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LA FRESA DE LA “A” A LA “Z”

Todo lo que siempre quisiste saber sobre la fresa (pero que nunca te atreviste a preguntar)...

Amor: Debido a su forma y a su color que evocan respectivamente el corazón y la pasión, la fresa era la fruta sagrada de Afrodita, la diosa griega del Amor (y de la Lujuria) y de Venus, su homóloga romana.

Botánica: La fresa es, botánicamente hablando, miembro legítimo de la familia de las rosas.

Cosmética: La gran belleza -que no dejó indiferente a Napoleón, entre muchos otros hombres- de Madame Tallien, es decir, Teresa Cabarrús (1773-1835), madrileña de Carabanchel Alto y amante de las ideas de la Revolución francesa que se casó sucesivamente con 3 de sus dirigentes, se debería, según cuenta la (pequeña) historia, a sus largos baños de jugo de fresa. ¿Quién dijo “mens sana in corpore sano”? PD: Antes de probarlo, es importante saber que necesitarás 22 kilos de fresas para rellenar tu bañera... que tendrás que exprimirlas tú solit@... para no hablar de la limpieza... ¿compensa?

Dieta: Con su escaso aporte calórico (37 calorías por 100 gramos), su alto contenido en vitamina C y su efecto diurético, la fresa encabeza la lista de los alimentos permitidos en las dietas de adelgazamiento. Ya le gustaría a la cereza decir lo mismo... Vamos que la fresa es la envidia de las demás frutas de temporada, la alegría de la huerta y la reina de la primavera.

Etimología: Contra todo pronóstico, la palabra “fresa” nos viene de la “fraise” [frez] francesa, como herencia, a su vez, del latín “fragum”, que ya deleitaba el paladar de los romanos solo con pronunciarla.

Fresa: En realidad, lo que llamamos “fresa” es “un engrosamiento del receptáculo floral”, es decir, de la base de sus flores con 5 pétalos blancos y los frutos son las micropepitas que la decoran y que se enganchan con mucha facilidad entre tus dientes al morderlas, ummm...

Glamour: Aunque no me guste mucho el Champagne, dicen que la fresa es su mejor aliada para realzar su sabor y el amor…

Historia: Presentes en todos los continentes, desde siempre, las fresas silvestres ya hacían la boca agua (normal, es el 85% de su composición) a nuestros ancestros del Neolítico (seguramente por su carácter salvaje). Los romanos fueron los primeros en domesticarla y en cultivarlas en sus jardines particulares, pero la caída de su imperio se llevó a la tumba sus secretos de producción. A pesar de sus reconocidas y apreciadas virtudes curativas, habría que esperar hasta el siglo XIV para que las fresas volvieran a aparecer en la real gastronomía europea; y trescientos años más para su democratización.

insectos: Son los amantes, perdón, agentes polinizadores más habituales y eficaces de la fresa.

Juventud (¿eterna?): El filósofo, poeta y misionero mallorquín, Ramon Llull (1232-1315), fue el primero en utilizar las fresas como remedio casero contra numerosas afecciones y en recomendar su consumo para devolverles la juventud a las mujeres ya entradas en edad... o sea que nuestra Madame Cabarrús no inventó nada...

K (vitamina): Descubierta de casualidad en 1935, por el doctor danés Henrik Dam que buscaba otra cosa -como suele pasar-, la Vitamina K le dio las gracias otorgándole a su descubridor el Premio Nobel de Medicina de 1943. Debe su letra a su función benéfica de “Koagulation” (en alemán). Esencial también para nuestra salud ósea, la fresa nos la transmite a cada bocado.

¿Leyenda?: Se dice que cuando se parte una fresa por la mitad exacta, las dos personas que la compartan se enamorarán el uno del otro al minuto y para siempre... ¿Aceptas el reto?

Mitología: Si, en la mitología griega, las fresas nacieron de las lágrimas de Afrodita al morir Adonis, su amor mortal y amante pasional; en la mitología nórdica y germánica, se deben a los poderes de seducción de Freyja, su diosa del Amor y de la Belleza.

Néctar: Muy apreciado por varias especies de hormigas, el néctar de nuestra fruta de hoy es una bomba de relojería, cargada en azúcares, aminoácidos, iones minerales y sustancias aromáticas varias. Vamos, que se ponen ciegas.

Olor: Una de las características de la fresa es su intenso aroma o fragancia... (de ahí, su nombre latino. Consultar “Etimología”).

Pañuelo: Símbolo de la fidelidad de su esposa para Otelo, el pañuelo bordado de fresas -que le regaló el Moro de Venecia a Desdémona de recién casados- pasa de mano en mano a lo largo de la obra de Shakespeare convirtiéndose en la máxima prueba de amor... o de traición... (solo puedo decir que acaba mal mal mal)...

Receta “especial fresa” de Teresa Pon la Mesa aquí. ¡Buen provecho por adelantado! Y Refrán (cántabro): “En abril, fresas y en mayo, mayuetas”; (popular): “Lo que la fresa tiene de medicina, lo tiene la cereza de dañina”...

Semillas: La fresa es la única “fruta” que tiene las semillas por fuera y no son pocas, ¡alrededor de 200! Si decides cultivarlas en las macetas de tu balcón o en el huerto urbano del tu elección, tienes que saber que la producción de frutas solo se iniciará en su segundo año. Entonces, ¡no desesperes y feliz cosecha 2016!

Tren de la Fresa: Cuando, en 1851, Isabel II inauguró el primer tramo del segundo ferrocarril de la Península ibérica (después del de Barcelona-Mataró, en 1848) que se construyó para unir, según su trazado inicial, Madrid con el mar Mediterráneo, la reina no sabía que su locomotora de vapor nunca llegaría hasta la costa... pero, eso sí, se pararía sí o sí delante del mismísimo Palacio Real de Aranjuez. Hoy en día, el denominado Tren de la Fresa (en referencia al nombre de la fruta que transportaba en sus vagones de mercancías desde la huerta de Aranjuez hasta los mercados de abasto de la capital) es un clásico del turismo madrileño. Durante 4 meses al año, el Tren real (que también transportó en su día cajas y cajas de espárragos cuyo nombre felizmente no se le asoció al otorgar ese honor a la reina de las frutas y de la primavera) arranca sus motores ya no de vapor los sábados, desde la antigua estación de Delicias, reconvertida en 1984 en el Museo del Ferrocarril, para emprender un delicioso viaje histórico con degustación de fresas incluida. PD: El precio del billete de tren (12 euros a partir de los 6 años de edad) incluye el viaje de ida y de vuelta (el mismo día) y la visita de la ciudad con guía.

Virgilio: Por lo visto, el poeta romano, reconocido por su epopeya de La Eneida, dedicó varios versos a la “frutilla/baya de los bosques”, en sus no menos famosas Bucólicas, alabando su fragancia y sabor único.

Wépion: Nombre de la pequeña ciudad belga que abrió el primer Museo de la Fresa del mundo, en 1970. Francia, la vecina celosilla, amplió la familia en 1997 al abrir no 1 sino 2 Museos de la Fresa, en Plougastel (Bretaña) y en el Castillo del Molino (Lassay-sur-Croisne). ¿Y España? Podría tener un primo hermano, dentro de poco, en... Palos de la Frontera... PD: El Museo de Wépion, cerca de Namur, abre sus puertas desde Semana Santa hasta el 31 de octubre, aunque no corresponda a la temporada alta de la fresa que va desde principios de marzo a finales de junio.

X (prohibido a menores de 18 años): Fresa y Chocolate, cómic de Aurelia Aurita, en el que su autora cuenta sus aventuras y desventuras (y no solo sexuales) con su novio, Frederic Boilet, famoso dibujante de manga tanto en la ficción como en la vida real (hasta no hace tanto). Lectura fresamente recomendada.

Zzzzzz como la “fresa” del dentista de cuyo ruido no quiero acordarme...

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