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EL MERCADO DE LA PLAZA MAYOR

Si hoy en día el Mercado navideño de la Plaza Mayor es un clásico de las fiestas en la Villa, no siempre fue así. Crónica sentimental de un Mercado castizo, que pasó de vender ¡pavos y pollos! muertos, colgando de los toldos de las improvisadas casetas de la Plaza, pero también vivos, recién traídos de la Sierra de Madrid -para quien quisiera asegurarse de que aquello que iban a cenar en casa era fresco de verdad-, a adornos navideños.

Todo empezó en el siglo XVII, pero no en la entonces llamaba Plaza del Arrabal, donde se juntaban los caminos de Toledo y Atocha, sino en la cercana Plaza de Santa Cruz. Allí, cada diciembre, era cita obligada para comprar las aves que se degustarían para celebrar la Navidad. Con el tiempo, los puestos se fueron multiplicando y, en 1860, en pleno Madrid isabelino y galdosiano, el Mercado de Navidad por excelencia se trasladó a la emblemática Plaza Mayor, con su consiguiente y estricta normativa, que regularía la venta y los precios, que hasta entonces habían ido por libre.

Poco a poco, junto con los pavos, se fueron introduciendo otros alimentos como turrones y dulces típicos de la Navidad, mientras los adornos para la decoración de las casas, el portal de Belén, artículos de bromas, zambombas y panderetas se continuaban vendiendo en la vecina Plaza de Santa Cruz. Pero, después de la Guerra (in)Civil, en el centenar de casetas de la Plaza Mayor, se vendía de todo, y todo junto sin distinción, entre alimentación o artículos navideños y de broma. Entonces, en 1944, el Ayuntamiento de Madrid decidió poner un poquito de orden, y autorizó la venta de todos los productos en el mercadillo navideño con excepción de los alimentos. Ya nunca más (afortunadamente) hubo pavos colgando boca abajo ni otros esperando su matarile.

Seis años más tarde, los clásicos puestos improvisados sobre la marcha se sustituyeron por casetas, y así continúa hasta el día de hoy, diciembre tras diciembre, con excepción del año 1960, cuando no pudieron instalarse en la Plaza Mayor porque se estaban haciendo las obras del aparcamiento, y tuvieron que trasladarse excepcionalmente a la Plaza de Santa Ana.

Cita obligada desde siempre de los madrileños y hoy también de los turistas, sobre todo desde que se estableció el Puente de la Constitución, el Mercado de la Plaza Mayor es el must de las fiestas para todos los papás (y abuelitos), que agarran bien de la mano a sus niños cuando lo visitan, porque en la memoria colectiva de todos los españoles está Chencho, aquel niño que se perdía en Nochebuena en la película “La Gran Familia”, del año 1962, y que su abuelo y hermanos buscaban sin éxito entre casetas y castañeras.

Pocos cambios hubo en el mercado desde los 60 hasta que, en 2008, los artículos de broma volvieron a prohibirse en la Plaza Mayor, porque aquello no quedaba “mono” para las fotos turísticas. Así que las pelucas en amarillo neón, los disfraces, las bombas fétidas y la tinta mágica, que tanto se demandan para el Día de los Santos Inocentes, volvieron a la Plaza de Santa Cruz.

Si hoy visitas la Plaza Mayor, que este año cumple su IV Centenario, encontrarás 104 casetas rojas e iluminadas con tejado triangular, dedicadas exclusivamente a adornos navideños, figuritas para el Belén, espumillón, guirnaldas, bolas del árbol, abetos y mucho Papá Noël, que ha ido ganando cada vez más terreno en el imaginario navideño español, pese al arraigo de los Reyes Magos por la tradición católica.

(De Abigail C., el 04 de diciembre de 2016)

Referencias útiles:
MERCADiLLO NAViDEÑO DE LA PLAZA MAYOR

¿CUÁNDO? De Lunes a Jueves, de 9h a 22h, y de Viernes a Domingo, de 9h a 23h, hasta el Sábado 31 de diciembre de 2016.

¿QUÉ? ¡Vuelve el Mercado Navideño de la Plaza Mayor, organizado por la Asociación del Mercado Navideño de la Plaza Mayor!

¿DÓNDE? En la Plaza Mayor
28012 Madrid
M Sol

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