Criticados por unos, defendidos por otros, los concursos de belleza constituyen el sueño (no siempre confesado) de muchas jóvenes del Polo norte al Polo sur. Aunque ¿objetivamente? son una horterada supina, despiertan tantas pasiones a favor como en contra. Los “pro” defienden su parte lúdica y su punto nacionalista (“en nuestro país/región/ciudad hacemos a las jóvenes así de guapas”); y los “anti” los ven como un instrumento de cosificación de la mujer, que somete su mero físico al juicio de unos desconocidos, que encima hacen negocio a su costa. Hoy, Domingo 14 de septiembre de 2014, se celebra la 93ª edición de Miss América, al origen de los concursos de belleza modernos. Crónica sentimental de un certamen que hunde sus orígenes en la mismísima Biblia.

   En efecto, en el Libro de Ester (sin autor declarado), se cuenta cómo, un buen día del siglo IV a.C., se le ocurrió a Asuero, el poderoso rey de Persia, presumir de esposa haciéndola bailar ante sus invitados, en una jornada en la que había corrido el alcohol entre sus ministros. Pero, a la reina Vasti no le pareció tan buena idea y se negó a salir al improvisado escenario para enseñar sus hermosos atributos femeninos. Ante tamaña afrenta, Asuero decidió “sustituirla" en el acto y, siguiendo con su racha de ocurrencias "brillantes", convocó un concurso para elegir a su nueva esposa. Citó -como no- a todas las vírgenes de su reino y llegaron (¿¡solo!?) 127 chicas de todas las provincias, entre las cuales se encontraba Ester, una joven y bella huérfana judía, que conquistó al real “corazón” (desleal) al minuto. La ¿afortunada? ganó así el primer concurso de belleza de la historia, que además de una corona de verdad, tenía un rey de carne y hueso como "premio". Huelga decir que de la mujer insumisa del soberano nunca más se supo.

   Más o menos por la misma época, se sabe que, en la Antigua Grecia, se solían celebrar certámenes de belleza masculina como, en el Festival de Euandria, en Atenas, donde se daban cita las tribus aspirantes a demostrar quienes eran los más fuertes y los más bellos, una cualidad -la de ser guapo- que en esos tiempos estaba muy valorada entre los hombres. Los vencedores se iban a casa con la cabeza bien alta y un buey de regalo…

   Pero para encontrar el antecedente directo de los concursos de belleza modernos (que, a la diferencia de sus antepasados, no estaba reservado a la clase pudiente, más bien todo lo contrario), hay que dar un salto en el tiempo; concretamente hasta el año 1854, cuando un empresario estadounidense del mundo del circo, llamado Phineas Taylor Barnum, que había organizado con éxito una serie de certámenes de perros, vacas, aves y bebés, ideó hacer lo mismo con mujeres jóvenes. La noticia cayo como una bomba en la América puritana y, a pesar de conseguir reunir a numerosas participantes, el evento fue cancelado a petición de los guardianes de la moral. Entonces, Barnum, que era muy espabilado, le dio la vuelta a la tortilla y, en vez de organizar un concurso presencial, lo hizo mediante fotografías de las aspirantes. La cosa funcionó muy bien, salió en todos los periódicos locales y nacionales y se convirtió en un acontecimiento anual durante varias décadas. Poco a poco, la idea de “medir la belleza” de las mujeres ya no levantaría ampollas morales sino que se adaptaría a la lógica comercial de fin de siglo.

   Prueba de ello: en 1880, con la intención de promover los negocios locales, se organizó el primer certamen presencial de belleza, en una playa en Rehoboth Beach, Delaware (EE UU). Nada más anunciarlo, jóvenes de todo el país se inscribieron al denominado “Concurso de Escuela de Sirenas”. Como era de esperar, los concursos playeros comenzaron a popularizarse hasta que, en 1921, se organizó en Atlantic City (Nueva Jersey) la primera edición del “Atlantic City Pageant”, que se convertiría en el más importante del año y del territorio al cambiar de nombre por otro mucho más patriótico...  

   Por vez primera, las chicas tendrían que pasar por varias fases eliminatorias y habría un jurado... masculino, por supuesto, que se encargaría a conciencia de la puntuación. Entre las concursantes de aquel año, Margaret Gorman (1905-1995), en la ilustración, era una de las miles de jóvenes que ese mismo año habían participado en el concurso organizado por el Washington Herald y, al ser elegida Miss Washington DC recibió como premio el honor de viajar a Atlantic City para participar en el nuevo certamen de belleza. Tras varias pruebas, la estudiante de 16 años alcanzó el gran premio: el “Trofeo Sirena” dorado. Tras muchas celebraciones, la joven volvió al instituto y cuando, al año siguiente, regresó a Atlantic City con el recién aduiqrido título de "The Most Beautiful Bathing Girl in America”, la llamaron Miss América, un nombre que se adoptó para siempre hasta hoy.

   Los concursos de belleza no adquirieron popularidad hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando las misses y numerosas actrices de Hollywood pusieron su belleza al servicio de la causa para animar las tropas. Gracias a su compromiso, se empezó a valorar ya no solo su belleza, sino también su personalidad y se otorgaron becas a las ganadoras (un galardón que se continúa concediendo en la actualidad en algunas ediciones). Poco a poco, fueron naciendo otros certámenes: Miss Mundo en 1951; Miss USA (principal rival de Miss América) y Miss Universo (que España solo ha ganado una vez, en 1974, con Amparo Muñoz) en 1952; Miss Internacional en 1960; Miss America Latina del Mundo en 1981; Miss Tierra en 2001…

   Aunque, en sus inicios, Miss América fue el blanco de muchas críticas, hoy en día es el concurso con más solera de todos los que se celebran en el planeta y, hoy, Domingo 14 de septiembre de 2014, cumplirá 93 añitos en Atlantic City y con retransmisión en directo por la cadena ABC. Un año más, esta tarde, se elegirá a la más bella del país a la que Nina Davuluri, la ganadora del año pasado, y representante del Estado de Nueva York, pasará la corona después de haber sido la primera Miss América de ascendencia india, un hito que desató una polémica racista en su contra y que la Reina de la Belleza estadounidense zanjó con inteligencia: "Siempre he considerado a Miss América como la chica de al lado. Y la chica de al lado está evolucionando del mismo modo que evoluciona la diversidad en Estados Unidos"

PD:  Sabías que…
- En los años 90, durante la guerra de los Balcanes, en Sarajevo que estaba cercada por el ejército serbobosnio, un grupo de ciudadanos promovió un concurso de belleza. La ganadora, Inela Nogic, y las aspirantes posaron con una pancarta “No dejes que nos maten”, que inspiró la emblemática canción “Miss Sarajevo” de U2, compuesta por Bono y interpretada por Luciano Pavarotti.

- En España, entre 1929 y 1936, se celebró el concurso “Señorita de España”, que se retomó en 1960 pero con el nombre de Miss España. Sus años de gloria se extendieron entre 1991 y 2008, cuando se retransmitía por televisión. Pero, en 2011, desapareció tras mucho tiempo de arrastrar problemas económicos, rumores de tongo y polémicas de todo tipo, como discriminar a las participantes que hubieran tenido hijos. En 2012, entró en concurso de acreedores, y de sus cenizas nació la empresa Be Beautiful Spain, creada por un antiguo trabajador de Miss España y fundador de los certámenes Miss España Universo y Miss España Mundo, que se celebraron por vez primera en 2013. La edición 2014, que tenía que celebrarse a finales del mes de agosto pasado, fue suspendida sin previo aviso.

                                 (De Abigail Campos, el 14 de septiembre de 2014)

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