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¡BiENVENiD@A AL CLUB... KiRiCO!

Proyectado por la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), “gracias a la idea de unas pocas librerías con vocación y sensibilidad por la literatura infantil y juvenil”, según Zaida Pérez (retratada aquí), coordinadora del club y dueña del delicioso espacio Liberespacio, el Club Kirico se creó en 2003 para fomentar la lectura entre los más jóvenes y tejer redes de difusión cultural que permitan crear comunidades con la librería como referencia. Si, al principio, casi no había librerías especializadas exclusivamente en literatura infantil, hoy en día el club ya cuenta con la participación de casi un centenar de librerías en toda España y unas 16 en la Comunidad de Madrid. ¡Bienvenid@s al Club!

Por un lado, para potenciar la difusión de la literatura de calidad, el club ayuda desde sus inicios a editoriales, ilustradores y autores -cuyos libros merecen ser conocidos y leídos- a darse a conocer con la complicidad de los libreros como los mejores aliados para difundir sus obras; y por el otro, colabora con los mediadores culturales y las familias para la creación y desarrollo de bibliotecas familiares y catálogos. Además, a diferencia de otros “recomendadores” de libros, el Club Kirico fue pionero al crear una web de contenidos centrados exclusivamente en literatura infantil y juvenil para fomentar el intercambio de relaciones con el lector. Una iniciativa que se vio recompensada en 2008 por el Ministerio de Cultura, que les otorgó el Premio Nacional de Fomento de la Lectura.

Al trabajar directamente con libreros, el Club Kirico tiene una visión global de las publicaciones y de los gustos de los lectores ya que, como profesionales, son especialistas para la orientación adecuada según las necesidades lectoras. Entonces, “desde el Club trabajamos para que los libros lleguen cada vez a más lectores ofreciendo al público una amplia oferta lectora”, apunta Zaida, porque uno de los puntos en los que más incide la dueña de Liberespacio es en la necesidad de hacer ver a los más jóvenes que la lectura no debe entenderse como una obligación del colegio, sino como una propuesta de ocio maravillosa.

En efecto, leer es una experiencia, a veces individual pero también puede ser colectiva cuando se comparte con la familia, con otros niños o jóvenes o con escritores e ilustradores en una librería. En este caso, “es una vivencia, es otra forma de leer”. Por esta razón, las librerías que forman parte de Kirico están continuamente programando actividades para conseguir aumentar la comunidad lectora. Y paralelamente a la programación particular de cada espacio, el Club Kirico ha creado su propio carnet de socios así como un premio anual (que lleva su nombre) que los libreros otorgan a un libro, destinado a lectores de entre 6 y 8 años y publicado en ese año. ¿Por qué no preguntamos cosas?, de Victoria Pérez Escriva, El Perro Negro, de Levi Pinfold, o El Secreto de Luis, de Mario Ramos, son algunos de los títulos ganadores de años anteriores. El próximo mes de junio, correspondiendo a la VI edición de estos premios, se fallará el del pasado año 2015.

Pese a todo lo que se pueda decir sobre el tema, Zaida Pérez se muestra optimista frente a la evolución actual de la literatura infantil y juvenil, tanto en lo referente a la creación como a los nuevos lectores. En su opinión, “cada vez son más los padres interesados en que sus hijos tengan un contacto temprano con los libros, y se esfuerzan e implican en elegir buenas historias bien ilustradas para leerles en casa. Los niños de hoy serán los lectores de mañana, y esto es lo que asegura el futuro”.

Entonces, donde hay que poner la mira es en los lectores jóvenes y no dejar de invertir en hacer que les guste leer. El reto del Club Kirico, que debería ser el del conjunto de la sociedad, es conseguir que, entre los jóvenes de hoy, leer no sea algo considerado de una “minoría de raros”: “Entre todos debemos hacer que leer esté de moda y cuantos más medios y canales difundan la buena literatura, mejor”... porque, como bien dice Jorge Luis Borges, “el verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo. Yo siempre les aconsejé a mis estudiantes que si un libro los aburre lo dejen, que no lo lean porque es famoso, que no lean un libro porque es moderno, que no lean un libro porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de felicidad, y no se puede obligar a nadie a ser feliz".

(De María Glück, el 06 de abril de 2016)

Referencias útiles:
Para saberlo todo del CLUB KiRiCO, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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