las artes pero también de la guerra y la estrategia- (ver la ilustración), se instaló, a duras penas (y con muchas pelas -se habla de 1 millón de... pesetas), en la azotea más emblemática de la capital, ¡en 1964!, aunque cueste imaginar el edificio sin la guardiana celeste. Prevista en el proyecto inicial, pero descartada en el presupuesto final, su realización se quedó... en el aire -sin malos juegos de palabra-, hasta que el Círculo encargara su proyecto al escultor Juan Luis Vassallo, en los años 60. Desde sus 58 metros de altura y sus 7,5 metros de estatura, Minerva domina a sus homólogos vecinos, Neptuno, Cibeles y Apolo, que descansan en sus respectivas fuentes, dando una dimensión mitológica a la expresión castiza “De Madrid al olimpo... y una azotea para verlo”… y darse besos lúdicos (por su Casino y Baile de máscaras) y  artísticos (por su ajetreada agenda cinematográfica, radiofónica, tertuliana, etc.).

(6) La Terraza de La Casa Encendida (ver la ilustración)
   Construida entre 1911 y 1913, en un amplio solar rectangular, con una fachada de estilo neomudéjar, la segunda Casa de Empeños de Madrid que reunió, bajo el mismo techo, durante un tiempo y antes de dedicarse a otros menesteres, el almacén del Monte de Piedad más grande de la Villa y las oficinas de la segunda sucursal de la Caja de Ahorros de la capital, acaba de cumplir un siglo. A lo largo de sus 102 años de vida comprometida con los tiempos revueltos que le tocó vivir y de historias (pequeñas y grandes), la Casa Encendida del siglo XXI sigue siendo testigo y partícipe de la evolución del bienestar social y cultural -suele ir a la par- de 5 generaciones de madrileños.

   A la hora de bautizar este singular centro cultural de vanguardia, se buscó un nombre en adecuación con su filosofía y sus 4 áreas de trabajo, “Cultura + Solidaridad + Medio Ambiente + Educación” (como reza su web). Y, después de pedir permiso a los herederos del Premio Cervantes 1982, se adoptó, sin necesidad de adaptarlo, La Casa Encendida, el título del poemario lírico, dramático y narrativo que publicó, en 1949, el poeta granadino de la (discreta) Generación de 1936, Luis Rosales (1910-1992).

   Y desde 2002, una espectacular terraza-chiringuito (ver la ilustración) corona con buen gusto el peculiar edificio. Como una especie de península en forma de triángulo, cuyos perfiles abiertos se asoman al barrio de Lavapiés, nos espera, nada más salir del ascensor, un pedazo de cielo del sudeste de Madrid, espectacularmente encarnado cada atardecer. Y, porque toda cima es una suerte de recompensa, un año más, La Casa Encendida ha preparado un apretado programa para suavizar las inclemencias de un largo y cálido verano en la ciudad, brindándote la oportunidad de poder dar besos encendidos y cinematográficos.

   ¡Feliz Ruta besucona veraniega!

Referencias útiles:
RUTA BESUCONA VERANiEGA POR LA ViLLA

(1) Jardines del Templo de Debod (también en Facebook y Twitter)
Paseo del Pintor Rosales, 2
28008 Madrid
M Plaza de España
Horario de visita del Templo: de Martes a Viernes, 10h a 14h y de 18h a 20h (en verano), y de 9h45 a 13h45 y de 16h15 a 18h15 (en invierno); y los Sábados, Domingos y Festivos, de 9h30 a 20h, todo el año.
Precio: Entrada gratuita.
PD: Ilustración del Templo by Jara Domínguez.

(2) Parque de El Retiro (en Facebook y Twitter)
Plaza de la independencia
28014 Madrid
915 233 760
M Retiro / Príncipe de Vergara / Ibiza
Horario:
- de verano (de mayo a octubre): de 6h a medianoche;
- de invierno: de 6h a 22h.
PD: El “Ciprés calvo” (ilustrado by Theresa Lüe) se encuentra en el Parterre francés, cerca de la fuente “de la alcachofa”.

(3) Jardín del Príncipe de Anglona
Plaza de la Paja, 6
28005 Madrid
M La Latina
Horario:
- de verano: de Lunes a Domingo, de 10h a 22h
- de invierno: de Lunes a Domingo, de 10h a 18h.
PD: Ilustración del Jardín by Theresa Lüe.

(4) El Teleférico de Madrid (también en Facebook y Twitter)
- Estación Teleférico Rosales
Paseo del Pintor Rosales, s/n
28011 Madrid
- Estación Teleférico Casa de Campo
Calle de Cerro Garabita, s/n
28011 Madrid
M Argüelles
902 345 002
Horario:
- En julio y agosto: de Lunes a Domingo, de 12h a 21h;
- En septiembre: de Lunes a Domingo, de 12h a 20h;
- En octubre, noviembre y diciembre: los Sábados y Domingos, de 11h a 18h.
Precio: Billete de ida: 4,20 euros; y Billete de ida y vuelta: 5,90 euros.
PD: Ilustración del Teleférico by Theresa Lüe.

(5) La azotea del Círculo de Bellas Artes (también en Facebook y Twitter)
Calle de Alcalá, 42
28014 Madrid
913 892 500
M Sevilla / Banco de España
Horario de la azotea: de Lunes a Jueves, de 9h hasta las 2h de la madrugada; los Viernes, de 9h hasta las 2h30 de la madrugada; y los Sábados y Domingos, de 11h hasta las 2h30 de la madrugada [pero horario sujeto a cambios...].
Precio: 4 euros [no sujeto a cambios... hasta nuevo aviso]. Los tickets se adquieren en la Recepción del Círculo.
PD: Ilustración de la fachada del CBA by Sara Fratini; y de Minerva by Theresa Lüe.

(6) La Terraza de La Casa Encendida (también en Facebook y Twitter)
Ronda de Valencia 2
28012 Madrid
902 430 322
M Atocha / Embajadores / Lavapiés
Bus C, 4, 27, 34, 36, y 148
Horario de La Terraza: de Jueves a Domingo, de 19h hasta medianoche, hasta el Domingo 27 de septiembre de 2015, pero los Sábados y Domingos, la entrada estará restringida al público que tenga entradas para el Ciclo de Cine “Marcianadas”, a partir de las 21h30, y para la música en directo de los “Soundays”, a partir de las 19h45.
PD: Ilustración de la fachada de La Casa Encendida by Joaquín González Dorao; y de la Terraza by Theresa Lüe.

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