12 mujeres. 12 destinos y 1 denominador común: la voluntad de superación, la tenacidad y la ambición de existir por sí mismas. En el libro Pasión de ser mujer, de Eugenia Tusquets y Susana Frouchtmann, Madame de Staël, Maria Callas, Hannah Arendt, Eleanor Roosevelt y Teresa de Ávila se codean con Virginia Woolf, Remedios Varo, Emilia Pardo Bazán, Anaïs Nin, Raquel Miller, Hedy Lamarr y Mercè Rodoreda por rebelarse, a siglos de distancia, contra el orden establecido... por los hombres. 

(1) Hannah Arendt (ver la ilustración)
   Discípula de Heidegger y Jaspers, la filósofa alemana, de origen judío, Hannah Arendt (1906-1975), trabajó como maestra de escuela superior y periodista antes de darse a conocer en 1951 con su controvertido libro Los orígenes del totalitarismo, en el que, en vez de defender la causa de su pueblo como “buena judía”, víctima de los campos de concentración y del exilio forzado, reflexionó, investigó y debatió sobre lo que la pensadora llamaría más tarde la “banalidad del mal”.

   Hoy en día, Hannah Arendt sigue siendo una filósofa de la que se habla mucho por la polémica que desató en su momento, pero a quien pocos leen para entender su verdadero propósito.

(2) Teresa de Ávila (en la ilustración)
   Su labor eclesiástica y su misticismo son sin duda los aspectos más conocidos de la fundadora de las carmelitas descalzas. Sin embargo, como bien dice la filóloga Rosa Navarro Durán, “Santa Teresa de Jesús no solo es patrimonio de la Iglesia, es una escritora única, que creó la primera autobiografía de no ficción en lengua romance, y una innovadora en la expresión”.

   En 1535, después de curarse de una grave enfermedad (cuyos síntomas se desconocen), Teresa de Cepeda y Ahumada (1515-1582) ingresó en el convento de la Encarnación donde “vivió feliz 27 años” (según la web del V Centenario de Santa Teresa de Jesús) hasta que el 24 de agosto de 1562, el Papa Pío IV le concedió el derecho de fundar el pequeño Convento de San José de Ávila. Y durante casi 20 años, recorrió los caminos de Castilla y Andalucía donde fundaría 17 conventos. “Flamenquísima y enduendada” -según Lorca-, la monja inquieta, que era una gran lectora (aficionada a los libros de caballería y la poesía), se enfrentó a la Inquisición en 1575 por plantar cara a todos los órdenes (institucional, eclesiástico y patriarcal) establecidos.

   Dotada de una espiritualidad fuera de lo común, Santa Teresa de Jesús murió el 04 de octubre de 1582, el mismo día en que el calendario juliano fue sustituido por el gregoriano en España, y fue enterrada al día siguiente, es decir, el 15 de octubre, según el nuevo orden temporal establecido. Además de ser la primera escultura de mujer en entrar en el Vaticano (después de la Virgen María, claro está), fue nombrada por Pablo VI, junto con Santa Catalina de Siena, Doctora de la Iglesia Católica en 1970.

(3) Maria Callas (ver la ilustración)
   La soprano griega, nacida en Estados Unidos, Maria Callas (1923-1977), cuyo trágico destino se asocia en la memoria colectiva con el nombre del armador Aristóteles Onassis, pasó su vida “tratando de cubrir la falta de amor en su familia”. Conocida como “La Divina” por su talento vocal y dramático, la artista cambió de rumbo sin saberlo cuando, en 1954, decidió adelgazar. Después de perder 40 kilos en pocos meses, su voz se resintió obligándola a retirarse poco a poco de los escenarios.

   Aún hoy los aficionados a la ópera siguen divididos “entre los que la veneran como artista completa y los que no soportan sus imperfecciones”.

(4) Hedy Lamarr (ver la ilustración)
   Además de revolucionar el séptimo arte al protagonizar el primer desnudo e interpretar el primer orgasmo en la historia del cine en la película “Éxtasis” (1933), Hedwig Eva Maria Kiesler (1914-2000) tenía la cabeza bien amueblada. Entonces, cuando su primer marido la encerró literalmente en casa para impedirle seguir con su carrera artística, la bella joven austriaca (superdotada según sus maestros de escuela) decidió retomar sus estudios de ingeniería, y desarrolló la teoría del espectro ensanchado, el precursor del wifi, hasta que un día escapó -también literalmente- por la ventana de un restaurante. Y después de vender todas su pertenencias, aterrizó en Londres donde de casualidad (si existe) conoció a Louis B. Mayer de la Metro Goldwyn Mayer, que le ofreció un contrato de 7 años. Había (re)nacido una estrella... llamada Hedy Lamarr,

(5) Raquel Meller
   La elegante, inaccesible, independiente y bella Raquel Meller (1888-1962) de grandes ojos negros, que inmortalizó Sorolla en 1918, fue la cantante, cupletista y actriz española de mayor éxito internacional durante los años 20 y 30 del siglo XX, que llegó a rechazar el papel principal, que le había propuesta Charlie Chaplin, en “Luces de la ciudad”. Cuentan las crónicas de la época que no cantaba, sino que interpretaba sus canciones con una carga dramática, que la mismísima Sarah Bernhardt la calificó de “genio”. Aunque Raquel Meller murió sola y medio olvidada en Barcelona el 26 de julio de 1962, su entierro en el Cementerio de Montjuic fue multitudinario.

(6) Anaïs Nin (ver la ilustración)
   Bajo la única regla de saltárselas todas, la escritora estadounidense, nacida en Francia de madre cubana (de origen francés y danés) y de padre cubano de ascendencia catalana, Anaïs Nin Culmell (1903-1977) empezó a escribir un diario a los 11 años cuando su padre abandonó a la familia a su suerte, y siguió con la costumbre hasta su muerte (incluso después de que su progenitor volviera a aparecer en su vida veinte años después de su marcha) como lo demuestran las 35.000 páginas de sus Diarios (muy) íntimos y secretos.

   La que con 19 años trabajaba como modelo y bailaora de flamenco para ganarse la vida en la Cuba donde se crió, se convirtió oficialmente en la primera mujer en publicar relatos eróticos sin seudónimo. Adepta al sofismo, al amor libre y al psicoanálisis, Anaïs Nin no solo exorcizó sus fantasmas y fantasías poniéndolxs negro sobre blanco sino viviéndolxs.

(7) Emilia Pardo Bazán (ver la ilustración)
   “Todas las mujeres conciben ideas, pero no todas conciben hijos”. Esta frase bien podría haberla pronunciado cualquiera que hoy esté luchando por los derechos de la mujer. Sin embargo, fue escrita hace más de un siglo por Emilia Pardo Bazán (1851-1921), condesa por herencia (y consentimiento de Alfonso XII), escritora de profesión y feminista por convicción. Independiente y de fuerte carácter, Emilia fue sin duda marcada por la educación liberal de su padre que ya de niña le decía: “Los hombres son muy egoístas y si te dicen alguna vez que hay cosas que pueden hacer los hombres y las mujeres no, di siempre que es mentira porque no puede haber dos morales para dos sexos”. 

   Tanto con sus textos de opinión como con sus textos de creación, la noble periodista y literata comprometida coruñesa regó a base de tinta, empeño y valentía las raíces del feminismo en España.

(8) Mercè Rodoreda (ver la ilustración)
   Considerada como una de las escritoras de lengua catalana más influyentes de su época, la también periodista Mercè Rodoreda (1908-1983) solo fue a la escuela de los 7 a los 10 años. Al morir su abuelo materno, tuvo que dedicarse a aprender a coser y a cocinar, pero en sus escasos ratos libres, devoraba todos los libros que encontraba, y muy rápidamente empezó a consignar en libretas y hojas sueltas poemas y relatos cortos. Después de casarse (por obligación) con su tío (gracias a una dispensa papal) en 1921, la escritora en ciernes decidió mandar sus textos a varias editoriales para liberarse del yugo económico y social, que suponía su condición de casada. 

   A pesar de su gran talento literario, la que escribió desde el (auto)exilio en Ginebra La Plaça del Diamant (1962), considerada como “la mejor novela escrita después de la Guerra (in)civil) por la crítica internacional, sigue siendo una gran desconocida para la mayoría de los españoles.

(9) Eleanor Roosevelt (ver la ilustración)
   Diplomática y activista estadounidense por los derechos humanos, Anna Eleanor Roosevelt (1884-1962), fue mucho más que primera dama y esposa del 32º presidente de los Estados Unidos (durante 4 mandatos, de 1933 a 1945). Tras la Segunda Guerra Mundial participó en la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que calificaría de “carta magna de la humanidad”... ¡Ojalá los políticos de hoy no tuvieran la memoria tan corta!

(10) Madame de Staël
   Anne-Louise Germaine Necker (1766-1817), más conocida como Madame de Staël por su matrimonio con el embajador de Suecia en Francia y hoy en día apodada “la baronesa de la libertad”, fue una intelectual y exitosa escritora gala, conocida en toda la Europa romántica por sus ensayos filosóficos, su compromiso con la Revolución (Francesa) y su lucha por las libertades individuales (especialmente de las mujeres). Condenada al exilio en varias ocasiones por expresar sus ideas y críticas contra el poder establecido,  tuvo una ajetreada vida sentimental pero siempre fue dueña de su destino hasta su muerte el 14 de julio de 1817 en su hogar parisino.

(11) Remedios Varo (ver la ilustración)
   Considerada la primera pintora surrealista de España, Remedios Varó y Uranga (1908-1963) “pintó en la aparición, la desaparición. Raíces, follajes, rayos astrales, cabellos, pelos de la barba, espirales del sonido: hilos de muerte, hilos de vida, hilos de tiempo. La trama se teje y desteje: irreal lo que llamamos vida, irreal lo que llamamos muerte -sólo es real la tela. (…) Las formas buscan su forma, la forma busca su disolución. Nos sorprende porque pintó sorprendida”, escribió sobre la artista el Premio Nobel de Literatura mexicano Octavio Paz. 

   Defensora de las vanguardias, apenas fue reconocida en su España natal. En cambio, en Méjico, donde se exilió en 1941 (después de refugiarse en París al final de la Guerra (in)civil), sus obras alegóricas fueron admiradas y muy cotizadas. Según Margarita Nelken, Remedios Varó supo poner su talento “al servicio de una imaginación bañada en la más exquisita poesía”.

(12) Virginia Woolf (ver la ilustración)
   La historia de Virginia Woolf (1882-1941) es la de una artista incomprendida, que a costa de su propia vida dejó un legado único e indispensable, que ha marcado a generaciones de hombres y mujeres. Aunque su obra se acoge dentro del movimiento conocido como modernismo anglosajón, es innegable que desde su primera novela, Fin de un viaje(1915), a la última, Entre actos (1941), hay una ruptura evidente con el estilo y la temática victoriana, que aún imperaba en la literatura. Poco a poco fue renunciando a los esquemas clásicos de narración y de presentación de personajes para dejar paso a la dualidad de su estado de ánimo, que pasaba de la euforia a la desesperación de manera recurrente y caótica.

   Víctima de una terrible enfermedad, de una sociedad de la que no se sentía parte sino esclava y de una vida que amaba y odiaba por igual, Virgina Woolf acabó suicidándose a los 59 años. Hoy en día, aplaudida y reconocida, la autora londinense fue una mujer abocada a una infelicidad inmerecida, pero que dejó para la posteridad algunos de los mejores y más introspectivos relatos sobre la grandeza del universo femenino.

   Si La Pasión de ser mujer no es un libro militante, sí denuncia el machismo.

Referencias útiles:
LA PASiÓN DE SER MUJER

¿CUÁNDO? El Martes 16 de febrero de 2016, a las 19h30.

¿QUÉ? Pepa Roma presenta La Pasión de Ser Mujer, de Eugenia Tusquets y Susana Frouchtmann (Editorial Circe). 

¿DÓNDE? En La Central de Callao
Calle del Postigo de San Martín, 8
28013 Madrid
917 909 930
M Callao

¿CUÁNTO? Entrada libre.

Para saberlo todo del evento, conéctate a la web de LA CENTRAL DE CALLAO (también en Facebook y Twitter).

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