Mi PETiT BIBLIOTECA - Mi Petit Madrid * - Mi PETiT MES DE LA MUJER (nº2):ROSA LUXEMBURGO

Mi PETiT MES DE LA MUJER (nº2):
ROSA LUXEMBURGO

Con tan solo 16 años, ya era militante de una organización revolucionaria socialista clandestina; una flor, llena de energía, que con la recién cumplida mayoría de edad participaría en la creación del Sindicato Federación de Trabajadores Polacos (SKPD); o, mejor dicho, una Rosa con tallo revolucionario y espinas cargadas de filosofía marxista, que llevaría la lucha de clases como bandera hasta el día de su muerte. Icono de la izquierda para muchos y terrorista bolchevique para otros, Rosa Luxemburgo (1871-1919) aspiraba a construir una sociedad democrática que garantizara la libertad de crítica, aunque fuera hostil, porque, como bien decía, “la libertad deja de ser eficaz en el momento en que se convierte en privilegio. La libertad es siempre, cuando menos, la libertad del que piensa de otra forma”. Petit homenaje a una mente brillante, víctima y fruto de la triple discriminación de ser mujer, judía y polaca (y no rusa).

Rosa Luxemburgo nació el 05 de marzo de (1870 o) 1871 en la localidad polaca de Zamosc, cerca de Lublin (y Ucrania), pero en 1873 la familia al completo se mudó a Varsovia para probar fortuna. A los 5 años, Rosa padeció una repentina enfermedad de la cadera, que le obligó a permanecer en cama durante 1 año entero, que aprovechó para aprender a leer y a escribir con su madre. La niña siguió estudiando en casa hasta los 9 años, y en 1880, ingresó en el primer curso de un instituto de secundaria (para chicas), donde sería siempre la primera de la clase. Sin embargo, al terminar la escuela, no recibiría la merecida Medalla de Oro por su doble condición de extranjería.

En 1889, a consecuencia de la persecución de la policía contra los judíos, Rosa Luxemburgo se marchó a Suiza para poder estudiar en la Universidad de Zúrich, la única que aceptaba a mujeres en aquella época. En los pasillos de la Facultad de Filosofía, durante el primer año, y después, de Ciencias Políticas y Económicas, conoció a un gran número de eminentes intelectuales marxistas, pero nunca renunció a su militancia revolucionaria, y siempre mantuvo relación con los círculos obreros. Rosa escribía, reflexionaba y se movía en un mundo políticamente activo, lleno de acciones y relaciones, como la que mantuvo con uno de los futuros fundadores del comunismo alemán, Leo Jogiches (1867-1919), que formó parte de su vida más allá de la lucha final.

Cuando acabó su doctorado en 1898, se trasladó a Berlín donde, para obtener la ciudadanía alemana, Rosa se casó (de mentira) con el hijo de un amigo sin abandonar su relación sentimental con Jogiches. Y en Alemania, se convirtió en la “líder del ala izquierda de los socialistas germanos participando en cualquier tarea que creyese que adelantaría la revolución del proletariado contra la burguesía”.

A pesar de ser una “Rosa Roja”, que luchaba por un mundo “donde fuéramos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”, vivió mucho tiempo privada de libertad. Entre 1903 y 1904, fue sentenciada a 9 meses de prisión por "insultar al Kaiser"; en marzo de 1906, fue arrestada y encarcelada durante 4 meses por participar en la insurrección contra el régimen zarista; en 1914, fue condenada a 1 año de cárcel por incitar a los soldados a la rebelión en los comienzos de la Primera Guerra Mundial; y a 2 años y medio, en junio de 1916, por seguir defendiendo el NO a la guerra.

Su oposición a participar en una guerra, que “se podría haber evitado si los trabajadores se hubieran negado en masa a luchar por el imperialismo con una huelga general”, le llevó también al mayor enfrentamiento con su partido, que no solo había aprobado la participación en la guerra sino que también había prometido no hacer huelgas mientras ésta durase. La votación, contraria a todo en lo que la gran revolucionaria creía, le condujo a romper con el SPD, y a formar, junto a otros compañeros socialistas y comunistas, su propio partido, el Partido Comunista Alemán (KPD) que, en 1919, organizó la insurrección armada de Berlín, sin el convencimiento de Rosa en contra de la lucha armada pero a favor de la revolución.

El 15 de enero 1919, cuando estaba escondida en el apartamento de un amigo, Rosa Luxemburgo fue arrestada junto a un compañero por un grupo local paramilitar. Después de interrogarles en el Hotel Eden, que hacía de centro de operaciones, mientras los llevaban en coche a la prisión civil más cercana, eliminaron a su compañero, y uno de los soldados golpeó a Rosa dos veces en el cráneo, con la culata de su rifle. Su cuerpo fue encontrado tiempo después en un canal, con un disparo en la cabeza.

Según la versión oficial, la líder de los asuntos de los partidos polaco, ruso y alemán, organizadora de actividades de masa, defensora de las huelgas, enemiga de la “organización” y escritora de grandes obras del pensamiento político y económico como La Acumulación del Capital, había sido linchada por la muchedumbre enloquecida, pero su antiguo compañero, Leo Jogiches, investigó el crimen sin saber (¿o sí?) que le costaría la vida, y logró encontrar y publicar declaraciones de testigos oculares así como una fotografía de los soldados, que habían cometido el asesinato. Tres semanas después, Jogiches también sería asesinado.

Las últimas palabras conocidas de Rosa Luxemburgo fueron escritas la noche antes de su muerte, y constituyen un resumen preciso y perfecto de su confianza en las masas y en la inevitabilidad de la revolución: “El liderazgo ha fallado. Incluso así, el liderazgo puede y debe ser regenerado desde las masas. Las masas son el elemento decisivo, ellas son el pilar sobre el que se construirá la victoria final de la revolución. ¡El orden reina en Berlín! ¡Ah! ¡Estúpidos e insensatos verdugos! No os dais cuenta de que vuestro orden está levantado sobre arena. La revolución se erguirá mañana con su victoria, y el terror asomará en vuestros rostros al oírle anunciar con todas sus trompetas: ¡Yo fui, yo soy, yo seré!”.

(De Noemí Z., el 05 de marzo de 2015)

PD (nº1) urbanística: En Madrid, la revolucionaria polaca da su nombre a la Colonia de Rosa Luxemburgo, una discreta y coqueta urbanización de viviendas adosadas, en Aravaca, que se planificó en los 80 como barrio para jóvenes trabajadores, sin saber que ocuparía la primera plana de los periódicos en julio de 2013, al abrir las puertas del gimnasio de su Colegio Público bilingüe homónimo a los 160 mineros participantes en la “marcha negra”, que habían recorrido más de 400 km para llegar hasta la capital. Si quieres conocer el barrio, ¡lee la PD nº2!

PD (nº2) comprometida: "La lucha es el único camino" es el lema del Colectivo 1984 (también en Facebook y Twitter), una organización de izquierdas de Aravaca y Pozuelo, que organiza una Paella Vecinal, a las 14h30, y un Taller sobre la representación de la Mujer en las serie de televisión, en la Urba Rosa Luxemburgo, a las 17h, el Sábado 07 de marzo de 2015.

Fuentes:
- “Rosa Luxemburgo, 1871-1919”, de la Fundación Rosa Luxemburgo, sin fecha ni nombre de autor;
- “Rosa Luxemburgo”, de Estrella Trincado Aznar, para la UCM, 2001;
- “Rosa Luxemburgo”, de Conchita Rodríguez de la Calle para el blog TrinaArts, 2015;

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(De Noemí Z., el 05 de marzo de 2015)

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